miércoles, 20 de abril de 2016

De la Ingravidez del Ser - GALERÍA: Jeff Robb (II)


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Penetra la belleza de la forma en la mente contemplativa
como un afilado dardo lo haría en la carne voluptuosa;
hendiendo con su penetrante punta de sugerencia significativa
y sajando con su aguzado filo de insinuación conmovedora.
Palabras cadenciosas. Héctor Amado

Hay, en la contemplación de la belleza sugerente de los cuerpos,
un mucho de asistir a la invocación de lo divino que en el ser humano habita.
Se asiste, al contemplar la voluptuosa belleza de las formas corporales,
a una liturgia singular, mediante la cual intuimos la divinidad que nos constituye;
rito que presupone y precisa la capacidad para observar activamente,
y la sensibilidad para percibir y gozar hasta el extremo del embeleso.
Sumos sacerdotes de una estética metafísica que proporciona
el más sublime grado de fisicidad posible, aquel que trasciende los sentidos
para anegar de sensualidad al espíritu, los dichosos seres que tal sienten
son, al mismo tiempo, víctimas propiciatorias inmoladas en el ara del arte.
Pensamientos Últimos. Héctor Amado


Variaciones sobre la belleza de la forma corporal 

.....¿Cuántas formas caben en la innúmera posibilidad de la forma? ¿Cuánta belleza cabe en la forma bella? ¿Cuánta belleza puede captar y sentir la forma contemplativa? ¿Existe belleza más allá de la forma? ¿Puede el arte dar cuenta de toda la belleza contenida en la forma bella? ¿Es el cuerpo humano la forma que mejor expresa la belleza intrínseca de las cosas, aquella percibida con mayor riqueza de sentido, con más perturbadora emoción, por ser éste, —el ser humano—, el creador de todo sentido, el detentador de toda emoción?
.....La belleza desprendida por la perfección de los cuerpos —una perfección múltiple, no única, inherente a multitud de cuerpos singulares, todos aspirantes, de alguna forma,  a la perfección en su armoniosa proporción— es semejante, y en muchos sentidos comparable, al titilar de las estrellas del firmamento, o al reverbero de la luna en las ondas del océano: ilimitada su capacidad de sugerir. Pero en el caso de los cuerpos humanos, se añade un factor de sensualidad, de voluptuoso regocijo, que va más allá del simple, si bello, físico resplandor. Es el factor del reconocimiento inmediato de la divinidad posada en esos cuerpos, una divinidad que nos religa con una perfección inalcanzable, aunque presumible, reconocible y experimentable.

.....Un cuerpo —esa condensación material del Ser individualizado— es un reservorio de belleza, la cual está disponible en sus múltiples facetas, en sus incontables manifestaciones. Un cuerpo, uno proporcionado y armónico, afín en su diversa alteridad al canon estético, posee una capacidad ilimitada para la mutación de lo bello. Y en el receptor, como captador de lo bello que tal cuerpo estelarmente irradia, la percepción se adecúa a la sensibilidad de sus antenas, es decir, de su alma. La mayor sutileza en su capacidad para el embeleso  —la del individuo perceptor—, vendrá determinada por su mayor rango de registros para percibir lo bello; lo bello que albergue la forma que se le presente (ante los ojos —sobre todo—, pero también a los oídos, o al contacto con la piel). La sensibilidad determina la experiencia, la dota de valor y de amplitud, y, por qué no, de excelencia e intensidad. Un cuerpo, por sí mismo, es capaz de irradiar belleza, es decir, la posee intrínsecamente, pero dependiendo de quien lo observe/experimente el efecto de esa belleza puede multiplicarse o, al contrario, resultar mitigado. La belleza, por tanto, es cosa de (al menos) dos: quien la detenta y quien la percibe. Y depende de uno y otro que el efecto de esa belleza brille como una supernova o como una enana roja, aparezca/se perciba como una nebulosa o derive en agujero negro supermasivo con el poder de atraer y subsumir todo cuanto caiga en su radio de acción.

.....La perfección de un cuerpo, su capacidad para conmover, no viene determinada por unas meras coordenadas estéticas formales, sujetas a una simple cuestión de matemática proporción y física armonía, o no sólo, sino que, además, debe de poseer una cierta disposición a irradiar emoción, definida como el poder (invisible pero incisivo) para conectar emocionalmente con el observador. La perfección de un cuerpo, vista así, depende otrosí del sujeto pasivo que la goce y reconozca como tal. Es decir, la tal perfección formal (imbuida del poder de emocionar) vendrá determinada por el valor que le otorgue quien la disfrute y reconozca. Confirmamos así, de nuevo, la necesidad de al menos dos seres/individuos/instancias para establecer el fenómeno estético en que se funda, y sobre el cual se erige en todo su esplendor, el concepto de belleza, y su encarnación en las formas corporales.
.....La Belleza es, pues, relativamente objetiva y subjetiva a un tiempo. Habrá quien contemple las diversas y bellas variaciones de la forma con que un mismo cuerpo se manifiesta como inseparables de una sola y única belleza: la del singular cuerpo que las adopta (es decir, las diversas manifestaciones formales adoptadas por un mismo bello cuerpo las verá y percibirá como una sola bella forma, coincidente con el cuerpo al que representan). Por otro lado, habrá quien vea en cada una de estas formas —variación de manifestaciones formales del mismo cuerpo— la expresión singular de una manifestación formal de la belleza provista de entidad propia, que de modo incidental (o accidental) se da en un determinado cuerpo. Belleza de conjunto y belleza singular, belleza de un cuerpo y belleza de cada una de sus manifestaciones formales. Estas manifestaciones formales, singularidades de la pluralidad formal que constituye todo cuerpo (obviamente vivo), por mor de su carga expresiva, serían percibidas por estos sensibles individuos como entidades propias, detentadoras de su propia patente comunicativa, con todo el potencial de sugerencia que su singularidad les otorga, y que sólo de forma relativa pertenece al cuerpo del cual son expresión.

.....En el caso de una determinada mujer (o un determinado varón), cada una de las formas que adopta en sus diferentes poses y con las cuales se expresa, poseerá un rango de irradiación propio, cargado de (distinta y distintiva) significación para cada uno de los observadores ante los cuales se muestre. Cada imagen correlato de una postura diferente del mismo cuerpo (en el caso de tratarse de una representación gráfica y no de una exhibición directa, es decir, del natural) poseerá un valor independiente (siempre referido a esos observadores sensibles, detentadores de sutileza distintiva y amplitud de rango perceptivo) y será vista como una emanación individual de lo bello, irradiado desde ese cuerpo.
.....Infinito el matiz de la percepción que se traduce en emoción, que implica y crea emoción. Policromía inacabable en la coloratura expresivo-emocional del emisor y del receptor: en la emisión de la forma bella, en la recepción de quien la disfruta. Juego de estéticas polaridades que pone en valor la naturaleza del arte y quien es su valedor: el ser humano. Con ello volvemos al origen: la ilimitada posibilidad de lo bello desplegándose en la forma efímera. La eternidad latiendo en la caducidad; la capacidad de lo mortal, de lo finito, para generar a cada instante el ser ilimitado. Prueba, y no especulación, de que conceptos como muerte, efímero o caduco, aplicadas al arte y a su razón de ser, la belleza, no son sino convenciones referidas a un ámbito ajeno a la naturaleza de tales entidades. El arte, la belleza, no mueren nunca, siempre estarán vivas en las imágenes que las constituyen (así sean las imágenes sonoras de ese melódico arte invisible que es la música), y, lo que es aún más consecuente —y turbador—, esta proyección hacia el infinito es participada por los modelos que las generan (y por quienes las valoran y perciben, que serán sujetos de emoción —una emoción que, por definición, es ajena al tiempo y al espacio, y, por tanto, no sujeta a convenciones temporo/espaciales, convenciones donde cobrarían sentido conceptos tales como muerte, efímero o caduco).

.....Porta la imagen, la forma bella, codificada su carga de belleza, que sólo será descodificada, e inteligible por tanto —emitida—, en el momento de ser percibida por el receptor. Mientras tanto es como un tesoro oculto: ahí estará, pero ignorado, sin posibilidad de enriquecer a nadie. Sólo al ser descubierto (observado, percibido, gozado) el valor de lo bello que tal imagen, tal forma, posee, se irradiará enriqueciendo la mente, el corazón, de su descubridor; y será ese enriquecimiento, computable en emoción y sentimiento, tanto más cuantioso cuanto más sensible la disposición, tanto más valioso cuanto más sutil la sensibilidad perceptible, el registro de matices emocionales, de que disponga el receptor/descubridor. La imagen, la forma, irradia sin tasa, pero su brillo vendrá determinado por las características estéticas/sugerentes que singular e intrínsecamente posea. Y estas características estéticas (sujetas al canon, la proporción y la armonía), provistas de sugerencia (de significado múltiple provisto del poder de desencadenar emoción, que dependerá, a su vez, del rango de percepción del observador), de la forma, de la imagen (sea ésta sonora), modularán dicho brillo en atención al observador, del mismo modo que el brillo, la definición, de un astro en el firmamento depende de la precisión y sensibilidad óptica del telescopio con el cual se observe. Lo bello será perceptible en todo momento (el astro titilando, la forma nebulosa de bellos color y forma, el planeta suspendido en una órbita, embelesado y capturado por el poder de la estrella incandescente), aunque el aparato óptico no sea capaz de descubrir toda la belleza inmersa en sus detalles; pero sólo el telescopio más preciso, más sensible, registrará matices de lo bello imperceptibles en el primer caso.
La amplitud en el registro (la sensibilidad estética, dependiente a un tiempo de la sensibilidad perceptiva —física, nerviosa, neuronal— del individuo y de su formación cultural) será quien tase el valor estético de una forma, de una imagen (sea sonora). Cuanto mayor el conocimiento, cuanto más sensible la percepción, más posibilidad de disfrute de lo bello; y éste, lo bello, será percibido de una forma más intensa, cuantitativa y cualitativamente, lo que se traducirá en mayor apasionamiento, en más gozosa delectación, llegando a provocar incluso la exaltación o el arrebato místico.

.....La forma bella, la imagen hermosa, (así sean sonoras), no es, pues, un valor absoluto, sino relativo al observador. Una forma bella, una imagen hermosa, es como un diamante en bruto o como una veta de oro enquistada en las entrañas de la tierra esperando a quien les saque a la luz, a quien sea capaz de reconocer en ellos el valor intrínseco que detentan, e, incluso, descubriendo o desarrollando en ellos nuevos valores (nuevos matices de lo bello), que les hagan aún más valiosos —más bellos—, por medio de su tallado, de su modelado, de su composición expresiva. El cuerpo humano, portador por antonomasia de la más significativa sugerencia, la que produce más intensa emoción, es el más valioso diamante (el azul, el rosa o el amarillo) y el oro de mayor ley (24 kilates). En sus gestos, en sus poses, en su quehacer dinámico o en su permanecer estático, el cuerpo humano es capaz de irradiar tanta belleza como el organismo más sofisticado pueda percibir y asimilar. Y este ser capaz significa que, dependiendo de la relación existente entre emisor (el cuerpo que se exhibe) y receptor (el cuerpo que percibe), la belleza se expresará en una ecuación cuyas incógnitas tienden al infinito y cuya solución se da siempre abierta.

.....Objeto/sujeto bello y sujeto/objeto sensible forman un par de fuerzas que se retroalimentan. Siguiendo con las analogías estelares, objeto/sujeto bello y sujeto/objeto sensible forman una estrella doble que gira y se ensimisma en un bucle generador de emoción. Y defino de esta manera, mediante este par de sustantivos complementarios (sujeto-objeto), a la forma bella, emisora de belleza, objeto/sujeto; y al observador, perceptor de belleza, sujeto/objeto, porque no está del todo claro dónde comienza uno y termina el otro. Hay una inclinación a tomar la imagen, si es una imagen la forma bella (sea imagen sonora), como el objeto (mirado, observado, escuchado); y al observador como el sujeto (que observa y percibe, que siente). Pero en el caso del cuerpo humano esta relación convencional no está tan clara, pues la mujer o el hombre objeto de arte, es al mismo tiempo sujeto agente (persona o cosa que produce un efecto, acepción 3 del diccionario de la RAE) de belleza, interpretable, descodificable, pero sujeto agente al fin y al cabo, con su capacidad para emitir belleza y producir emoción, siendo su predicado el observador, el subyugado, el sujeto/objeto, el paciente (gozoso padeciente) de la belleza que el objeto/sujeto de arte emite.
.....Un cuerpo humano bello, estéticamente hermoso, por mor de su expresividad, que no es sino manifestación de su singularidad vital, se convierte en generador infinito de belleza —así sea ésta efímera y tema del elegíaco o satírico cantar de los poetas—, en creador incesante de instantes formales radiantes de luminosa belleza. Festival de lo bello con que el Ser se regocija. Sonrisa del Ser ante sus más sublimes creaciones, eso es la belleza. Eso, y la necesidad del ser humano para sentir en sí mismo la infinitud que su caducidad demanda.




GALERÍA
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Jeff Robb
(1965 -   )
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Presentación de la Galería de este post
.....En el presente post, dedicado a este artista gráfico multidisciplinar en cuyo trabajo destaca su dedicación al formato 3D, bien sea en Impresión Lenticular (Lenticular Photography), reflexión y transmisión holográfica o vídeo, dedicaré una especial atención a una de sus obras englobadas en la serie Unnatural Causes, la consignada con el nº 18. He elegido esta obra (podría haber optado por la número 15) por la fuerza y plasticidad de los posados —de las formas en ellos compuestas— y por la belleza cargada de sensualidad que el cuerpo de esta modelo, en particular, transmite.
.....Primeramente expondré la obra tal cual el artista la ha ideado y realizado, es decir, con la composición de sus veinticinco imágenes plasmadas en una orientación cargada de sentido, un sentido donde la ingravidez del ser se nos muestra pleno de hermosura, y que nos invita a ir más allá de la simple sensación perceptiva en la sugerencia que estas poses innaturales nos comunican. Belleza, pues, surgida de la que la imagen en sí porta —ese bello cuerpo adoptando veinticinco diferentes poses—, sumada a la que la innatural orientación nos expresa —presentadas de forma no natural, chocante, sugerente, en la que la sensualidad corporal básica del posado se impregna de una belleza contradictoria al adoptar una orientación ilógica; una belleza que apela directamente al intelecto, creando un nuevo significado, una nueva perspectiva, de la voluptuosidad que aúna lo corporal a lo espiritual.
.....Posteriormente presentaré la obra desmenuzada: en cuadrantes, filas e individualmente pose por pose. Con ello pretendo indagar en la diferente percepción que la observación de esta obra fragmentada pudiera tener respecto a la observación de la obra completa. La presentación de cada pose individual nos permitirá concentrar esa percepción en cada una de ellas, y determinar hasta qué punto nuestra sensibilidad se sentirá variablemente impresionada. ¿Por qué sentimos más afinidad por una determinada pose que por otra? ¿En qué se basa que una nos resulte más sugerente, más turbadora o más impresionable? Sólo con la observación separada podemos darnos cuenta de este hecho y establecer que el gusto de cada cual puede ser determinado en base a un mapa de impresionabilidad, respecto a un catálogo de imágenes diversas.

.....Después realizaré un trabajo más propio. Manipularé la orientación de las imágenes para presentarlas en otro formato, siempre con el máximo respeto por la obra original, y con el objetivo de servir de ejercicio estético buscando la diferente sugerencia, la variable influencia en nuestra emoción. Son tan bellas las imágenes, contienen tal carga de sensualidad artística, que no he podido resistirme a realizar estas, por mí llamadas, Variaciones, sustanciadas en la presentación de la obra original diseñando diversas composiciones alternativas (Aspa, Cruz y Almohadilla); y, centrándome en dos de las imágenes (la nº 5 y la nº 20), llevar a cabo dos montajes: en uno se hace un desarrollo de la orientación en cuadrante y en octante (Sequence); y en el otro se ensayan, en composición de cuadrante, algunas de las posibilidades que ofrece la manipulación de la orientación de la imagen (Caleidoscope).
.....Finalizaré el enfoque de esta obra con una composición de las imágenes tal y como fueron realizadas en el estudio del artista, antes de la composición definitiva. La he llamado por este motivo Natural Causes, significando con ello que las poses están presentadas en su orientación natural. Es curioso darse cuenta cómo la impresión que causan en el observador las dos composiciones (la original innatural y la natural manipulada) puede o no ser distinta. Seguiré en la presentación el mismo desarrollo que en el original (obviando los cuadrantes), es decir, por filas e individualmente.

.....Se completará la oferta de imágenes del post con las series: Free Fall (caída libre detenida en un instante), Thought Experiments (cuerpos flotando mágicamente en el aire) y Visitors, en la que Robb realiza un homenaje a la obra de Georges de la Tour, pintor barroco francés, cercano al tenebrismo, algunas de cuyas obras más significativas y características representan escenas a la luz de las velas (en las que el pintor hace gala de un poderoso dominio del claroscuro), entre ellas una serie dedicada a María Magdalena ante un espejo, que es la que aquí se homenajea.
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UNNATURAL CAUSES
(2ª PARTE: UC 18)
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UC 18. Original
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UC 18. Original: Cuadrantes 1 a 4 

UC 18. Cuadrante 1 (Superior Izquierda)
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UC 18. Cuadrante 2 (Superior Derecha)
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UC 18. Cuadrante 3 (Inferior Izquierda)
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UC 18. Cuadrante 4 (Inferior Derecha)



UC 18. Original: Filas 1 a 5 + Individual 1 a 25

UC 18.  Fila 1
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UC 18. (F1) Imagen 1
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UC 18. (F1) Imagen 2
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UC 18. (F1) Imagen 3
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UC 18. (F1) Imagen 4
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UC 18. (F1) Imagen 5
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UC 18. Fila 2

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UC 18. (F2) Imagen 6
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UC 18. (F2) Imagen 7
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UC 18. (F2) Imagen 8
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UC 18. (F2) Imagen 9
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UC 18. (F2) Imagen 10
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UC 18. Fila 3

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UC 18. (F3) Imagen 11
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UC 18. (F3) Imagen 12
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UC 18. (F3) Imagen 13
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UC 18. (F3) Imagen 14
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UC 18. (F3) Imagen 15
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UC 18. Fila 4

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UC 18. (F4) Imagen 16
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UC 18. (F4) Imagen 17
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UC 18. (F4) Imagen 18
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UC 18. (F4) Imagen 19
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UC 18. (F4) Imagen 20
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UC 18. Fila 5

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UC 18. (F5) Imagen 21
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UC 18. (F5) Imagen 22
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UC 18. (F5) Imagen 23
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UC 18. (F5) Imagen 24
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UC 18. (F5) Imagen 25



Unnatural Causes 18
VARIACIONES

Imagen 5 (Img 5)


(Img 5) Sequence 1. Cuadrante
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(Img 5) Sequence 2. Octante
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(Img 5) Caleidoscope 1
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(Img 5) Caleidoscope 2
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(Img 5) Caleidoscope 3
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(Img 5) Caleidoscope 4
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Imagen 20 (Img 20)
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(Img 20) Sequence 1. Cuadrante
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(Img 20) Sequence 2. Octante
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(Img 20) Caleidoscope 1
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(Img 20) Caleidoscope 2
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(Img 20) Caleidoscope 3
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(Img 20) Caleidoscope 4
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 Variación en Aspa
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Variación en Cruz
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 Variación en Almohadilla



NATURAL CAUSES 18 (NC 18)
(Posados originales base para Unnatural Causes 18)

(NC 18) Composición completa
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(NC 18) Fila 1

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(NC 18) (F1) Imagen 1
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 (NC 18) (F1) Imagen 2
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 (NC 18) (F1) Imagen 3
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 (NC 18) (F1) Imagen 4
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(NC 18) (F1) Imagen 5
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(NC 18) Fila 2

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(NC 18) Imagen 6 (F2)
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(NC 18) (F2)  Imagen 7
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(NC 18) (F2)  Imagen 8
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 (NC 18) (F2)  Imagen 9
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(NC 18) (F2)  Imagen 10
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(NC 18) Fila 3

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(NC 18) (F3)  Imagen 11
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(NC 18) (F3)  Imagen 12
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(NC 18) (F3)  Imagen 13
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(NC 18) (F3)  Imagen 14
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(NC 18) (F3)  Imagen 15
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(NC 18) Fila 4

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(NC 18) (F4)  Imagen 16
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(NC 18) (F4)  Imagen 17
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 (NC 18) (F4)  Imagen 18
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 (NC 18) (F4)  Imagen 19
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(NC 18) (F4)  Imagen 20
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(NC 18) Fila 5

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(NC 18) (F5) Imagen 21
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 (NC 18) (F5) Imagen 22
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 (NC 18) (F5) Imagen 23
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 (NC 18) (F5) Imagen 24
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(NC 18) (F5) Imagen 25
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FREE FALL

Lenticular Photography (LP)

 Free Fall nº 3 (LP)
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 Free Fall nº 22 (LP)
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Free Fall nº 23 (LP)
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Free Fall nº 24 (LP)
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Free Fall nº 26 (LP)
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Photography

 Free Fall nº 1
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Free Fall nº 3
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Free Fall nº 5
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Free Fall nº 6
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Free Fall nº 7
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Free Fall nº 8
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 Free Fall nº 9
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 Free Fall nº 10
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 Free Fall nº 12
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 Free Fall nº 13
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 Free Fall nº 14
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 Free Fall nº 16

Free Fall nº 17
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Free Fall nº 18
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 Free Fall nº 20
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 Free Fall nº 21
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Free Fall nº 24
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THOUGHT EXPERIMENTS

Lenticular photography (LP)
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 Thought Experiments 1 (LP)
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Thought Experiments 2 (LP)
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 Thought Experiments 3 (LP)
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 Thought Experiments 4 (LP)
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 Thought Experiments 5 (LP)
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 Thought Experiments 6 (LP)
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 Thought Experiments 7 (LP)
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Thought Experiments 8 (LP)
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Photography (P)

Thought Experiments 1
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Thought Experiments 2
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 Thought Experiments 3
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 Thought Experiments 4
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 Thought Experiments 5
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 Thought Experiments 6
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 Thought Experiments 7
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Thought Experiments 8
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 Thought Experiments 9
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Thought Experiments 10
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VISITORS
(Revisión de Georges de la Tour)
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Visitors 1
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Visitors 2
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Visitors 3
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Visitors 4
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Visitors 5
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Visitors 6
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