miércoles, 15 de julio de 2015

Acerca de Zhuangzi (II) - GALERÍA: Pintores chinos de la dinastía Ming (2)





Acerca de Zhuangzi

(II)

.....Es curioso cómo en ocasiones se trazan caminos invisibles en las corrientes de pensamiento, como esos hilos ocultos en la trama de un tejido que, a pesar de no ser patentes a simple vista, lo recorren todo a lo largo de su extensión. Incluso desconociéndose entre sí quienes sean los que aporten longitud al hilo. Es el caso que nos ocupa, Zhuangzi, Spinoza y Wittgenstein. Al menos a decir de Jean François Billeter. Éste da una puntada, por ejemplo, hablando de los regímenes de actividad del ser humano: cuando Zhuangzi coloca la inteligencia que une al ser humano con el cielo (tian) en el cuerpo, en la inconsciencia, como si ésta fuera un hándicap. Cita Billeter a Spinoza para barrer en el mismo sentido, en uno de sus escolios de la Ética

.....«Nadie ha adquirido aún un conocimiento suficientemente preciso de los mecanismos del Cuerpo para explicar todas sus funciones, y no diremos nada de lo que a menudo se observa en los animales y sobrepasa con mucho la sagacidad humana, o de las numerosas acciones que llevan a cabo los sonámbulos durante su sueño y que no se atreverían a emprender en estado de vigilia; todo ello demuestra bastante que el Cuerpo, por las meras leyes de la naturaleza, tiene el poder de llevar a cabo numerosas acciones que asombran a su propia Mente»

....."Las meras leyes de la naturaleza", aquí coloca Zhuangzi el régimen de actividad de tian, el Cielo. Luego citaremos qué entiende el filósofo chino por cielo, y veremos que no es más que la expresión de estas leyes naturales que ordenan el funcionamiento de todo: vida, muerte, materia inorgánica y orgánica, pensamientos e ideas,... porque en el origen del pensar e idear está la facultad que lo permite y que, por medio de un órgano como el cerebro, es capaz de interconectar la materia y el espíritu, permitiendo organicidad al alma y sublimación a la materia. 



TEXTOS ESCOGIDOS del ZHUANGZI

Los regímenes de la actividad

.....—¿Qué quieres decir con el el Cielo, con lo humano? —pregunta el Conde del Río.
.....El Señor del Mar del Norte contesta:
.....—Los caballos y los búfalos tienen cuatro patas: eso es lo que llamo el Cielo; poner un cabestro al caballo, horadar el hocico al búfalo, eso es lo que llamo lo humano.

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.....Todos los hombres hacen mucho caso a lo que conoce su conocimiento, ninguno sabe qué es conocer basándose en lo que el conocimiento no conoce. ¿No es esta la gran fuente del error?

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.....Lo que yo llamo aprender es aprender lo que no se aprende. Lo que yo llamo actuar es llevar a cabo lo que no se puede llevar a cabo [voluntariamente]. Lo que llamo discernir es discernir lo que no se puede discernir [intencionadamente]. El conocimiento superior es el que se detiene ante lo que no puede conocer. A los que no lo alcanzan, el torno celeste los derrota.

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.....El Emperador Amarillo fue un día a la orilla del Río Rojo, escaló el Monte Kunlun y con la mirada abarcó el sur. De regreso a palacio, se dio cuenta que había perdido su perla oscura. Encargó a Conocimiento que fuera a buscarla, pero fue en vano. Envió a Vista Penetrante, que volvió con las manos vacías. Envió a Disputa, que tampoco la encontró. Por fin envió a Sin Nada, que la encontró. «¡Qué extraño», se dijo, «que haya sido Sin Nada quien la ha encontrado!»

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Apología de la Confusión

.....—He progresado —dijo Yan Hui.
.....—¿Cómo? —preguntó Confucio.
.....—Olvido la bondad y la justicia —contestó Yan Hui.
.....—Está bien —observó Confucio—, pero no basta.
.....Cuando volvieron a verse, Yan Hui dijo:
.....—He progresado.
.....—¿Cómo? —quiso saber Confucio.
.....—Olvido los ritos y la música —explicó Yan Hui.
.....—Está bien —opinó Confucio—, pero no es suficiente.
.....Cuando volvieron a verse, Yan Hui dijo de nuevo:
.....—He progresado.
.....—¿Cómo? —preguntó Confucio.
.....—Puedo quedarme sentado en el olvido —contestó Yan Hui.
.....—¿Qué quieres decir con esto? —preguntó Confucio intrigado.
.....—Dejo sueltos mis miembros, me despido de la vista y del oído, pierdo la consciencia de mí mismo y de las cosas, estoy completamente destrabado: eso es lo que llamo estar sentado en el olvido.
.....Confucio declaró:
.....—Si no tienes trabas, no tienes prejuicios favorables [ni desfavorables]. Si te unes a la metamorfosis de la realidad, nada te coarta. Te has convertido en un sabio. ¡Acepta que yo, Qiu, me convierta en tu discípulo!.

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.....—Y ¿qué es el ayuno de la mente? —pregunta Yan Hui
.....—Unifica tu atención —contesta Confucio—. No escuches con tu oído sino con tu mente. No escuches con tu mente sino con tu energía. Pues el oído no puede hacer más que escuchar, la mente no puede hacer más que reconocer; en cambio, la energía es un vacío enteramente disponible. La Vía se concentra sólo en este vacío. Este vacío es el ayuno de la mente.

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.....Cuando la mujer de Zhuangzi murió y Hui Shi acudió a presentar sus condolencias, Zhuangzi estaba sentado en el suelo, con las piernas abiertas, y cantaba tamborileando en el culo de una jarra.
.....Hui Shi le dijo:
.....—Fue vuestra compañera, crió a vuestros hijos, envejeció junto a vos. Ya sería indignante que no llorarais su muerte. ¡Pero cantar acompañándose de una jarra pasa de la raya!
.....Zhuangzi contestó:
.....—De ningún modo. Cuando murió, ¿creéis acaso que no sentí aflicción? Pero me di cuenta que hubo un tiempo en que su vida aún no era, en que ninguna forma había aparecido aún, en que ni siquiera un hálito se había manifestado; de que algo que había existido previamente oculto en la indistinción primigenia se había transformado en hálito, de que ese hálito se había transformado y había tomado forma, de que esa forma se había transformado dando lugar a la vida y de que ahora, por una nueva transformación, había pasado a la muerte, exactamente igual que se suceden las cuatro estaciones, la primavera y el otoño, el invierno y el verano. Descansa en paz en una inmensa sepultura, y yo lloraba junto a ella. Me di cuenta de que eso era no entender nada de la necesidad y dejé de llorar.

...

Un paradigma de la subjetividad

.....Beimeng Cheng consultaba al Emperador Amarillo.
.....—Al oíros tocar la música de Xianchi en plena naturaleza salvaje —dijo—, la primera vez me sobrecogió el espanto, la segunda me sentí deshecho, y por último extraviado, desamparado, incapaz de sobreponerme.
.....—Esto es lo que tenías que sentir —contestó el Emperador Amarillo—. Pues aunque tocara de un modo humano, tomé como pauta la acción del Cielo, me inspiré en la energía pura. Las estaciones se sucedían, los seres nacían, el florecimiento conllevaba la decadencia, y la decadencia el florecimiento, el despliegue de las formas conllevaba su destrucción y esa destrucción su nuevo despliegue. Alternaba los tonos puros e impuros; los sonidos fluían, se derramaban; despertaba a los animales que hibernaban como lo hacen el trueno y el relámpago en la primavera. Acababa sin concluir, inauguraba sin apertura, mi música moría y renacía, caía y se alzaba de nuevo, constante sólo en sus infinitas metamorfosis y siempre imprevisible. Sólo podrías quedar sobrecogido de espanto.
.....»Luego toqué el equilibrio del yin y el yang, el esplendor combinado del sol y de la luna. Mezclando las largas y las breves, las suaves y las fuertes, unifiqué las metamorfosis, pero sin ligarme nunca.. Si había valle, llenaba el valle; si había barranco, me insinuaba en el barranco. No dejaba que intervinieran mis sentidos, ni mi mente, y me vertía así en las cosas. Bajo el hechizo de mis melodías y mis ritmos, los espíritus se agazapaban en la oscuridad y los astros seguían su curso exacto. Me detenía en los límites de lo infinito, pero mi música desarrollaba infinitamente sus efectos. En vano tratabas de comprender, tratabas de ver, tratabas de seguir. Estabas ahí, confundido, en una vía que no llevaba a ninguna parte, gemías en tu reposabrazos de madera. Tenías la mente limitada por lo que intentabas comprender, la vista acotada por lo que intentabas ver, y tus esfuerzos no iban más allá de lo que perseguías, de suerte que no tenías posibilidad alguna de alcanzarme. Tu cuerpo, sin embargo, comenzó a disolverse y te pusiste a seguir el movimiento. Por eso te sentiste deshecho.
.....»Luego anulé toda inercia, di rienda suelta a los ritmos. Se produjo como un surgimiento primitivo, una polifonía sin forma, un despliegue continuo que brotaba de una oscuridad silenciosa. Se movía en lo ilimitado manteniéndose en un abismo umbroso. Habríase dicho que era la muerte, habríase dicho que era la vida. Parecía convertirse en fruta y acabar como flor, yendo, fluyendo, esparciéndose, desplegándose fuera de toda norma. Las mentes comunes reprochan al Sabio esta manera de tocar que los desconcierta. Pues el sabio entra en los movimientos de la naturaleza y los obedece por entero. No deja su espíritu escaparse ni sus sentidos extraviarse. No dice una palabra, pero, en su fuero interno, exulta. Esta alegría es lo que se llama «la música celeste». Shennong la cantó en estos términos: Inaudible, invisible, llena el Cielo y la Tierra, abarca el Universo. Quisiste escucharme, pero mi música no te ha ofrecido ningún punto de agarre y, por tanto, sólo podías sentirte perdido.
.....»Por la música, empecé llenándote de espanto, y te creíste víctima de algún maleficio. Aflojé mi interpretación, y empezaste a perder pie. Toqué el extravío, y te sumiste en el embrutecimiento. Por este embrutecimiento te has unido a la Gran Actividad. Dejándose uno llevar, es como entrar en la Gran Actividad.




GALERÍA

PINTORES CHINOS de la DINASTÍA MING (2)
(1368-1644)

(Obras seleccionadas)

Una de las características distintivas de la pintura china es su formato en forma de rollo continuo, bien de papel o de seda. Estos rollos tienen unas dimensiones que pueden oscilar entre los pocos metros de largo a más de veinte, y una altura que va de los treinta centímetros a más de sesenta.
Otra de las características generales es la temática: paisajes —la más noble expresión de la pintura—, figuras, pájaros —y otros animales— y flores.
Otra más es, dentro del tema paisajístico, el lugar que ocupa el hombre, siempre subalterno, como un detalle más del paisaje que es el verdadero protagonista, por más que en él se halle inmerso el artista, el poeta, el noble o el pueblo llano.
El tema del vacío, omnipresente en el paisaje, bien como espacio donde todo se integra y ordena, bien en forma de cielo, de nube o de niebla, bien en forma de fluida corriente de invisible agua o de extenso mar, es otro de los distintivos de esta pintura que comenzó su andadura (figurativa) en época tan temprana como el periodo de las Seis Dinastías (222-589 d.C.).
En el periodo que va de la dinastía Tang (618-907 d.C) hasta el de las Cinco Dinastías (907-960) se concretan los modos del paisaje; y es durante la dinastía Song (960-1279) cuando se establece la conexión entre caligrafía, poesía y pintura (las Tres Perfecciones), dotando a ésta —la pintura— de un fuerte sentimiento poético (de ahí el por qué la pintura paisajista china tiene un trasfondo metafísico conectado al sentimiento lírico, tanto del artista como de la corte donde y para quien trabajaba).
El periodo de la dinastía Yuan (1271-1368) supuso una especie de revitalización de los estilos tradicionales a la renovada luz de la personalidad de los nuevos artistas (sobre todo de los denominados Cuatro Maestros Yuan), que culminarían en la época dorada de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911)

En las obras que aquí figuran, allí donde se corresponden con amplio formato en rollos, se ofrece, además del rollo completo en una tira, su fragmentación en secciones para su mejor apreciación; no obstante, en el nombre de dichas obras figura el pertinente enlace a la excelente página de China Online Museum —que me ha servido de fuente para esta selección— donde se podrá cotejar la obra en su original formato continuo.


QIU YING (仇英, ca. 1494-1552)

Qiu Ying - Fishermen in Reclusion Among the Lotus Stream (蓮溪漁隱圖)
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Qiu Ying - Red Cliff (赤壁圖)
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Qiu Ying - Zhao Mengfu Writing the 'Heart' Sutra in Exchange for Tea (寫經換茶圖)
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Qiu Ying - Peach Blossom Spring (桃花源圖)

Handscroll, ink and color on paper, 33 x 472 cm, Museum of Fine Arts, Boston (Complete)
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Section A
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Section A1
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Section A2
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Section B
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Section B1
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Section B2
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Qiu Ying - Spring Morning in the Han Palace (漢宮春曉)


Handscroll, ink and colors on silk, 30.6 x 574.1 cm, National Palace Museum, Taipei (Complete)
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Section A
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Section A1
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Section A2
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Section B
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Section B1
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Section B2
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WANG FU (王紱, 1362-1416)

Wang Fu - Joys of the Fisherman (江山漁樂圖)

Handscroll, ink on paper, 27 x 688.7 cm, The Metropolitan Museum of Art, New York (Complete)
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Section A
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Section A1
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Section A2
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Section A3
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Section B
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Section B1
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Section B2
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Section B3




ZHOU CHEN (周臣, ?-1535)

Zhou Chen - Relaxing in a Waterside Pavilion (水亭清興圖)




DAI JIN (戴進, 1388-1462)


Dai Jin - Enjoying Antiquities (玩古圖)
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Dai Jin - Landscape in the Style of Yan Wengui (仿燕文貴山水)
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Dai Jin - Returning Home Through the Snow (涉水返家圖)
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Dai Jin - Returning Late from a Spring Outing (春遊晚歸)
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Dai Jin - Three Visits to the Thatched Cottage (三顧茅廬圖)
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 Dai Jin - Visiting a Friend on a Moonlit Night (月夜訪友圖)
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Dai Jin - Ten Thousand Li of the Yangtze (長江萬裏圖)

Handscroll, ink and colors on paper, 34.3 x 1117.2 cm, The Cleveland Museum of Art, Cleveland, Ohio (Complete)
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 Section A
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 Section A1
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 Section A1.1
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 Section A1.2
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 Section A2
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 Section A2.1
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Section A2.2
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 Section B
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 Section B1
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 Section B1.1
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Section B1.2
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Section B2
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 Section B2.1
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Section B2.2




LAN YING (藍瑛, ca.1585-1664)


Lan Ying - Autumn Mountains after Wang Meng (仿王蒙秋山圖)
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  Lan Ying - Landscape after Li Tang (法李唐畫)
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Lan Ying - Watching Waterfall (觀瀑圖)
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Lan Ying - White Clouds and Red Trees (白雲紅樹圖)




DONG QICHANG (董其昌, 1555-1636)

 Dong Qichang - Red Trees in Autumn Mountains (秋山紅樹圖)
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Dong Qichang - Shady Trees in a Summer Landscape (夏木垂陰)
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Dong Qichang - White Clouds at the Xiao and Xiang Rivers (瀟湘白雲圖)


 Hanging scroll, ink on paper, 29.3 x 340.8 cm, Liaoning Provincial Museum, Shenyang (Complete)
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 Section A
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 Section B
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Section B1
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Section B2




LÜ JI (呂紀, fl. ca. 1439-1505)

Lü Ji - Autumnal Egrets and Hibiscus (秋鷺芙蓉)
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Lü Ji - Lion-head Goose (獅頭鵝圖)




CHEN HONGSHOU (陳洪綬, 1599-1652)

Chen Honshou - Pine and Longevity (喬松仙壽圖)
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Chen Honshou - Plum Blossoms and Wild Bird (梅花山鳥)




XIE HUAN (謝環, ca.1370-1450)


Handscroll, ink and color on silk, height: 30.6 cm, Cleveland Museum of Art (Complete)
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Section A
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Section B
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Section A1
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Section A2
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Section B1
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Section B2
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Xie Huan - Elegant Gathering in the Apricot Garden (杏園雅集)


 Handscroll, ink and color on silk, 37.1 x 243.2 cm, The Metropolitan Museum of Art, New York (Complete)
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 Section 1
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 Section 2
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Section 3




XIANG SHENGMO (項聖謨, 1597-1658)


Xian Shengmo - Branch of Blossoming Plum (梅開枝梢)




Anonymous, Ming Dynasty (1368-1644)

A Hundred Deer of Prosperity (百祿圖)


 Handscroll, ink and colors on silk, 45.6 x 290 cm, National Palace Museum, Taipei (Complete)
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 Section 1
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 Section 2
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Section 3
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Anonymous - Children Playing in the Palace Garden (宮苑嬰戲圖)
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