sábado, 11 de julio de 2015

Acerca de Zhuangzi (I) - GALERÍA: Pintores chinos de la dinastía Ming (1)





Acerca de Zhuangzi

(I)

Introducción

.....Contemporáneo de Alejandro el Magno, y, por tanto, de un Arsitóteles ya maduro, Zhuangzi (pinyin) o Chuang Tzu o Chuang Tse (Wade-Giles) es uno de los pensadores chinos más célebres. Convencionalmente asociado al taoísmo, junto a Laozi (o Lao Tse), no parece, en cambio, que todos estén de acuerdo con esta opinión reduccionista. Ha sido tradicionalmente China, sus críticos y eruditos, quien lo ha colocado ahí, pero a la luz de una exégesis más profunda, libre y moderna, y menos complaciente con los primeros críticos —que sentarían cátedra—, no parece ser ese su lugar. Uno de estos críticos inconformistas que han visto en Zhuangzi mucho más (y, sobre todo, distinto) de lo convencionalmente admitido es el sinólogo suizo Jean François Billeter. Él mismo ha acometido la audaz empresa de traducirlo directamente, desconfiando de las dudosas traducciones existentes, tanto francesas, como inglesas, aunque reconoce que entre éstas se encuentran las más fidedignas (la de Burton Watson, sobre todas); y, la verdad, ha encontrado notables diferencias de interpretación en lo que Zhuangzi realmente dice, y lo que se ha interpretado (traducido) que quería decir.
.....Es siempre aleccionador topar con espíritus verdaderamente independientes en la labor de investigación, máxime en la literaria, máxime tratándose de una figura perteneciente a otra cultura distinta de la propia, máxime si su obra es oscura o compleja, y, por ende, máxime si está escrita en un idioma tan extraño al materno como pueda serlo el francés, inglés o alemán del chino o el japonés. Los códigos, las imágenes, los conceptos, los significados, pueden variar tanto como para permitir traducciones diferentes sin apenas puntos de conexión o similitud. Esto lo sabe sobradamente Billeter, y por eso se propuso adentrarse en el universo de Zhuangzi, seguro de hallar en él constelaciones aún por descubrir, a parte de modificar el planisferio ya por siglos convencional, de tanto repetirse. Y es que no por repetir hasta la náusea un error puede éste enmendar su equívoco.

.....Se concluye, tras leer atentamente al sinólogo suizo, que poco cabe achacársele a Zhuangzi de veleidad por los ismos. Nada más refractario al pensamiento aparentemente anárquico del sabio chino que estructurar sus reflexiones en un sistema. No se encontrará en su obra —bien leída, nos dirá Billeter— la menor intención de estructurar su pensamiento, nada más lejos que desear un todo sistemático a la manera de Confucio o, incluso, a la de Laozi (que tampoco, aunque éste lo permita menos forzadamente). Zhuangzi, antes que a Hegel, se ha de asimilar a Spinoza (con quien gusta compararlo Billeter en más de una ocasión), incluso con Wittgenstein, en su afán de utilizar la paradoja y en su conclusión de que de lo que no se puede hablar, mejor es callar.
.....En su obrita, surgida de un ciclo de cuatro lecciones-conferencias en el Collège de France los días 13, 20 y 27 de octubre y 3 de noviembre de 2000, titulada en España Cuatro lecturas sobre Zhuangzi (Leçons sur Chouang-Tseu, Alia, Paris, 2002; revisada y vuelta a titular Études sur Chouang-Tseu, Alia, Paris, en 2006), Billeter nos descubre a otro Zhuangzi, un Zhuangzi menos escolástico, menos académico, menos, si se me puede permitir el sincretismo, sofista. Un Zhuangzi libérrimo y atemporal que puede entroncar directamente con las concepciones científicas más modernas, y también con las corrientes filosóficas más posmodernas: aquellas que intentan colocar la materia en el origen del espíritu, y viceversa, me atrevería a decir.

.....Como no se trata aquí de trasladar la obra de Billeter sino su hálito, me limitaré a transcribir únicamente los diferentes pasajes del Zhuangzi por él traducidos. Así pues los siguientes posts se nutrirán de los pensamientos del pensador chino, agrupados en orden a su oportunidad y su más o menos análoga unidad temática. Pero antes de nada me parece oportuno hacer una breve introducción a esta obra emblemática: el Zhuangzi (a falta de un título, que su autor no le dio, lleva el de su propio nombre).

.....La obra normativa tradicional consta de 33 capítulos (o libros), que en grado a su heterogeneidad y de forma tradicional, si convencional, pues aún se discute tal tratamiento, se suele dividir en tres partes: Capítulos Interiores o Nèi piān 內篇, Capítulos Exteriores o Wài piān 外篇 y Miscelánea o Zá piān 雜篇. Los Capítulos Interiores, que son siete, están atribuidos indudablemente al propio Zhuangzi; los capítulos Exteriores y la Miscelánea, en cambio, sugieren algunas dudas en la certeza de la autoría, pudiendo haber sido elaborados con posterioridad (aunque todos ellos están datados entre el siglo IV y el II antes de Nuestra Era), a modo de escolios, desarrollo o complementación de los Capítulos Interiores. No obstante, reitero, este cuestionamiento de la autoría, él mismo, es discutible. Lo que sí es comunmente aceptado es el corpus de la obra en 33 capítulos, y así se ha venido estudiando y enseñando desde que Guo Xiang, en el siglo IV de nuestra era, perteneciente a la Dinastya Jin (de los Dieciséis Reinos), redujera los 55 capítulos de que constaba la versión que llegó a  sus manos. Todas las versiones posteriores han tomado esta de Guo Xiang como canónica, con lo que es posible que algunos textos descartados pudieran haber sido de Zhuangzi, y algunos de los conservados convenir su inclusión por motivos socio-políticos (o religiosos). [Y en este factor se apoya Billeter para cuestionar la versión de Guo Xiang e iniciar una investigación más profunda que intentase purificar la interpretación canónica dada por el exégeta chino, quizás influenciado por las condiciones socio-político-religiosas del momento].
.....Lo que es un hecho es que a partir sobre todo de la dinastía Tang (618-907) el Zhuangzi y el Dao De Jing de Laozi (Lao Tsè) quedaron fijados como los textos fundacionales del Taoísmo.

.....El contenido de la obra lo forman un conjunto muy diverso de alegorías, fábulas, parábolas y anécdotas con un objetivo didáctico, en el que lo inmanente y espontáneo, la inacción y la sabiduría de la naturaleza se contraponen a la razón del hombre y sus convenciones; también es un canto a la libertad (y no sólo al libre albedrío, sino a la libertad ajena incluso a la propia voluntad). Para Zhuangzi no existe mejor camino para la realización de todas las criaturas (incluido el hombre) que su concordancia y armonía con la naturaleza (algo que para él, por ejemplo, consiguen llevar a cabo de forma espontánea los animales mejor que el hombre, quien actúa siempre condicionado por su mente —raciocinio— y sus emociones). El Zhuangzi también pone en solfa la tendencia maniquea del ser humano, obsesionado en dividir el mundo en contrarios (bien y mal, grande y pequeño, vida y muerte, lo humano —artificial— y lo natural, etc.). 
.....Formalmente el Zhuangzi es un conjunto de alegorías, casi todas ellas inventadas por el mismo filósofo, quien demuestra una gran inteligencia y brillantez expositiva y descriptiva. Su dominio del lenguaje rivaliza con el de los lógicos del siglo XX, y su tendencia al absurdo en numerosas ocasiones, para poner coto al alcance del raciocinio, se separa del academicismo pedagógico tradicionalista chino.

.....La unión cósmica de todo cuanto acaece (Tao) es el horizonte al que apunta el Zhuangzi. Unión cósmica a la que se accede más fácilmente cuanto más se deja la acción al funcionamiento natural de las cosas, sin oponérsele prejuicios ni juicios de valor, pues es en el funcionamiento natural de las cosas donde esa unión cósmica se expresa. Violentar esa armonía natural mediante la razón o el sentimiento es alejarse del camino. Todo tiene su propio camino de expresión y nada está determinado ni predestinado, la libertad es la libertad de acción no condicionada por nada externo, sino por el propio ritmo natural de las cosas, su devenir indeterminado. Algo así como una Inteligencia Universal que se expresara en todos los seres y en todas las cosas a la vez, aunque en cada una según su propia naturaleza. Para Zhuangzi sólo el hombre es capaz de cuestionar este funcionamiento y por eso se aleja del Cielo (refiriéndose en este caso el término Cielo a esa armonía intrínseca del cosmos por el que todo se expresa según un funcionamiento natural). Las connotaciones con Spinoza son claras (su Deus sive Natura se asimilaría aquí al funcionamiento —Dao— adecuado de las cosas que gobierna al mundo). 
.....Para Zhuangzi no existe un Dios creador ni director, sino que simplemente todo es de forma espontánea y cambiante; algo que lo acerca bastante a los postulados científicos no creacionistas actuales. Y, según él, el hombre sólo podrá ser feliz si sigue de forma natural el ritmo cósmico del que él mismo forma parte. La muerte no es sino una etapa más del cambio perpetuo y la transformación natural de las cosas y no el fin de nada; aceptar esto contribuye a la felicidad, negarlo genera angustia e insatisfacción.





TEXTOS ESCOGIDOS del ZHUANGZI

Del Funcionamiento de las cosas

1
El cocinero Ding

.....El cocinero Ding descuartizaba un buey para el príncipe Wenhui. Se oía hua cuando empuñaba con las manos el animal, sostenía su mole con el hombro y, afianzándose con una pierna, lo inmovilizaba un instante con la rodilla. Se oía huo cuando su cuchillo golpeaba cadencioso, como si hubiera estado ejecutando la antigua danza del Bosquecillo o el viejo ritmo de la Cabeza de Lince.
.....—¡Es admirable! —exclamó el príncipe—. ¡Nunca había imaginado una técnica así!.
.....El cocinero dejó su cuchillo y contestó:
.....—Lo que interesa a vuestro servidor es el funcionamiento de las cosas, no la simple técnica. Cuando empecé a practicar mi oficio, veía todo el buey ante mí. Tres años después, ya sólo veía partes del animal. Hoy lo encuentro con el espíritu sin verlo ya con los ojos. Mis sentidos ya no intervienen, mi espíritu actúa como le parece y sigue por sí solo los lineamientos del buey. Cuando la hoja corta y separa, sigue las fallas y hendeduras que se le ofrecen. No toca ni las venas ni los tendones, ni la envoltura de los huesos, ni, por supuesto, los huesos en sí [...] Cuando encuentro una articulación, localizo el punto difícil, lo miro fijamente y, con extrema cautela, corto lentamente. Bajo la delicada acción de la hoja, las partes se separan con un huo leve como el de un poco de tierra depositada en el suelo. Con el cuchillo en mano, me yergo, miro a mi alrededor, divertido y satisfecho y, tras haber limpiado la hoja, vuelvo a envainarlo.

道 道 

2
El carretero Bian

.....El duque Huan se hallaba leyendo en la sala, el carretero Bian estaba tallando una rueda al pie de la escalinata. El carretero dejó su formón y su mazo, subió la escalinata y preguntó al duque:
.....—¿Puedo preguntaros qué leéis?
.....—Las palabras de los grandes hombres —contestó el duque.
.....—¿Siguen vivos?
.....—No, están muertos.
.....—¡Entonces lo que leéis son los desechos de los antiguos!
.....—¡Cómo se atreve un carretero a discutir lo que leo! —replicó el duque—. ¡Si tienes una explicación, te perdonaré la vida, si no, morirás!
.....—Juzgo según mi experiencia —contestó el carretero—. Cuando tallo una rueda y ataco con demasiada suavidad, el golpe no mella. Cuando ataco demasiado fuerte, se detiene [en la madera]. Entre fuerza y suavidad, la mano encuentra, y la mente responde. Es una pericia que no puedo expresar con palabras, de modo que no pude transmitirla a mis hijos, que mis hijos no pudieron aprenderla de mí y que, con más de setenta años, sigo tallando ruedas a pesar de mi avanzada edad. Lo que los antiguos no podían transmitir se lo llevaron consigo en la muerte. Lo que leéis ahora son sus desechos.

道 道 

3
El nadador

.....Confucio se encontraba admirando las cataratas de Lüliang. El agua caía desde una altura de trescientos pies y corría luego espumando a lo largo de cuarenta leguas. Ni tortugas ni cocodrilos podían mantenerse en ese lugar, pero Confucio vio a un hombre nadando allí. Creyó que se trataba de un desdichado que buscaba la muerte y dijo a sus discípulos que fueran por la orilla para darle socorro. Pero unos cientos de pasos más allá, el hombre salió del agua y, con el pelo suelto, se puso a pasear por la ribera cantando.
.....Confucio lo alcanzó y le preguntó:
.....Os he tomado por un fantasma, pero, de cerca, parecéis vivo. Decidme: ¿tenéis un método para nadar así?
.....—No —respondió el hombre—, no lo tengo. Partí de lo dado, desarrollé un natural y alcancé la necesidad. Me dejo engullir por los torbellinos y remontar por la corriente ascendente, sigo los movimientos del agua sin actuar para mí.
.....—¿Qué queréis decir con: partir de lo dado, desarrollar un natural y alcanzar la necesidad? —preguntó Confucio.
.....El hombre respondió:
.....—Nací en estas colinas y en ellas me sentí en mi casa: esto es lo dado. Crecí en el agua y poco a poco me sentí a gusto en ella: éste es el natural. Ignoro por qué actúo de ese modo: esta es la necesidad.




GALERÍA

PINTORES CHINOS de la DINASTÍA MING
(1368-1644)
(Obras seleccionadas)

Una de las características distintivas de la pintura china es su formato en forma de rollo continuo, bien de papel o de seda. Estos rollos tienen unas dimensiones que pueden oscilar entre los pocos metros de largo a más de veinte, y una altura que va de los treinta centímetros a más de sesenta.
Otra de las características generales es la temática: paisajes —la más noble expresión de la pintura—, figuras, pájaros —y otros animales— y flores.
Otra más es, dentro del tema paisajístico, el lugar que ocupa el hombre, siempre subalterno, como un detalle más del paisaje que es el verdadero protagonista, por más que en él se halle inmerso el artista, el poeta, el noble o el pueblo llano.
El tema del vacío, omnipresente en el paisaje, bien como espacio donde todo se integra y ordena, bien en forma de cielo, de nube o de niebla, bien en forma de fluida corriente de invisible agua o de extenso mar, es otro de los distintivos de esta pintura que comenzó su andadura (figurativa) en época tan temprana como el periodo de las Seis Dinastías (222-589 d.C.).
En el periodo que va de la dinastía Tang (618-907 d.C) hasta el de las Cinco Dinastías (907-960) se concretan los modos del paisaje; y es durante la dinastía Song (960-1279) cuando se establece la conexión entre caligrafía, poesía y pintura (las Tres Perfecciones), dotando a ésta —la pintura— de un fuerte sentimiento poético (de ahí el por qué la pintura paisajista china tiene un trasfondo metafísico conectado al sentimiento lírico, tanto del artista como de la corte donde y para quien trabajaba).
El periodo de la dinastía Yuan (1271-1368) supuso una especie de revitalización de los estilos tradicionales a la renovada luz de la personalidad de los nuevos artistas (sobre todo de los denominados Cuatro Maestros Yuan), que culminarían en la época dorada de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911)

En las obras que aquí figuran, allí donde se corresponden con amplio formato en rollos, se ofrece, además del rollo completo en una tira, su fragmentación en secciones para su mejor apreciación; no obstante, en el nombre de dichas obras figura el pertinente enlace a la excelente página de China Online Museum —que me ha servido de fuente para esta selección— donde se podrá cotejar la obra en su original formato continuo.

SHEN ZHOU (沈周, 1427-1509)

 Shen Zhou - A Graceful Gathering at Wei's Garden (魏園雅集圖)
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 Shen Zhou - Lofty Mount Lu (廬山高)
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 Shen Zhou - Poet on a Mountaintop (杖藜遠眺)
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Shen Zhou - Pine and Stone (蒼松片石圖)
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Shen Zhou - Turtledove Calling for Rain (鳩聲喚雨圖)
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(Shen Zou and Wen Zhenming)

Handscroll, ink on paper, 36,8 x 1729,3 cm (MET, NY). Complete
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Handscroll, ink on paper, 36,8 x 1729,3 cm (MET, NY). In two sections
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 Section 1/14
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 Section 2/14
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 Section 3/14
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 Section 4/14
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 Section 5/14
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 Section 6/14
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Section 7/14
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 Section 8/14
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 Section 9/14
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 Section 10/14
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Section 11/14
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 Section 12/14
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 Section 13/14
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Section 14/14
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊)
Album, ink and color on paper, 27.8 x 37.3 cm, Palace Museum, Beijing
Sixteen Images, Title and Colophon

Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Title
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Pomegranate (石榴)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Free Oxherding (平坡散牧)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Gardenia (栀子花)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Autumn Landscape (秋景山水)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Reading in Autumn Mountain (秋山讀書)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Loquat (枇杷)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Chick (雛雞)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Cottonrose (芙蓉)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Landscape after Ni Zan (仿雲林山水)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Hollyhock (蜀葵)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Apricot Blossom (杏花)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - A Crying Cicada on an Autumn Willow (秋柳鳴蟬)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - A Pure Conversation among Mountains and Rivers (江山坐話)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Cauliflower (菜花)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Fishermen on an Autumn River (秋江釣艇)花)
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 Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Autumn Mountains, White Clouds (秋山白雲)
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Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊) - Colophon of the Album 'Dreaming of Traveling while in Bed (臥遊)'





WEN ZHENGMING (文徵明, 1470-1559)

Wen Zhengming - Guests Arriving at a Mountain Villa (山莊客至圖)
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Wen Zhengming - Old Trees by a Cold Waterfall (古木寒泉)
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Huxi Thatched Cottage (滸溪草堂圖)

Handscroll, ink and colors on paper, 26.7 x 142.5 cm, Liaoning Provincial Museum, Shenyang
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Section 1/2
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Section 2/2
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Peach Blossom Spring (桃園問津圖)

Handscroll, ink and color on paper, 32 x 542 cm (Complete)
 Liaoning Provincial Museum, Shenyang
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Sections A y B
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 Section A1
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Section A2
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 Section B1
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Section B2
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Red Cliff in Zhao Bosu's Style (倣趙伯驌後赤壁圖)

Handscroll, ink and colors on silk, 31.5 x 541.6 cm (Complete)
National Palace Museum, Taipei
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Sections A y B
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 Section A1
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 Section A2
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 Section B1
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Section B2
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Song of Pipa (琵琶行)


Handscroll, Painting, ink and colors on silk, 29.2 x 153.6 cm;
Calligraphy, ink on paper, 29.2 x 196.2 cm, National Palace Museum, Taipei
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Song of Pipa's Landscape
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Song of Pipa's Landscape (detail)
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 Song of Pipa's Landscape, detail 1
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Song of Pipa's Landscape, detail 2





TANG YIN (唐寅, 1470-1532)

 Tang Yin - Blowing a Bamboo Flute
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 Tang Yin - Court Ladies in the Shu Palace
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 Tang Yin - Landscape_Appreciating Chrysanthemum by the Eastern Hedge
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Tang Yin - Tao Gu Presenting a Lyric to Qin Ruolan (陶穀贈詞)
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Tang Yin - Walking in the Mountains, Listening to the Pines (山路松聲)
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Album leaves mounted as a handscroll, ink and color on silk, 32.4 x 413.7 cm,
The Metropolitan Museum of Art, New York

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 Leaf 1
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 Leaf 2
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 Leaf 3
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 Leaf 4
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 Leaf 5
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 Leaf 6
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 Leaf 7
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Leaf 8