miércoles, 21 de septiembre de 2011

The Thin Red Line: la Reflexión del Ser





¿Qué significa esta guerra en el corazón de la Naturaleza?
¿Por qué la Naturaleza compite consigo misma... como la tierra hace con el mar?
¿Hay una fuerza vengadora en la Naturaleza; o no solo una, dos?"
(Reflexión del Ser) [00:01:40]


Aclaración

¿Es lícito llevar la metafísica al cine? ¿Se puede desarrollar un discurso filosófico al hilo de las imágenes? Y es más, ¿Es posible hacerlo sin traicionar la esencia narrativa de un género eminentemente visual? En mi humilde opinión creo que la película que hoy es el motivo de este post -hilvanada a su soberbia banda sonora- viene a contestar estas cuestiones de una forma harto ilustrativa y concluyente. No, no es la única que lo podría hacer, pero sí -creo- es la que más bellamente lo hace.
Habitualmente se ha establecido una absurda dicotomía entre los que piensan que el cine es ante todo un fenomenal medio de entretenimiento, cuyo fin primordial, sino objetivo único, es la diversión o, incluso, la evasión -un a modo de oasis mirífico al que acudir para aislarse de la cruel o desagradable realidad-; y aquellos que -como yo- defienden que su máximo valor como Séptimo Arte radica en la versatilidad de propuestas y fines que puede perseguir. Para ello se establecieron los géneros, es decir, la sistematización del cine atendiendo a su temática: negro, policíaco o thriler, de aventuras, melodrama, comedia, cine de animación, cine comprometido, social, reivindicativo, etc.
Para mí, el cine es la modalidad artística más completa, la que permite gozar de todas las demás, simultánea o consecutivamente. Por lo que esa casposa dicotomía, que solo defienden quienes apenas rascan con la uña la superficie de un medio inabarcable e impermeable a la definición escueta, unilateral o simple, se me antoja fútil e inexacta, y, sobre todo, carente de rigor.
El cine lleva a cabo su función de múltiples formas, todas válidas -pues todas tienen su público- en las que es vano establecer categorías. El mal llamado, ordinariamente, cine de "pensar" no es superior a una comedia de "destape" español de los setenta, ni a un film de aventuras, ni tan siquiera a uno de animación. Yo establecería una sola división: la del cine bueno y el mal cine. Sea de pensar o de despertar, sea de reír o de llorar, sea de entretenimiento o de arte y ensayo, al menos que lo haga de la mejor manera posible, la más bella, la más eficaz, la más original -si cabe- pero siempre de la forma más excelente posible.
Mas... que no cunda el pánico, la película que aquí presento no es una de esas catalogadas, pomposamente, para pensar -solo-, no, ni tan siquiera para despertar -solo-, sino que su mayor virtud reside en que es una película para sentir -sobre todo.



Introducción


The Thin Red Line (La Delgada Línea Roja) es una obra realizada, en 1998, por Terrence Malick (un filósofo reconvertido en cineasta tras su visita de post-grado a Alemania, a mediados de los 60's, y asistir allí a las clases magistrales de Martin Heidegger, del que traduciría al inglés una de sus obras: Vom Wesen des Grundes, como The Essence of Reasons -La Esencia de las Razones), en la que el filósofo-director intenta -y lo consigue- enfocar las grandes cuestiones del ser humano (la Vida, la Muerte, el Amor, la Lealtad, el Destino) de una forma original, en la que a la fuerza de unas bellíssimas -y a veces duras- imágenes se une, como protagonista (cuestionado por algunos), la voz en off; una voz en off que no es utilizada con un fin socorrista, o lazarillo, de las imágenes -que es lo que sería censurable- sino como una parte esencial de la acción: son las reflexiones interiores que todos nos hacemos cuando nos ponemos en juego, y que no pocas veces contradicen la misma acción llevada a cabo, las que el director pone a nuestro alcance, como si nos dotara de un poder extrasensorial para penetrar las mentes de aquellos que evolucionan en la pantalla y poder enterarnos de lo que allí ocurre más allá de las apariencias.
Se podría decir que hay dos películas en una: la de las imágenes, convencional, de grandísimo nivel visual, narrativo y escenográfico; y la de las reflexiones, original, que provocan en el espectador, a su vez, una íntima conmoción, una toma de postura, un cuestionamiento de los grandes valores en que se basa nuestra sociedad, no solo la occidental -pero sobre todo- sino la sociedad humana en general, en esencia; y ambas películas-en-una se desarrollan soberbiamente trenzadas a una banda sonora excepcional, una de las más emotivas de su insigne compositor, Hans Zimmer.

Es una película, pues, que basa su razón en el Ser. Un Ser existencialista, heideggeriano, que no vuelve la cara ante las cuestiones trascendentes, más bien las interroga, las convoca: ante la religión, ante el animismo de una Naturaleza presentada como un dios, omnímoda y omnipresente, en la que todo se da, y tiene lugar ("¿Quién eres tú que adoptas tan diferentes formas?" [..] "Eres la fuente de todo lo que ha de nacer"), ante la espiritualidad, ante los símbolos, ante la inmortalidad...
Película del Ser, en el Ser y sobre el Ser. Película donde se nos cuenta una historia que son muchas historias, y la misma historia, pero narrada desde diversas perspectivas, como una imagen caleidoscópica que nos permite ver cómo un mismo hecho afecta a los diversos seres implicados en él: animales, plantas, seres humanos -aborígenes inocentes, guerreros culpables, civiles afectados-, artefactos y máquinas sofisticadas -de juego o de matar-; pero también desde las potencias elementales: fuego, agua, tierra, aire, y sus manifestaciones: lluvia, brisa, lodo, llamas, con toda su carga significativa: el río que siempre fluye y es, a un tiempo, marco y testigo de la acción; el suave mecerse de la alta hierba por el viento mientras avanzan a gatas los soldados, quizás hacia su muerte, tal vez hacia su gloria, siempre hacia su dolor; la tierra que un día será seno al que retornen todos los seres, los incendios provocados por el hombre en su afán destructivo, salvífico para unos, mortífero para otros).
El Ser en un continuo hacerse, deshacerse y rehacerse; magma vivo, en constante movimiento, que a veces emerge desde los más oscuros rincones de lo Posible proyectado en una explosión de vida y muerte incontenibles. Las cuitas de ese Ser -individualizado en esquirlas humanas de su todo- sometido a situaciones límite, es de lo que trata esta obra. Nada mejor para resaltar las facciones de un rostro que la caricatura; por ello mismo, nada mejor que situar a diversos y distintos seres ante una situación extrema -en que la misma vida corre peligro- para explicar y/o justificar sus actos más determinantes.
Esto es The Thin Red Line: un bello mosaico escenográfico convertido en Reflexión del Ser.

Desarrollo del post
Primera Parte: a una breve introducción histórica, que servirá para desvelar la razón del título y la temática del film, le seguirá una breve reseña del mismo y un esquema tipo de los caracteres del reparto.
Segunda Parte: Poema propio compuesto al hilo de uno de tantos destellos del film.
Tercera Parte: citas textuales del protagonista voz en off y de alguno de los diálogos entre los actores, en los que se contiene gran parte del mensaje metafísico de la película. Añado el momento justo en que están expresados, tomando como referencia la película en que me he basado y a la cual, al final, enlazo. Todo ello en resalte crema de fondo.
Cuarta Parte: La magnífica banda sonora original, como soporte y transporte en el cual viajen todas esas citas, ordenadas de modo secuencial, siguiendo el desarrollo en que aparecen en el film y que en muchas ocasiones sirven de fondo a la voz en off. Separando mis textos, canciones melanesias que estando presentes en la película no forman parte de la banda sonora.
Quinta Parte: enlace a la película; sin dejar de recomendar su adquisición en DVD, sobre todo en su formato Blu-Ray, para gozar plenamente de unos bellos paisajes y encuadres prodigiosos con una fotografía impresionante.



Antecedentes


El 25 de Octubre de 1845 tenía lugar —y dentro de las operaciones de la Guerra de Crimea—, uno de los episodios de la que se conoce como Batalla de Balaclava; en el cual, apenas 500 casacas rojas del 93º Regimiento de Higlanders -cuerpo de infantería del Ejército Británico-, formados en una estrecha y larga línea de dos en fondo, contuvieron y rechazaron una carga de 2.500 jinetes de la caballería rusa —lo que según los cánones tácticos era del todo insostenible, pues se consideraba eficaz un mínimo de cuatro de fondo, o la formación en cuadrado cerrado, para poder contener con éxito, con infantería, una carga tan poderosa como la de caballería.
Según el reportero de The Times, William H. Rusell, que seguía la evolución de las hostilidades desde los cerros cercanos al teatro de operaciones, no había nada entre la caballería rusa y el campamento británico, base de las operaciones del Alto Mando, salvo "la delgada línea roja, hecha acero, del 93º Regimiento de Higlanders". Desde entonces esta expresión se utilizó para ejemplificar la sangre fría británica.

Más tarde sería James Jones el que utilizaría la expresión como título de su cuarta novela, que versa sobre la Batalla de Guadalcanal: The Thin Red Line (1962). Jones fue combatiente en la Guerra del Pacífico, y ya había tenido un remarcable éxito con su primer trabajo, De aquí a la eternidad (1951), llevada, así mismo, con éxito al cine con el mismo título (Fred Zinneman, 1953). En esta cuarta novela de Jones se basa el guión que el mismo Malick escribiera como soporte de su recreación cinematográfica de los hechos allí narrados, aunque ahora con un tratamiento diferente de personajes y situaciones a como aparecen en la novela.
Guadalcanal fue una de esas batallas que, como la de Midway o la del Mar de Coral, se demostró decisiva para la suerte de la Guerra del Pacífico, librada entre Japón y EEUU-aliados.
Esta pequeña isla del Archipiélago de las Salomón, a medio camino entre país del Sol Naciente y Australia, y, lo que es más importante, clave para condicionar las rutas de aprovisionamiento de los ejércitos aliados en Oriente, fue elegida por el Alto Mando japonés para servir de atalaya y trampolín, construyendo un aeropuerto en ella para controlar todo el Pacífico Sur. Los EEUU decidieron abortar ese intento y entablaron batalla en el archipiélago. Esta batalla tuvo diversas fases, una por cada isla del archipiélago ocupada, y una gran batalla naval. Acabarían ganando los EEUU, como se sabe, pero no sin grandes sacrificios, en hombres y naves (aunque mucho mayores fueron las pérdidas para los japoneses que, peor pertrechados, y habiendo perdido la supremacía naval, resistieron hasta morir).
Terrence Malick, huyendo de enfoques maniqueos, no toma partido, aunque sí punto de vista. La historia se cuenta desde el bando americano (al fin y al cabo lo que él quiere contar se atiene a una perspectiva occidental, tanto filosófica como socialmente). Se cuida muy mucho de tratar a los perdedores como seres humanos categóricamente equivalentes a los ganadores -como no podía ser de otra forma- e, incluso, les da voz -la protagonista voz en off-, en una escena memorable que recomiendo revisitar.
Después, la Delgada Línea Roja se utilizaría, urbi et orbe, para significar una marca fronteriza que separa o delimita zonas de riesgo o peligro.

Efectivamente, es un film profundamente antibelicista, pues desprovee de toda grandeza al arte de la guerra (salvo por el heroísmo, patente una y otra vez, con diversas expresiones). Grandeza que quizás tuviere en otro tiempo, pero ya ausente en este. Otro tiempo en que había una ética en el arriesgar la vida, unas reglas del guerrero y de la Guerra, eso que se llamó honor, y que está sublimado en nuestros cantares de gesta o en la tradición del Bushido japonés. Nada de esto hay en la visión que Malick nos ofrece.
Antes que Malick otros ilustres han cuestionado la guerra como escenario de grandeza: desde Sin novedad en el frente (Lewis Milestone, 1930), Adios a las Armas (Frank Borzage, 1932; que inspiraría a Picasso el Guernika), Senderos de Gloria (Stanley Kubrick, 1957) o Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo, 1971), enmarcadas en la 1ª Guerra Mundial; El Cazador (Michael Cimino, 1978), Apocalypse Now (FF Coppola, 1979), o Platoon (Oliver Stone, 1986), en la Guerra de Vietnam; hasta la simultánea, Salvar al Soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998), ubicada en la 2ª Guerra Mundial -y la menos antibelicista y más patriota de todas-, por citar las más conocidas, han realizado apuestas en el sentido de desnudar el acto bélico de todo prestigio, anteponiendo y subrayando el superior valor de la vida sobre el de un honor que ya está más que cuestionado en la mismo declaración del acto bélico.



La Película. Los Personajes

Del fundido en negro con que finalizan los títulos de crédito iniciales se abre el objetivo a una zona umbría, una ribera selvática, y en ella un primer plano de un enorme cocodrilo penetrando en un lago cubierto por verdes ovas; el animal avanza un corto trecho asomando parte del hocico, y se sumerge... solo se ven las ovas esmeraldinas... debajo de la bella e inocente vegetación acuática viaja el cocodrilo...
Así da comienzo una película que desde el inicio establece su marco: la Naturaleza, así, con mayúsculas, una naturaleza paradisíaca, pero que no obstante parece competir consigo misma, en continuo conflicto. La voz en off habla por boca del Ser, interrogando a la Naturaleza. Aparece el hombre, en dos versiones: el soldado desertado y el aborigen en equilibrio con su medio. El soldado -son dos- se encuentra como en un paraíso viviendo inmerso en ese equilibrio humano-natural; hay calma, apacibilidad, juegos y alegría.


Los desertores son descubiertos y reintegrados a la disciplina militar. El soldado es Witt (Jim Caviezel), representa al místico, al ser espiritual (el héroe por convencimiento, por entrega a los demás), solidario pero inquisitivo, rebelde pero leal; conversa con el Sargento Primero Welsh (Sean Penn), el existencialista, el materialista avant la lettre, quien está ya de vuelta de todo, menos de su obligación, su deber y el cuidado de los soldados que comanda (el prototipo de héroe calculador al que sin embargo le puede traicionar el corazón); le recrimina a Witt -al que admira profundamente- su actitud, aquél le replica,... comienza un diálogo que se reproducirá a lo largo de la película... Son los actores principales.
A ellos se une un tropel de tipos, representando cada uno un carácter definido, con la intención nada disimulada de desplegar un panorama coral que sea reflejo de una sociedad como la americana, sí, pero no olvidando dar un reflejo, a modo de bosquejo, del tipo japonés y del aborigen a modo de contrapunto. Así, a Witt y Welsh, se añaden: Bell (Ben Chaplin), el enamorado, quien fuera capaz de renunciar a una carrera militar por no separarse de su mujer (él será quien introduzca una y otra vez el tema del amor romántico en la película); El Coronel Gordon Tall (Nick Nolte), el que comanda el cuerpo de ejército que debe tomar la iniciativa en la toma de Guadalcanal, representa el deber, la responsabilidad, la sumisión a los generales, el perro fiel; el capitán Staros (Elías Koteas), líder y mando de la compañía Charlie, es el compasivo, el padre, quien intenta no exponer gratuitamente a sus soldados/hijos, aunque para ello deba desobedecer las órdenes de sus superiores (el héroe anónimo); Doll (Dash Mihok) el héroe que lo es por superar una y otra vez el pánico en los momentos difíciles; el teniente Gaff (John Cusack), valiente y profesional, que se ofrece voluntario para comandar una acción decisiva; Fife (Adrien Brody), el bueno, el tranquilo, el compañero; el sargento Storm (John C. Reilly), duro y cumplidor, también se hace preguntas; el desafortunado sargento Keck (Woody Harrelson), que hace del coraje su bandera; Maty Bell (Miranda Otto), la mujer del soldado Bell, el enamorado, ejerciendo de lo que es: de mujer; Quintard (John Travolta), un relativamente joven, inteligente y ambicioso General de Brigada; un religioso sargento McCron (John Savage) que perderá la razón en combate; el capitán Bosche (un efímero George Clooney), que arenga a sus hombres con palabras mil veces repetidas... a los que se añaden aún otros varios protagonistas, con intervenciones más o menos importantes pero todas como pinceladas, como matices que dan cuerpo y profundidad al cuadro; además, los japoneses que aparecen como reflejados en un espejo empañado, los aborígenes que lo hacen como imágenes virtuales (pasmosa la escena en que pasa un aborigen, de frente, al lado de la columna de soldados americanos mientras se adentran por la isla y parece no verlos, como si fueran fantasmas irreales, pertenecientes a otro plano de existencia). Y el Ser en todos ellos, un ser que, como dice más de una voz en off, quizás sea el mismo, manifestándose de múltiples formas -como reflejos de diamante- en todo lo existente.
La película se va desarrollando en este vaivén de muchas preguntas y pocas respuestas, de imágenes bellísimas y de imágenes duras, de gestos heroicos y ruines, de bondad y de crueldad, de Naturaleza exuberante y de humanidad inquisitiva; pero, como siempre en Malick, con un poso de esperanza aun en la derrota. Estamos, en fin, ante una obra maestra.

-o-



In Paradisum

Yo quise ir tras un paraíso,
tantas veces entrevisto
entre niebla y espejismos.
Toda mi vida fue un tender,
un caminar, hacia él:
paso a paso,
risa a risa,
lágrima a lágrima,
silencio a silencio;
reclamándolo:
con gritos ahogados
en pozos sin fondo
abiertos a mis pies,
con torrentes de palabras
salvando los abismos
y las emboscadas del no ser,
con ilusiones entretejidas
a la sordidez de lo cotidiano
y a la imitación de la vida...
Y el paraíso me fue llegando:
tímido, en auroras silenciosas,
alevoso, en noches mudas,
sonriente, en días grises;
anunciado, como una primavera
que llega sin sentir,
por un no sé qué del aire
y un si sé de mi sentir sosegado.
Ahora que ya lo tengo a mi alcance,
plantado ante su umbral,
no sé qué hacer con él;
no sé si realmente lo quiero
o prefiero quedarme así:
viviendo un purgatorio
de sombras evanescentes
adormeciendo el deseo.
Un hombre en sí no es nada...
y es compendio de todo.



THE THIN RED LINE: LA REFLEXIÓN DEL SER
Metafísica y música


-En este mundo, un hombre, en sí, no es nada.
Y no hay más mundos, sólo este. (Srgt Welsh)
-Se equivoca, Primero, yo he visto otro mundo;
aunque a veces creo que solo lo imaginé. (Witt)
-Bueno, eso nunca lo sabremos...
Nuestro mundo se hace pedazos más rápido de lo que podíamos imaginar,
y la gente en tu situación se limita a cerrar los ojos
para que nada les afecte; solo piensan en ellos. (Srgt Welsh)
(Conversación entre el Sargento Welsh y Witt) [00:12:13]
...

"Recuerdo a mi madre en el momento de morir:
había encogido, y su piel se volvió gris;
le pregunté si estaba asustada; dijo "no", con la cabeza.
Me dio miedo la forma en que llegó su muerte,
no vi belleza ni esperanza cuando ella se reunió con Dios.
La gente suele hablar de la inmortalidad, pero yo no la vi."
(Witt) [00:04:00]
...

"Me preguntaba cómo sería mi muerte.
Qué se debe de sentir al comprender que ese será tu último aliento." [..]
"Espero saber afrontarlo del mismo modo que ella,
con la misma serenidad porque ese es el secreto,
ahí se oculta la inmortalidad."
(Witt) [00:05:38]
...



"He trabajado como un burro; les he lamido el culo a los generales,
me he degradado por ellos: por mi familia, por mi hogar."
(Coronel Gordon Tall) [00:15:47]
...

"Todo lo que sacrificaron por mí se perdió como el agua sobre la tierra,
lo que yo podría haber dado por amor...
Pero ya era tarde, mi corazón había muerto lentamente."
(Crnl Tall) [00:17:41]
...

"Cuanto más cerca estás del César, mayor es el temor"
(Crnl Tall) [00:18:58]
...



"¿Por qué iba a tener miedo a la muerte? Te pertenezco a ti.
Te necesito ahora"
(Bell, pensando en su mujer antes de desembarcar) [00:23:57]
...

"¿Quién eres tú que adoptas tan diferentes formas?
De tu muerte nadie escapa, pero también eres la fuente de todo
lo que ha de nacer. Eres gloria, misericordia, paz, verdad.
Aportas calma al espíritu, comprensión, valor, y colmas los corazones."
(Reflexión del Ser) [00:29:34]
...

"Tal vez los hombres posean una sola alma de la que todos formamos parte;
todos los rostros son el mismo hombre, un único ser.
Todo el mundo busca la salvación por sí mismo,
como un ascua separada de la hoguera."
(Witt) [00:35:00]
...

"No dejes que te traicione, ni que traicione a mis hombres;
en ti deposito mi confianza."
(Capitán Staros) [00:38:57]
...

-Eos rododáctilos (Ηώς ῥοδο-δάκτυλος) Aurora de dedos rosados.
¿Usted es griego, verdad Capitán? ¿Ha leído a Homero?
Nosotros lo leímos en West Point,.. en griego.
(Crnl Gordon Tall) [00:39:40]
...



"He matado a un hombre, no hay nada peor; es peor que la violación,
pero nadie me condenará por ello."
(Cabo Doll) [00:50:48]
...

"Enterrados en una tumba de la que no pueden salir;
interpretando un papel que no han elegido."
(Crnl Tall) [1:08:30]
...

"Enséñame a ver las cosas como tú las ves. Muéstrame tú el camino.
Somos polvo, solo polvo"
(Sgt McCron) [1:10:01]
...

"No hay otro mundo después de este en donde todo sea perfecto,
sólo éste, este pedazo de tierra."
(Srgt Welsh) [1:19:19]
...

"Has visto muchas personas muertas,
un montón, pero es como ver perros muertos,
cuando te haces a la idea; también son carne."
(Fife) [1:39:54]
...



"¿Eres honrado¿ ¿Amable? ¿En esto se basa tu confianza?
¿Todo el mundo te quiere? A mí también me querían.
¿Acaso tu dolor será menos intenso porque amabas la bondad o la verdad?"
(soldado japonés muerto) [1:40:26]
...

"¿Esta terrible crueldad de dónde sale? ¿Cómo ha arraigado en el mundo?
¿De qué semilla, de qué raíz ha brotado... y de quién es obra?...
¿Quién nos mata...? Nos arrebata la vida y la luz,
se burla de nosotros mostrando lo que podíamos haber conocido...
¿Acaso nuestra destrucción beneficia a la tierra?
¿Ayuda a que crezca la hierba o que luzca el sol?...
¿También en ti hay esta oscuridad; has vivido esta negra noche?"
(Reflexión del soldado coral) [1:46:00]
...



"Habéis sido mis hijos. Sois mis hijos, mis queridos hijos.
Vivís dentro de mí, os llevaré donde quiera que vaya."
(Cpt Staros) [1:59:50]
...

"No hay nada que te haga olvidarla aunque vuelvas a empezar de cero.
La guerra no ennoblece a los hombres,
los convierte en bestias; corrompe su espíritu."
(Doll) [2:00:45]
...

"¿Cómo podemos llegar a otras orillas, a las colinas azules?
¿El amor, de dónde proviene? ¿Quién aviva su llama?
Ninguna guerra podrá apagarla, ni robarla.
Yo estaba prisionero y tú me liberaste."
(Bell) [2:02:50]
...

-Miro a ese chico moribundo y no siento nada. Ya no me importa nada.(Srgt Storm)
-Eso es la felicidad. Yo, ya no siento ese aturdimiento. (Srgt Welsh)
[2:04:35]
...



"Querido Jack:
He conocido a un capitán de las FFAA; me he enamorado de él.
Quiero el divorcio para que podamos casarnos [..]
Perdóname, me sentía demasiado sola, Jack. Algún día volveremos a vernos,
las personas que han estado tan unidas siempre vuelven a encontrarse [..]
Mi amigo durante tantos años de dicha... ¡Ayúdame a abandonarte!"
(Maty Bell) [2:07:40]
...

"Nos arrebatamos la luz unos a otros.
¿Cómo perdimos la bondad que nos fue otorgada?
La dejamos escapar, la desparramamos sin miramientos.
¿Qué nos impide extender la mano y alcanzar la gloria?"
(Witt) [2:11:32]
...

-Una casa solitaria, ¿No se siente solo? (Witt)
-Solo cuando hay gente (Srgt Welsh)
-Solo cuando hay gente... (Witt)
-¿Todavía crees que hay algo bueno en la gente, verdad?
¿Cómo lo consigues? Para mí eres un mago (Srgt Welsh)
-Aún veo un destello en su interior (Witt)
[2:16:11]
...

"Un hombre contempla un ave moribunda y piensa que solo existe el dolor,
que la muerte tiene la última palabra, y se ríe de ella...
Otro hombre ve la misma ave y siente la Gloria: le recorre una sensación de bienestar."
(Srgt Wels) [2:17:19]
...


"¿Dónde está ahora tu destello?"
(Srgt Welsh) [2:30:29]
...

"Todo es mentira. Todo lo que oímos, lo que vemos.
Cuántas mentiras escupen! (...)
Nos quieren muertos o viviendo su mentira.
Lo único que puede hacer aquí un hombre es encontrar
algo que sea suyo, crear una isla para él solo"
(Srgt Welsh) [2:30:58]

...


"Si no llego a conocerte en esta vida déjame sentir tu presencia.
Una mirada de tus ojos y mi vida será tuya."
(Reflexión del Ser) [2:32:33]
...

"¿Dónde estuvimos juntos? ¿Quién eres tú, que estuviste a mi lado?
¿Quién caminó conmigo? El hermano,... el amigo.
La oscuridad tras la luz, el conflicto tras el amor,
¿son el producto de una sola mente, o las facciones de un mismo rostro?
¡Oh, alma mía, déjame entrar en ti; mira a través de mis ojos,
contempla las cosas que creaste, mira como brillan!"
(Doll) [2:34:25]
...





THE THIN RED LINE

PELÍCULA EN ESCENAS