domingo, 21 de agosto de 2011

El Barquero




Al Pasar la barca
me dijo el barquero
las niñas bonitas
no pagan dinero.

Canción popular


Hacia el crepúsculo rema el Barquero. Hastío en la mirada, en las manos el remo. Hacia el crepúsculo rema, donde las luces son todo fuego de mar en llamas y luego, allí, tras la oscuridad, deja su cargamento de aquellos que ya, cumplido su periplo en el vivir, fueron. Lo deja y no sabemos dónde; nadie sabe lo que se esconde tras las aguas del olvido, quizás lo no vivido, quizás un mañana presentido, quizás, tras algunos haberes, una larga lista de debidos.
Rema el barquero, ojos de carbón encendido, hundiendo el remo en las aguas del olvido. Van las almas silenciosas, temerosas del destino de los que ya no tienen destino, acurrucadas en un rincón de una especulación y un sinsentido.
El Barquero hunde el remo en la nada que a nada lleva, y avanza hacia un crepúsculo de soles ateridos, los soles de los que fueron ojos encendidos, no, ya, apagados, sino postergados, esperando el testigo que los devuelva a cielos renovados.
Rema barquero, rema. Hunde el remo en la profunda y negra nada, lleva tu funesta carga a donde una esfera luminosa la reclama.
Van las almas sin un gesto, huida la conciencia, solo almas, en la barca, de aquellos que ya vivieron y, viviendo, cumplieron la misión predestinada. ¿Qué si nos pareció poco? ¿Qué si nos fue escasa? Vive la vida en los vivos lo que a los vivos querer no alcanza. Nos vive la vida lo que quiere ella vivir, de nuestra voluntad, disfrazada; y, al cabo, cumplido lo vivido, el alma, arrimada al océano del olvido, espera al Barquero, que la habrá de llevar hacia un crepúsculo donde arden, eternas teas encendidas, las marchitas esperanzas.

Tiene el Barquero callos en las manos que semejan flores secas y el aliento gris y lacio de los crepúsculos invernales, pero tiene el corazón latiéndole albores irisados y una compasión infinita por las almas que transporta. Rema Barquero, rema, conduce tu barca de noche hacia las esferas, preñadas de día, luminosas, donde las almas de aquellos que vivieron, dichosos ya de no sentir, reposan.

-o-o-o-