sábado, 4 de julio de 2015

Horst P. Horst: El Glamour de las Formas (I) - GALERÍA: Horst P. Horst (1)





No creo que la fotografía sea algo que se haga, ni remotamente, con el cerebro;
se hace, antes bien, a petición del ojo.

La iluminación es más compleja de lo que se piensa.
Puede parecer que ahí no hay más que una sola fuente de luz,
pero en realidad hay reflectores y otros focos.
Realmente no sé como lo hice,
y no creo que fuera capaz de repetirlo
(sobre su fotografía de 1939 "Mainbocher corsé")

Me gusta hacer fotografías porque amo la vida;
y me gusta fotografiar a la gente más que nada,
porque, sobre todo, amo a la Humanidad.

Horst P. Horst


Horst P. Horst
El Glamour de las Formas

.....¿Es el glamour una característica exclusiva de lo selecto, lo elitista, lo elegante? ¿Tienen las formas una dimensión glamourosa o sólo cabe aplicar el término a lo distinguido y sofisticado? ¿Atañe preferentemente a ese petit art que es la moda, o su área de influencia se extiende partout? Mi punto de vista, mi intención, es mostrar lo que en apariencia es indemostrable, a saber: que casi todo puede ser objeto del glamour, sólo es preciso buscarle la perspectiva adecuada; y, por supuesto, toda forma bella puede expresarse con glamour. No hay más que utilizar convenientemente la iluminación, por ejemplo, o el filtro adecuado, o los complementos idóneos, y hasta un sapo puede ser presentado como un príncipe de la belleza formal.

.....Horst P. Horst (nacido Horst Paul Albert Bohrmann, en Alemania, y renombrado al adquirir su nacionalidad americana, en razón al embarazoso parentesco de su apellido con el del criminal nazi Borman; hay que tener en cuenta que hablamos del año 1941, cuando Horst solicita la ciudadanía tras llevar trabajando cuatro años en New York) constituye toda una institución en la fotografía de moda (no en vano trabajó desde sus inicios, en 1931, para Vogue, y seguiría haciéndolo durante toda su vida). Pero no sólo es una especie de Rey de la Elegancia en la fotografía fashion, ya que es reconocida y admirada sus impecable labor como retratista, así como por sus composiciones surrealistas de naturalezas muertas, donde da rienda suelta a la inclinación que siempre tuvo, desde niño, por las vanguardias artísticas. Sus desnudos, eco de su personalidad, son elegantes y sofisticados, portadores de un erotismo aterciopelado; no trata de indagar en las facetas del cuerpo (como Ruth Bernhard), sino que intenta —y lo logra casi siempre— presentar el glamour que puede esconderse en sus formas.

.....Quizás sólo el gran Richard Avedon, perteneciente ya a la siguiente generación, puede igualársele —cuando no superarlo— en esa mezcla de elegancia y calidad artística, aunque éste menos elitista y más comprometido. En principio choca esa dicotomía de Horst entre la fotografía como expresión artística, de vanguardia, con sus composiciones surrealistas, y esa otra fotografía engalanada del glamour de la moda más exclusiva. No obstante nunca fue un artista aséptico ni en sus trabajos más alimenticios, pues su autoexigencia no se lo hubiera permitido. No fue un combatiente social, si vamos a eso, su inclinación a la vanguardia no implicaba la bohemia ni el malditismo, sino todo lo contrario: se sentía artista por naturaleza, y su naturaleza lo que sí estaba era inclinada fundamentalmente hacia un sentido eminentemente estético de la vida. Si bien, es cierto que algo de malditismo tuvo que arrostrar, pero no fue por su cualidad de artista, sino por su inclinación sexual. Vivió su homosexualidad con plena normalidad, primero con su mentor, el fotógrafo de Vogue, barón George Hoyningen-Huene, un noble de ascendencia medio-báltica y medio-norteamericana, al que conoció en París mientras estudiaba con Le Corbusier; y después con el diplomático británico Valentine Lawford, quien sería su pareja desde 1938 hasta la muerte de éste, acaecida en 1991.

.....Horst era obsesivo con la iluminación, imagino que por ese afán de descubrir perspectivas nuevas, originales, más auténticas de las formas que retrataba; obsesivo, aussi, en su afán por descubrir el glamour de todo cuando se le ponía ante la cámara. Si la elegancia era su lema, esa elegancia parecía provenir de la luz, de la luz adecuada, de ese juego de contrastes, de perfiles y sombras, de matices de grises y texturas que sólo la luz es capaz de revelar. Proyectores,  focos —siempre uno cenital— constituían medios imprescindibles en su estudio; pantallas o superficies reflectantes eran parte consustancial de apoyo para conseguir la luz precisa, el efecto deseado, no por el cerebro, sino por el ojo que lo buscaba hasta descubrirlo. Se sigue de su opinión que el cerebro sólo actúa a posteriori; primero, Horst deja funcionar al ojo, lo deja indagar, contemplar, descubrir, y, hallando lo que busca, transmite al cerebro su información que actuará en consecuencia. Dejar hablar a las formas, dejarlas expresarse, estar atento el ojo al detalle más nimio para de él extraer la perspectiva reveladora, como si se tratase de una seña, de una indicación apenas perceptible, sólo percibida por el ojo más sensible, el más curioso, el más audaz.

.....Sólo quien ha sentido alguna vez la llamada inaudible de la naturaleza oculta de las cosas es capaz de asimilar tal forma de actuar, de comprenderla; una forma muy taoísta, y, por otra parte, muy spinoziana, que radica en fundirse con la forma que se pretende retratar, hacerse uno con ella, participar de una naturaleza común: lo observable, lo observado y el observador. Sólo de esta fusión es posible la obra, la perspectiva nueva, la forma revelada, y también contagiarla el glamour que uno lleva consigo, y que es capaz de delatar en la forma a la que se funde. Esta revelación de lo que no es aparente, de lo que permanece habitualmente oculto, únicamente es posible por medio de la fusión del objeto observado (sea cosa, animal o persona) y el sujeto que observa: de la forma emboscada en la aparente normalidad y la sensibilidad del artista capaz de desvelarla.
.....Se suele decir en física experimental que el ojo que observa, por el mero hecho de hacerlo, de desplegar una intencionalidad, ya modifica lo observado: esto es palmario en la fotografía creativa y artística, en la fotografía de Horst, por ejemplo. Es su sensibilidad la que produce sus obras. Y esto es más evidente aún en las naturalezas muertas, en las que el componente individual, objeto de la instantánea, no ejerce su influencia en el resultado final.

.....Por otra parte es como si el modelo se pusiera en manos del fotógrafo con el anhelo de ser descubierto, de aparecer como nunca antes ha aparecido. Desde este punto de vista, el fotógrafo se convierte en un verdadero taumaturgo, en un creador de bellos tótems dotados de la facultad de permanecer, lo más parecido a la eternidad de que el hombre es capaz. Y el objeto a retratar se erige en anhelante aspirante a sujeto de la fotografía: imagen imperecedera que enmiende lo efímero de su original fuente de carne y hueso, ahora ya reproducible ad infinitum, replicable ad nauseam, accesible para las generaciones futuras, y, por lo mismo, lanzada al futuro por obra y gracia de su naturaleza artística.

.....Horst retrató a multitud de personalidades de su época, sobre todo en la década de 1960's, en que animado por la reina de Vogue, Diana Vreeland, llevó a cabo un gran reportaje sobre el modo de vida y el estilo de la alta sociedad de su tiempo. Ate su cámara posarían: Gloria Vanderbilt, Marella Agnelli, la baronesa Pauline de Rotschild y su esposo Philippe de Rotschild, los duques de Windsor, Oscar de la Renta, Yves Saint Laurent, Andy Warhol, Jacqueline Kennedy Onassis o Paloma Picasso, entre muchos otros personajes. Antes, en los años cuarenta y cincuenta, Bette Davis, Marlene Dietrich (sola o junto a su hija María Riva), Misstinguet, Gertrude Stein, María Callas, Ingrid Bergman o Coco Chanel fueron gozosas víctimas de sus disparos.
.....Aunque sus más artísticas realizaciones lo sean en blanco y negro, sus trabajos en color poseen toda la fuerza de lo primordial, del color neto y puro, del cromatismo más fauvista. Inolvidables son muchos de sus trabajos para Vogue, y en ellos no deja de insuflar parte de ese hálito surrealista que tanto caracterizan sus still life y composiciones figurativas.
.....Los desnudos, bellos y elegantes, son todo un canto al clasicismo, algunos de ellos estatuarios, como de praxitélico mármol de Paros o berniniano mármol de Carrara; otros como salidos del pincel de un Dominique Ingrés, o un Jean-Paul Flandin o, incluso un Cabanel (véanse si no sus Odalisques I, II, III y IV). Sin ser puramente pictorialista, Horst rezuma clasicismo en casi todos sus desnudos y vanguardismo en sus still life y trabajos para la moda.
.....Sin duda, sus fotografías las ejecutaba con el ojo que percibía y capturaba la imagen que veía en el objeto que observaba, pero era el cerebro quien disponía la luz, quien enfocaba, quien facilitaba y proveía el hallazgo de lo asombroso.

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.....La selección musical de este post corre a cargo de Indigolab, un grupo que realiza, como ellos mismos apuntan en su web, "fábulas musicales de chillout mezcladas con folk, ambient, industrial y tendencias electrónicas", todo ello de calidad, yo añado. No son remezclistas, sino creadores con varios álbumes en su haber, de los que el mix que aquí se ofrece pica en varios de ellos. Música relajante y alternativa al clásico chillout-lounge veraniego. Muy recomendable.




GALERÍA

Horst P. Horst
1906-1999

DESNUDOS

Horst P. Horst - Odalisque I, 1943
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Horst P. Horst - Odalisque II, 1943
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Horst P. Horst - Odalisque III, 1943
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Horst P. Horst - Odalisque IV
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Horst P. Horst - 'Odalisque III', New York, 1943 (detail)
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Horst P. Horst - 'Odalisque III', New York, 1943 (detail)
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Horst P. Horst - Lisa with Money Plant, 1939
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Horst P. Horst - Lisa with Money Plant, 1939
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives, 1939
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Horst P. Horst - Lisa on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives on Silk, New York, 1940, for Vogue
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Horst P. Horst - Lisa with Harp, 1939
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Horst P. Horst - Lisa with Harp, 1939
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Horst P Horst - 1952. Art and Photography Magazine
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Horst P Horst - Female Nude with Chair
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Horst P. Hors - Bending Nude, 1941
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Horst P. Horst -  Nude, London
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Horst P. Horst - American Nude I, New York, 1982
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Horst P. Horst - American Nude II, N.Y., 1982
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Horst P. Horst - Callas with American Nude, c1940 (printed 1982)
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Horst P. Horst - Costume for the Dream of Venus 1939 (1)
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Horst P. Horst - Costume for the Dream of Venus 1939 (2)
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Horst P. Horst - Female nude, Push-up, side view, New York 1953
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Horst P. Horst - Female Nude in shadow (Sfinx), NY, 1953
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Horst P. Horst - Female Nude in shadow, push up front side view, NY, 1953
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Horst P. Horst - Salvador Dali Style, 1939
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Horst P. Horst - Zoli Models, 1985
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Horst P. Horst - Male Nude Legs Crossed with arm, 1952 (lightening)
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Horst P. Horst - Male Nude Legs Crossed with arm, 1952 (light)
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Horst P. Horst - Male Nude seatted back, 1952
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Horst P. Horst - Male Nude, 1952 (lightening)
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Horst P. Horst - Male Nude, 1952 (0)
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Horst P. Horst - Male Nude, frontal sitting,1952
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Horst P. Horst -_Male Nude No 3, 1950 (1980 printed)
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SUGERENCIAS

Horst P. Horst - Corset by Detolle for Mainbocher, 1939
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Horst P. Horst - Corset by Detolle for Mainbocher, 1939
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Horst P. Horst - Ginger Rogers, 1936
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Horst P. Horst - Perfume advertisement, New York, 1982
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Horst P. Horst -  Vogue, 1938
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Horst P. Horst - Round the Clock I, 1987 (1)
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Horst P. Horst - Round the Clock I, 1987 (1)
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Horst P. Horst - Round the Clock II, 1987
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Horst P. Horst - Round the Clock IV, 1987
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Horst P Horst - ‘Shadows, Helen Bennett’ 1935
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Horst P. Horst - Bunny Hartley_Vogue, 1938
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Horst P. Horst - Dali Costumes (ballet Bacchanale, Leonide Massines), 1939
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Horst P. Horst - Electric Beauty, Paris, 1939 (1)
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Horst P. Horst - Electric Beauty, Paris, 1939 (2)
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Horst P. Horst - Linda, 1939
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives “I Love You”, 1937
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Horst P. Horst - Shadow
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Horst P. Horst - Ballet Russes
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Horst P. Horst - Lanvin, Paris, 1937
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Horst P. Horst - Portrait (double exposure), 1942
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Horst P. Horst - Eva with Rose, 1988
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Horst P. Horst - Lisa Fonssagrives hands, 1941
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Horst P. Horst - Nails in technicolor
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Horst P Horst - Foots
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Horst P. Horst - Barefoot Beauty, New York , 1941
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Horst P. Horst - Calla Aethiopica (Phalic Lily), 1945
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Horst P. Horst - Classic Still Life
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Horst P. Horst - Classical Still Life - circle, disk, bust, 1937
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Horst P. Horst - Flower Shadow
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Horst P. Horst - New York Still Life I, 1946
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Horst P. Horst - Still life, 1937
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Horst P. Horst - The Bust of Queen Nefertiti, Paris, 1939
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Horst P. Horst -Still Life, nd
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