miércoles, 29 de enero de 2014

Renée: un relato (des)concertante (I) - GALERÍA: Salvador Dalí (Surrealismo 1)




Preámbulo

.....Renée es un relato. Renée es una mujer. Y también una canción. Una canción del grupo británico Talk Talk. Renée es una mujer brotada de una canción, de un sentimiento provocado en mí por una canción, que ha necesitado hacerse relato para cobrar vida.
.....El relato tiene la forma de un concierto. Un concierto concreto dado por el grupo brit antes citado (Talk Talk), en la ciudad de Salamanca, en Septiembre de 1986. El relato está ubicado en esa época. Y la forma en que se desarrollará la narración sigue el orden y enunciados del tracklisting que el grupo desgranó en dicho concierto. Sus capítulos vienen titulados por las canciones que un Mark Hollis en estado de gracia entonó aquella noche. 13 canciones, 13 capítulos, 13 escenas que nos hablarán de Renée; canción, por otra parte, con la que se cierra el concierto, su segundo bis.
.....Nada que ver este relato con Nine Songs, de Michael Winterbottom. O sí; quizás sí. Pues las diferentes composiciones tienen su parte en la trama (lo que en la película correspondía a canciones de diferentes conciertos, aquí son las diversas canciones del mismo concierto). Los títulos de las canciones (que no su letra, de la cual hago abstracción) señalarán la orientación de la acción en cada capítulo, en uno u otro sentido determinarán lo narrado, serán pistas de la historia que se contará, una especie de esencia de su materia, el hilo con el que se tejerá su trama.

.....El relato se extenderá a lo largo de cuatro posts: cuatro temas/capítulos en el primero de ellos, y tres capítulos/temas en cada uno de los tres siguientes hasta completar los trece. El orden de los capítulos en el relato corresponde al de las canciones en el concierto.
.....Al lado de cada título figura el minutaje correspondiente a su ubicación en el vídeo del concierto; haciendo click sobre él se enlazará directamente al tema en cuestión en el vídeo.
.....Al final de cada post, de los cuatro que componen el relato, no obstante, se adjuntará el archivo audiovisual correspondiente al mencionado concierto de Salamanca, del que debo decir que si bien su sonido no es el mejor de los posibles, sí da cuenta de la fuerza e interés, de la originalidad del grupo en sus directos. Los temas se desarrollan de forma fresca y abierta, dando pie a la improvisación, a una fase de variación sobre la melodía central, rindiendo así un cumplido homenaje a ese poso jazzístico que subyace en la música de Talk Talk. Por ello se podría decir que los distintos temas, siendo los que son, suenan nuevos, palpitantes; para nada son reproducciones mecánicas y exactas de las grabaciones: tienen su propia vida, una vida que corresponde al lugar en que se interpretan, en este caso Salamanca. No sería aventurado ni excesivo en este sentido hablar de un Dum Dum Girl salmantino, de un Tomorrow Started salmantino, de un It's You salmantino... Pues están paridas bajo la inspiración de ese soberbio marco cuadrangular y soportalado, de dorada piedra franca de Villamayor estructuralmente churrigueresca, y las gentes que en él se concitaron ese día a esa hora. Momento, así, único e irrepetible.
.....De todas formas, para abundar en lo original del directo de Talk Talk, ofrezco, también al final, una lista de reproducción con los mismos temas del concierto de marras, pero, en este caso, procedentes de su versión discográfica, es decir: grabadas en estudio. Se podrá, de este modo, realizar la correspondiente comparativa y se podrá, así mismo, comprobar qué hay de cierto en todo lo antes apuntado. Es difícil conseguir que temas tan magníficamente arreglados y archiconocidos puedan concitar la aquiescencia y admiración de su público; pues lo consiguen. Se podrá colegir al final, creo, que algo se pierde, pero mucho se gana en este afán recreativo destilado por tan espléndidas interpretaciones en vivo.

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Renée
Un relato (des)concertante

(I)

1. Talk Talk:  00:27
.....Oí hablar de ella por primera vez tras las vacaciones de Semana Santa, de vuelta al piso compartido con otros tres compañeros que, como yo, cursaban sus estudios universitarios en Valladolid. Corría el año 1986. Carlos, que se había quedado en la ciudad durante el periodo vacacional, a diferencia de José Luis, Pedro y yo mismo que nos largamos al pueblo con la familia, nos puso al corriente. Ya se sabe de la creciente fama que la Semana Santa de Valladolid ha ido adquiriendo con los años. Entonces, siendo la misma, era bastante menos conocida; la ciudad no recibía tantos turistas y se celebraban los sacros fastos casi en familia; además se solía vaciar casi completamente de universitarios, por lo que la sensación de penitente abandono era mayor. De todos modos siempre solía quedar un núcleo variable de irreductibles que solían citarse en los mismo lugares. En uno de estos lugares, El Sotabanco, lugar de copas con ambiente undeground, se topó con ella nuestro amigo. Parece ser que había llegado a Valladolid ya comenzado el curso; hecho velado por ignotas razones. Se decía esto y lo otro, se hablaba de un pasado oscuro y conflictivo. Su procedencia lo mismo la ligaba a la vecina Francia que la relacionaba a un constante e imparable viajar. Las más peregrinas especulaciones se tejieron entorno a su vida: hija de un diplomático gabacho, más dedicado a labores de espionaje que a las propias de una embajada, según unos; de un esquivo ladrón de guante blanco, en constate huida, según otros; de un escritor maldito, exiliado, apátrida y revolucionario, según los más imaginativos; lo cierto es que ella ni confirmaba ni desmentía ninguna versión, incluso apuntaba alguna más... Según Carlos, a ella le divertía esa leyenda que se iba generando a su alrededor y que la nimbaba con un aura caleidoscópica.

.....Cuando él la vio en el antes citado local --que como su nombre indica estaba ubicado en un semisótano, y en el que, dicho sea de paso, reinaba un sempiterno aroma a marihuana ya fundido a sus paredes y muebles--, estaba con un pequeño grupo de chicos y chicas de la Facultad de Ciencias. Obviamente, ella era el centro de atención. De belleza indefinible y desconcertante, morena, de estatura media, lo que más le atrajo a nuestro amigo, no obstante, fue su voz. No paraba de hablar -nos dijo- y lo hacía como lo podría haber hecho una enardecida Zenobia o una apasionada Hipatia a sus alumnos, pero con una cadencia más tumultuosa, como de aguacero monzónico. Imposible sustraerse a su hechizo, nos decía Carlos. Si ya era el centro de atención de su grupo, a los pocos minutos lo era de toda la concurrencia del local --que en esos días festivos no solía ser mucha. No es que se expresara como una poseída, como alguien en estado de trance o algo así, ya que en ningún momento perdía el control de la situación ni de la realidad, sino que era capaz de bordar a su discurso racimos de preguntas, corolarios y digresiones, emitidos de forma tal que convertía sus peroratas en pura retórica preciosista capaz de subyugar a cualquier auditorio. Hablaba y hablaba, y era tal su magnetismo que quien la escuchara resultaba cautivado, como hipnotizado, sin remedio. Además, su extraña hermosura (Carlos nos dijo que jamás había visto unos ojos como aquellos, y llevaba vistos unos cuantos -esto lo decía como subrayando esa su donjuanesca fama que tanto le gustaba fomentar) facilitaba no sólo la atención a lo que decía, sino la contemplación del escenario desde el cual lo decía.

.....Esa misma noche acabarían, Carlos y ella, paseando hasta altas horas de la madrugada por las desiertas calles vallisoletanas. Y esa misma noche --nos confesó sin disimulo-, se enamoró de ella; gesta, por otra parte, nada ardua --nos precisaba, restando méritos a la cosa, con un dejo de pesar y auto compasión que dejaba traslucir la abundante competencia con la que se enfrentaba. Ella parecía, inexplicablemente, encontrarse a gusto con cualquiera -apuntaba Carlos con incredulidad-; aunque si alguien le desagradaba se lo hacía saber directa y taxativamente, y ése, desde ese momento, era marginado de su círculo, no sólo por ella, sino por sus acompañantes, como si fuese un apestado (y en cierto modo era así).
.....No tenía novio o compañero habitual conocido, aunque varios eran los que afirmaban haberla llevado a la cama, afirmación que se cuidaban muy mucho realizar en su presencia. Ella, a pesar de todo, se reía ante las baladronadas de sus admiradores; no le molestaban esas falsas atribuciones que la convertían en una especie de Diana cazadora de amantes. Su fama de mujer inteligente y discursiva se trenzaba inevitablemente con la de devoradora almas (ya fueran hombres o mujeres)
.....Así pues mi conocimiento de la protagonista de esta historia fue vehiculado por la palabra, mediatizado por ella, introducido por ella, servido por ella.


2. Dum Dum Girl:  03:45
.....Carolina era una de esas chicas que sin ser tontas lo parecen, y no solo por hacer gala de una increíble ingenuidad o una aparente frivolidad, sino porque se pasaba de buena. Carolina era una chica de esas consideradas fáciles. Y como chica fácil era incapaz de anteponer su orgullo -incluso su dignidad o auto estima- a los deseos de los demás. Exhibía un cuerpo generoso, de modelo de Victoria's Secret, y lo hacía con estilo, con gracia y sin vergüenza. Rubia platino, el pelo rizado y algo fosco, leonino, le caía de forma anárquica sobre unos bien formados hombros; su cara estaba enmarcada en un óvalo perfecto; los ojos, achinados, tenían un inusual tono verde claro; la nariz era algo chata y respingona; poseía boca de labios carnosos; generosa de senos y estrecha de cintura que se abría a unas caderas maternales que se continuaban en dos bien contorneadas piernas; sus manos y pies, en cambio, eran grandes, algo desproporcionados respecto al resto de su anatomía (lo que según sus amantes era más una virtud que un defecto). Carolina era la amiga de nuestra misteriosa protagonista, su amiga más íntima quiero decir. Por supuesto, era un secreto a voces que se lo montaban juntas. Pero a veces el que se den por sentadas ciertas cosas dice más de la vulgaridad abonada de prejuicios, de la morbosidad y pereza imaginativa, de quien las da por sentado que de la verdad que encierran esas cosas. De momento no aclararé si este extremo era tal y como la ramplona obviedad lo presentaba, o encubría otro enigma añadido al misterio.

.....Carolina (Lina para los amigos) estudiaba Filología Francesa, aunque su primera elección había sido Germánicas, cosa que nadie en su entorno se explicaba, como no fuera por su amor repartido entre Wagner, Nina Hagen, Kraftwerk y Helmuth Berger (el atractivo actor austriaco que Lina creía alemán). Tras este primer fiasco, que le supuso perder un año, decidió decantarse por una lengua más asequible a la suya. En Francesa, mal que bien, lograba ir pasando de curso, aunque lo hiciera a trancas y barrancas. Su amistad con nuestra protagonista fue decisiva para una mejora ostensible en su rendimiento académico. Se las encontraba a menudo hablando la lengua de Voltaire, que Renée dominaba con la soltura de un nativo, lo que contribuía a dotarlas, aún más, de un halo de característica excepcionalidad. Carolina había sido amante de Carlos durante un par de meses hacía dos cursos. A resultas de aquella relación, bien por su mala cabeza --de ambos--, bien por su mucha inconsciencia --de ambos- o bien por su actitud de ilimitada entrega --de ella--, quedó embarazada, decidiendo, como es lógico, abortar. Sin dinero para desplazarse a Londres, tuvo que realizar la intervención de forma clandestina. Lo pasó fatal tras la intervención, hemorragia incluida, agarrándose una depresión que tardaría varios meses en superar. Al final, acabaría sobreponiéndose gracias a su incontenible alegría, y a los cariñosos brazos de unos y de otros. Es posible que Lina, de forma natural, tendiera a pensar más en la felicidad de los otros que en la suya propia, o bien que su felicidad pasaba por hacer felices a quienes se acercaban a ella. Lo más probable es que, en el fondo, se diera una mezcla de ambas posibilidades.

.....Renée le aportaría seguridad y confianza. No dejó de tener amantes, de divertirse --como ella decía-- divirtiendo, pero se espaciaron más, y, sobre todo, eligió mejor. Ya no aceptaba a cualquiera. Los aprovechados quedaron proscritos. Seguía siendo una chica fácil, pero exigía ser tratada con franqueza y honestidad. La percepción de la gente sobre ella cambió: ya nadie hacía mofa de ella y dejó de ser víctima de rijoso escarnio. Se convirtió en una chica esencialmente cariñosa, cariñosa y altruista, una especie de bacante inmolada en el ara del amor, presta a ofrendarse a quien lo mereciera. Al lado de Renée se ganó el común respeto; perdérselo podría significar ser marginado/a por parte de la amiga, y eso nadie lo deseaba.
.....Carolina, ¡qué gran chica! Nunca conocí a nadie más risueño, y con más ganas de disfrutar, y con una bondad más pura, absolutamente incapaz de malicia o, siquiera, de interés.


3. Call It the Nightboy:  07:29
.....Por aquel tiempo yo andaba aún más confuso que en plena adolescencia --de la que nunca he terminado de salir, por otra parte, demasiado consciente de que el ser humano adolece de forma consustancial. El acceso a la universidad, el alejamiento, al menos directo, de la familia, la responsabilidad ante la propia vida, hicieron de mi personalidad, apenas esbozada, un campo de batalla en el que las paradojas, las contradicciones y la inseguridad se batían el cobre con los deseos de llegar al fondo de mí mismo, con el ansia de descubrirme tras el yo impostado con que uno se recubre para sobrellevar una situación que no controla (la dependencia familiar, siendo, además, el pequeño de la casa: alguien a quien se mima y se consiente, pero a quien no se toma en serio). Siempre fui más un testigo de la vida que su protagonista. Mi actitud, desde que recuerdo, desde que, como se suele decir, tengo uso de razón, ha sido eminentemente contemplativa, aunque sintiente, intensamente sentida. He sido, desde niño, un ser con eso que se ha dado en llamar intensa vida interior. Imagino que en compensación por no estar dotado para tenerla exterior (mi más tierna infancia estuvo jalonada por la enfermedad y la consciencia de debilidad física). La vida interior tiene muchas ventajas y algunos inconvenientes. Son ventajas la adecuación entre lo sentido y lo vivido, el relativo control sobre lo que uno vive interiormente, la amplitud de los horizontes que uno puede abrirse, sólo limitados por la imaginación, el sentirse dueño y señor de cuanto acaece, de la propia vida. Son inconvenientes, en cambio, la falta de percepción sensorial que satisfaga unos sentidos exacerbados, ávidos de satisfacer una, en ocasiones, angustiosa hipersensibilidad; la sensación de irrealidad que a uno le asalta periódicamente y que ha de compensar con el ejercicio físico, por ejemplo, u otros mecanismos que permitan tocar tierra y sentirse materia.

.....La noche siempre ha sido mi reino. En aquella época más aún. También en aquella época, como les ha pasado a tantos, probé el chocolate (como se llamaba al hachís en barra). Felizmente, mi conflictividad buscaba menos la evasión que las respuestas, así es que apenas llegué a fumar una docena de porros, la mitad de ellos con desagradables y molestas consecuencias. Aunque más me alarmaron aquellos otros que me proporcionaron gratos momentos de evanescente e ingrávida existencia. Vi el peligro de inmediato (el peligro para mí, para un ser confuso, me refiero), y no sólo no me sedujo, sino que lo rechacé. Yo no buscaba evasión, ni ahuecar el ala, ni esconder la cabeza como el avestruz; buscaba respuestas, mirar de frente a una existencia que sentía, en gran parte, incongruente y amenazadora, enfrentarla, comprenderla, no obviarla.
.....La noche era mi paraíso. La noche para leer, la noche para estudiar, la noche para deambular por las calles vacías, escuchando nada más que el eco de mis propios pasos, la noche para compartirla con otros noctámbulos tan perdidos como yo, o más. Ya podría sentirme inestable, problematizado o desvitalizado durante el día, que al llegar la noche se producía en mí la transformación: bajaba un telón, pero subía otro. Al incipiente hombre inmaduro, inseguro, conflictivo, lo sustituía el héroe dispuesto a combatir el miedo, capaz de adentrarse donde otros --más normales-- no se hubieran atrevido ni de día. Entonces, a la luz de las estrellas o en la más absoluta oscuridad, bajo las artificiales y artificiosas luces incandescentes o de neón, un audaz vividor Mister Hyde suplantaba al temeroso, tímido y atormentado Doctor Jekyll.

.....Yo era un chico de la noche, un hijo de la luna, polvo de estrellas condensado en la tierra. Zombi durante el día, redivivo durante la noche. Así me sentía; así, en cierto modo, y en ocasiones, aún me siento. Recuerdo las noches pasadas en garitos donde nos refugiábamos la fauna nocturna cuando todos los locales "de buena nota" cerraban --cines, pubs, cafés. Garitos de densa atmósfera neblinosa, donde se mezclaba el humo del tabaco --enriquecido o no-- con la evaporación orgánica producto de la transpiración emocional de seres atribulados, en infatigable búsqueda de entelequias o en constante huida de sí mismos. Lugares poco recomendables en los que raro era el día en que no se preparase alguna trifulca. Para mí, a pesar del miedo que desde niño he sentido ante la violencia, ese ambiente "de riesgo" era un aliciente más. Como si esa mi naturaleza contemplativa, de testigo de la vida, estuviese ávida por registrar incluso sus zonas más oscuras. Allí me encontraba con otros estudiantes de otras facultades, pero no sólo, muy probablemente en mi misma situación. Allí también iba con un exiguo grupo de cinéfilos a la salida de las sesiones golfas de las películas de arte y ensayo. Allí, en fin, conocí a Renée. Llegó sola. Llegó algo bebida. Los bellos ojos algo vidriosos y enrojecidos así lo mostraban; el ligero esfuerzo mal disimulado por caminar erguida, también. Supe que era ella por Charly, el propietario y camarero del chiringuito, que la saludó por su nombre. No tardaría en descubrir que el enrojecimiento de los ojos no se debía al alcohol sino a un más íntimo, tibio y salino humor.


4. Tomorrow Started:  14:08
.....El azar hizo que se colocara a mi lado en el fondo de la barra. Ese día estaba yo solo, realizando mi labor de observación y percepción testimonial. Primero comenzó a  hablar para sí, mirando la copa que había pedido y que Charly, no sin reticencias, le había servido. Le bastó a Renée una mirada fija, sostenida, para doblegar toda resistencia del bienintencionado Charly. De hablar con el vaso pasó a hablar conmigo. Lo hizo sin solución de continuidad, como si el vaso, por emanación ante una poderosa invocación procedente de aquella ensimismada jaculatoria, se hubiese materializado en mi persona. Me sorprendió cuando, en medio de su deslavazado e incongruente discurso, creí oír mi nombre. Efectivamente --me dijo-- por si te extrañas, te conozco. Carlos me ha hablado de ti, tu nombre ha salido en alguna que otra conversación. Me quedé atónito, pues nadie nos había presentado, ni tan siquiera habíamos coincidido en el mismo lugar. Esta noche, me dijo, necesito la compañía de alguien como tú. He tenido suerte; Dios aprieta pero no ahoga. Si no te hubiera encontrado quizás habría acabado cogiéndome una buena tajada. Yo le respondí que cómo creía ella que era yo, para saber que mi compañía pudiera tener efectos terapéuticos sobre su aparente mal estado. Y ella, mirándome con fijeza (noté que el párpado derecho le temblaba ligeramente), me dijo que no había más que olerme para detectar en mí a una persona receptiva, que sabía escuchar, y que sabía intuir lo que las palabras, en ningún caso, pueden llegar a decir... Me dejó más atónito aún. Después, esbozando una de las más hermosas sonrisas que jamás he visto, me dijo: no, tonto, Carlos me ha hecho un retrato bastante ajustado de tu personalidad. No he hecho otra cosa que cotejar mi impresión --un sexto sentido que nunca me falla a la hora de calar a la gente--, con la descripción hecha por tu amigo, para comprender que no te ha llegado a conocer del todo; ni nunca lo hará, porque él juega en otra división. Pero, al menos, sin conocerte a fondo, ha descrito bastante ajustadamente tu orografía, por más que desconozca qué hay realmente en tu subsuelo.

.....Tras esta impresionante exhibición de pre-consciencia, de adivinación psicológica, o como quiera que queramos llamar a esa capacidad para intuir al que tenemos delante, compartió conmigo el pesar que la abrumaba. Lo hizo sin dar detalles, sólo dando cuenta de su estado anímico, de sus dudas, del seísmo que recién se acababa de producir en su vida. Era extraño, sino fuera porque la noche hace pasar por posible aun lo más descabellado, oír a esta mujer, con fama de segura de sí misma, que parecía ejercer un control absoluto sobre su vida, desvelar grietas en su infranqueable y sólida muralla. Me sentí un privilegiado, a la vez que detentador de un dudoso honor. Acabamos la copa que teníamos entre manos y salimos dispuestos a fundirnos en la noche, y lograr, con esa fusión, acceder a un nivel de conciencia que posibilitara el hallazgo de una solución al problema, o, al menos, mellar su filo y despuntar lo incisivo de su acción. Caminamos, hablamos y compartimos pensamientos y sentimientos hasta que la noche fue desmadejando su magia para dar paso a una luz, la del alba, que en este caso significaba la oscuridad de lo ominoso. Nos despedimos sabiendo que habíamos tendido un puente entre nuestras almas. Me dio las gracias con un beso y quedamos para vernos otro día, o, mejor, otra noche.

.....Ese día me fui a la cama con la sensación de que algo daba comienzo en mi vida. Una nueva época, una nueva relación, no sé, algo, lo que fuere, decididamente nuevo. Lo cierto es que después de compartir con Renée aquellas horas, sentí que algo dentro de mí había cambiado, que algo se había ido transformando a medida que nuestras almas, al comunicarse, se fundían. No sabría concretar en qué se sustanciaba ese cambio, pues yo, aparentemente, seguía siendo el mismo, apenas cuatro horas de íntimo diálogo más rico...; pero la sensación era esa.
.....Por otra parte, de la conversación con ella deduje que se encontraba en peligro, un peligro difuso, del que no quiso revelarme los detalles, pero que colegí real. Quizá no fuese nada concreto, quizás sólo fuese uno de esos clicks que se producen en las mentes privilegiadas, sometidas al arbitrio de su propia desmesura, que dan lugar a un cataclismo en la antes sólida estructura de la personalidad. Pero me temí que, sin descartar este extremo, fuese algo más directo, más exterior, más físico, más real. Creí detectar en ella, mientras caminábamos y hablábamos --y los efectos del alcohol se le iban pasando--, auténtico temor, un temor material, no espiritual. Qué duda cabe que el miedo físico induce en nuestra mente todo tipo de dudas y zozobra. Y creí no confundirme cuando, al despedirnos, interpreté su postrera mirada como una inconsciente e irreprimible llamada de socorro.
.....En el camino de vuelta a casa, para dormir un par de horas, fui pensando en qué actitud adoptar. Determiné que si lo que necesitaba Renée era ayuda se la prestaría incondicionalmente. Sonreí cuando me vi a mí mismo como uno de esos caballeros andantes dispuestos a salvar a la dama de las garras del dragón, o de la dominación del malvado de turno, o del inevitable destino adverso, o... de lo que fuera. Me acosté con la impresión cierta, sí, de que tras el sueño algo nuevo comenzaba para mí, algo provisto de la cautivadora impronta de la aventura, una aventura de la que inevitablemente saldría otro distinto al que yo era hasta entonces; una aventura en cuya experiencia quizás encontraría las respuestas que tanto buscaba.

(continuará)


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TALK TALK

Concierto de Salamanca


Traklisting:
1. Talk Talk:  00:27
2. Dum Dum Girl:  03:45
3. Call It the Nightboy:  07:29
4. Tomorrow Started:  14:08
5. My Foolish Friend:  21:57
6. Life is What You Make It:  26:39
7. Mirror Man/Does Carolina Know.  31:03
8. It's You:  39:16
9. Living In Another World:  43:10
10. Give It Up:  51:12
11. It's My Life:  56:45
12. (bis) Such a Shame:  01:05:40
13. (bis) Renée:  01:16:57

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Comparativa Concierto de Salamanca
Versión Temas Grabados en Estudio (Discos Oficiales)


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GALERÍA


Salvador Dalí
1904-1989

Surrealismo 1
1925-1934

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Figura en una ventana, 1925
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Venus y cupidos, 1925
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Venus y cupidos, 1925
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La chica del Ampurdán, 1925
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Figura sobre las rocas (mujer durmiendo), 1925
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Cenicitas, 1927-28
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Composición surrealista, 1928
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Bañista, 1928
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Simbiosis mujer-animal, 1928
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El Enigma del Deseo, Mi Madre, Mi Madre. Mi Madre, 1929
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The Lugubrious Game, 1929
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El Gran Masturbador (The Great Masturbator), 1929
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Imperial Monument to The Child-Woman, 1929
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The Profanation of the Host, 1929
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Phantasmagoria, 1929
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La Torre Roja (The Red Tower / The Antropomorphic Tower), 1930
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Portrait of Paul Elouard, 1929
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Accomodations of Desire, 1929
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Illumined Pleasures, 1929
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The First Days of Spring, 1929
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The Invisible Man, 1929
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Rosa ensangrentada, 1930
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The Font, 1930
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William Tell, 1930
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Invisible Sleeping Woman, 1930
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Invisible Sleeping Woman, 1930 (2)
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Paranoic Woman-Horse, 1930
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Vertigo, 1930
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Oedipus Complex, 1930
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Preamture Osification of a Railway Station, 1930
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La Main (Les Remords de Conscience), 1930
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The Persistence of Memory, 1931
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The Dream, 1931
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Mujer durmiendo en un paisaje, 1931
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Guillermo Tell y Gradiva, 1931
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Gradiva Finds the Antropomorphic Ruins, 1931
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La Ilusión Diurna: la sombra del Gran Piano acercándose, 1931
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La vejez de Guillermo Tell, 1931
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Memory of the Child-Woman, 1932
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Remorse, or Shunken Sphinx, 1932
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Personaje femenino con pan catalán, 1932
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The Birds of  Liquid Desire, 1932
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Antropomorphic Bread, Catalonian Bread 1932
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Diurnal Fanataisies, 1932
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Angelus, 1932
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The True Painting of "The Isle of the Dead" of Arnold Böcklin at the Hour of the Angelus, 1932
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Retrospective Bust of a Woman, 1932
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The Mysterious Sources of Harmony, 1932-33
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Meditation on the Arp, 1932-34
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Atavism and Twilight, 1933-34
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The Architectural Angelus of Millet, 1933
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Portrait of Gala with Two Lamb Chops Balanced on Her Shoulder, 1933
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The Enigma of William Tell, 1933
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The Enigma of William Tell, 1933
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Soft Watches, 1933
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Geological Destiny, 1933
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Instrumento masoquista, 1933-34
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La señal de la angustia, 1934
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Archeological Reminiscence of Millet's Angelus, 1934
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The Tower, 1934
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Atavistic Vestiges After the Rain, 1934
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The spectre of Angelus
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The Weaning of Furniture-Nutrition, 1934
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Allegory of an American Christmas, 1934
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The Tower, 1934
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The Ghost of Vermeer van Delft which Can Be Used as a Table, 1934
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Morning Ossification of the Cypress, 1934
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Javanese Mannequin, 1934
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Atmospheric Skull sodomizing a Grand Piano, 1934
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Cardinal, Cardinal, 1934
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Landscape with Mysterious Details, 1934
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The Signal of Anguish, 1934
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