Metamorfosis
(II)
.....Y va la mariposa, toda luz y color, toda levedad y transparencia, descolgándose entre los dedos de la brisa caprichosa, siguiendo sendas soñadas por las flores, etéreos senderos ambientados con perfumes y jalonados con esencias de sueño floral. Va la mariposa; y, mientras va, en ocasiones, le asalta la memoria de la polilla que fue. Cuando esto le sucede traza círculos sobre las margaritas, circunda los girasoles, orbita alrededor de la flor del Diente de León... pero lo hace ya libre, redimida la esclavitud de su condición de doncella de la noche ligada a la luz, atraída por el calor de la estrella ocasional: la única estrella que habrá de ser su destino: pira donde inmolarse y de donde resurgir transfigurada. Una estrella que es una y es cualquiera, es luz y fuego, destino y principio: pira, ara y fuente, hoguera que consume, altar que acoge y surtidor que nutre. Va la mariposa buscando estrellas, bañada de luz, tornasoladas las alas, embriagada del perfume por el cual transita: aroma de eternidades soñadas por las flores. Son las flores, a su vez, sueños del Espíritu ya despierto; son llamas de lo eterno, materializadas; son suspiros de un Dios enamorado; e ideas fraguadas en ámbitos divinos; y mojones de lo bello con que la vida jalona su transcurrir. Y la mariposa va, revoloteando por los confines del sueño de los dioses, que son flores (o de flores que son dioses), a la busca de estrellas sobre las que posarse. Porque sueña la mariposa con ser de luz y fuego: sus alas energía, sus ojos radiación, su vientre digestión del pensamiento, su ser todo de luz, luz polarizada, prisma de luz, arco iris fabuloso tendido entre el Ser y la Nada; y fuego perpetuo, llama inextinguible, consumiendo el ser que nunca se consume.
.....Sueña, la mariposa que fue polilla, que un día será Luz. Luz donde habite el color y el aroma de las flores, y la ternura y el cariño sin objetivo de la inocencia. Sueña que sus alas, al agitarse, provocarán ciclones de amor, huracanes de pasión por la vida, que es muerte vencida. Sueña que trazará sendas de ensueño en los confines de su ansia, que es el ansia de la Luz por brillar, por alumbrar la vida posible. Pero antes, la polilla que fue gris mariposa de noche, y que ya es irisada mariposa de día, deberá realizar un último esfuerzo, un postrero acto de fe, para mutarse en mariposa de luz, en radiante alevilla de alas blancas que revoloteará, indistinta, ajena a los ciclos y las fases de lunas y soles, porque en ella misma portará la luz, en sus alas el polen de flores infinitas. Este último esfuerzo, este postrero acto de fe, exigirá de ella cruzar la frontera, ir más allá, abandonar la relativa seguridad del borde de los acantilados y la arriesgada vecindad con el abismo, para arrojarse a ellos, a él, y así surcar el espacio sobre torvos océanos de memoria y siniestros precipicios de conformismo, suspendida, sin temor, en el éter donde todo se forma y donde todo tiene cabida: la trama del Ser sin atributos, a la que se va bordando lo posible que el Ser constantemente recama.
.....Un último acto de fe en sí misma, la mariposa necesita para alcanzar la gran mutación, la que le lleve a trascender la materia, a sublimar el color en la luz que es su origen, a disolver toda forma, incluso la más bella --alas de sueño y ensueño--, en nada luminosa, una nada fértil (trama del Ser sin atributos) preñada de posibilidad. Danzará entonces, revoloteo de azar cadencioso, la danza del ser que se sabe uno con y del todo, rayo de luz de y en la Luz, mariposa de alas blanca, alevilla, en jardines de llama y fulgor, en cielos de níveas claridades y garzas nubes; y al danzar trazará sendas de sueño perfumado por flores de luz: las flores que ella misma sueñe, ya una con el sueño del Ser que se sueña flor. Mas serán flores ya coloreadas, de perfume irisado procedente de la luz polarizada, al traspasar, la Nada, el Ser para ser.
.....Sueña la Nada, en fin, que es polilla que aspira ser mariposa de Luz, y para ello debe dejar de ser Nada para ser algo, y ese algo que se sueña será, primero, mariposa de noche, trazando círculos en torno al foco primigenio; se sueña, pues, sencilla materia gris, con alas de pana y antenas que bate con frecuencia sin modular, y vientre prominente ávido de delicatessen, y ojos deslumbrados, ciegos de noche y luz. Y va soñándose, la Nada, después, con cada órbita trazada en torno a la luz --buscando el calor de la luz, huyendo del frío nocturno, cortando en sus alocadas eclípticas la negra noche que es buena para imaginar y soñar--, que su ser gris se transforma, que va adquiriendo, tras miles y miles de giros encadenada a la luz, el ser otro de mariposa irisada --su tenacidad la salva, su persistencia la premia--, y, con ella, abandonará la noche para alcanzar el día donde brilla, en lo alto, la ausencia del miedo a ser. Alcanzada esta fase continuará la metamorfosis hacia la luz, y la Nada volverá a soñar que traspasa fronteras, sin miedo a sí misma, a la negación que es su esencia --muerte mentida--, para surcar espacios infinitos que la llevarán, en revoloteo de azar cadencioso, en danza de color invertido, hacia la Luz ansiada, transfigurado el color, subsumido en blancura encendida, disueltas las formas en el fondo luminoso: las alas serán ya sólo vuelo, las antenas ya sólo intención, el vientre ya sólo placidez satisfecha, los ojos sólo solaz.
.....Cumplirá así la Nada uno de los infinitos ciclos del Ser, metamorfosis ubicua de todo lo que es para llegar a ser, de forma perpetua, lo que el Ser es. Mariposa de Noche, mariposa de Día, mariposa de Luz, tres fases para un proceso continuo, para un impulso indiviso, para un modelo inconsútil, para una intención expresiva, para una explicitación de un acaecer intuido, para una revelación evocada... La polilla despierta, por enésima vez, al chocar en su alocado girar contra la mampara o el foco de luz. Del sueño apenas recuerda nada, una nada que gira y gira en torno a la luz, y que, a fuerza de girar, en sus alas transformadas se va condensando el color en bellos y fabulosos diseños, para, tras realizar una danza que deja una cromática y perfumada estela, acabar siendo luz, sólo luz, que brota del sueño para rebotar en ésta su realidad encadenada.
.....Sueña, la mariposa que fue polilla, que un día será Luz. Luz donde habite el color y el aroma de las flores, y la ternura y el cariño sin objetivo de la inocencia. Sueña que sus alas, al agitarse, provocarán ciclones de amor, huracanes de pasión por la vida, que es muerte vencida. Sueña que trazará sendas de ensueño en los confines de su ansia, que es el ansia de la Luz por brillar, por alumbrar la vida posible. Pero antes, la polilla que fue gris mariposa de noche, y que ya es irisada mariposa de día, deberá realizar un último esfuerzo, un postrero acto de fe, para mutarse en mariposa de luz, en radiante alevilla de alas blancas que revoloteará, indistinta, ajena a los ciclos y las fases de lunas y soles, porque en ella misma portará la luz, en sus alas el polen de flores infinitas. Este último esfuerzo, este postrero acto de fe, exigirá de ella cruzar la frontera, ir más allá, abandonar la relativa seguridad del borde de los acantilados y la arriesgada vecindad con el abismo, para arrojarse a ellos, a él, y así surcar el espacio sobre torvos océanos de memoria y siniestros precipicios de conformismo, suspendida, sin temor, en el éter donde todo se forma y donde todo tiene cabida: la trama del Ser sin atributos, a la que se va bordando lo posible que el Ser constantemente recama.
.....Un último acto de fe en sí misma, la mariposa necesita para alcanzar la gran mutación, la que le lleve a trascender la materia, a sublimar el color en la luz que es su origen, a disolver toda forma, incluso la más bella --alas de sueño y ensueño--, en nada luminosa, una nada fértil (trama del Ser sin atributos) preñada de posibilidad. Danzará entonces, revoloteo de azar cadencioso, la danza del ser que se sabe uno con y del todo, rayo de luz de y en la Luz, mariposa de alas blanca, alevilla, en jardines de llama y fulgor, en cielos de níveas claridades y garzas nubes; y al danzar trazará sendas de sueño perfumado por flores de luz: las flores que ella misma sueñe, ya una con el sueño del Ser que se sueña flor. Mas serán flores ya coloreadas, de perfume irisado procedente de la luz polarizada, al traspasar, la Nada, el Ser para ser.
.....Sueña la Nada, en fin, que es polilla que aspira ser mariposa de Luz, y para ello debe dejar de ser Nada para ser algo, y ese algo que se sueña será, primero, mariposa de noche, trazando círculos en torno al foco primigenio; se sueña, pues, sencilla materia gris, con alas de pana y antenas que bate con frecuencia sin modular, y vientre prominente ávido de delicatessen, y ojos deslumbrados, ciegos de noche y luz. Y va soñándose, la Nada, después, con cada órbita trazada en torno a la luz --buscando el calor de la luz, huyendo del frío nocturno, cortando en sus alocadas eclípticas la negra noche que es buena para imaginar y soñar--, que su ser gris se transforma, que va adquiriendo, tras miles y miles de giros encadenada a la luz, el ser otro de mariposa irisada --su tenacidad la salva, su persistencia la premia--, y, con ella, abandonará la noche para alcanzar el día donde brilla, en lo alto, la ausencia del miedo a ser. Alcanzada esta fase continuará la metamorfosis hacia la luz, y la Nada volverá a soñar que traspasa fronteras, sin miedo a sí misma, a la negación que es su esencia --muerte mentida--, para surcar espacios infinitos que la llevarán, en revoloteo de azar cadencioso, en danza de color invertido, hacia la Luz ansiada, transfigurado el color, subsumido en blancura encendida, disueltas las formas en el fondo luminoso: las alas serán ya sólo vuelo, las antenas ya sólo intención, el vientre ya sólo placidez satisfecha, los ojos sólo solaz.
.....Cumplirá así la Nada uno de los infinitos ciclos del Ser, metamorfosis ubicua de todo lo que es para llegar a ser, de forma perpetua, lo que el Ser es. Mariposa de Noche, mariposa de Día, mariposa de Luz, tres fases para un proceso continuo, para un impulso indiviso, para un modelo inconsútil, para una intención expresiva, para una explicitación de un acaecer intuido, para una revelación evocada... La polilla despierta, por enésima vez, al chocar en su alocado girar contra la mampara o el foco de luz. Del sueño apenas recuerda nada, una nada que gira y gira en torno a la luz, y que, a fuerza de girar, en sus alas transformadas se va condensando el color en bellos y fabulosos diseños, para, tras realizar una danza que deja una cromática y perfumada estela, acabar siendo luz, sólo luz, que brota del sueño para rebotar en ésta su realidad encadenada.
GALERÍA
Mariposas Ukiyo-e
Diversos autores
(siglos XIX - XX)
2. Butterflies in Drama
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Dancing with Butterflies. Toyohara Kunichika (Artelino)
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Dancing Butterflies. Toyohara Kunichika (JAODB)
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Lion and Butterfly Dance. Toyohara Kunichika (Artelino)
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Ghosts and Butterflies. Toyohara Kunichika (Artelino)
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Butterfly Dance (Kabuki). Utagawa Kunisada
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Imayo Matsu no Kotobuki. Utagawa Kunisada II
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Hero in Butterfly Kimono. Utagawa Kunisada (Artelino)
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Hero in Butterfly Kimono. Utagawa Kunisada (Rits)
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Ch. 24, Kochô, from the series Fifty-four Chapters of the False Genji. Utagawa Kunisada II (Tokyo)
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Ch. 24, Kochô, from the series Fifty-four Chapters of the False Genji. Utagawa Kunisada II (MFA)
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Woman and Two Butterflies. Utagawa Kunisada (MFA)
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Actors as the Spirit of the Male Butterfly (R) and Female Butterfly (L). Utagawa Kunisada (MFA)
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Actors Nakamura Shikan IV as both the Courtesan (Keishi) Kaoru (R) and the Spirit of a Male Butterfly (Ochô no sei) (L).
Utagawa Kunisada (MFA)
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Kisegawa (Kabuki). Utagawa Kunisada (Artelino)
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Butterfly and Canola Flower. Utagawa Kunisada (MFA)
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Butterfly and Mask of Yakko (The Footman of a Samaurai). Ayaoka
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Ichitawa Tamizo as a Lion Dancer with Butterflies. Katsukawa Shunko (FAMSF)
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Dancing with Butterflies. Katsukawa Shunko (MFA)
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Woman of Ohara and Butterflies. Utagawa Toyohiro
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Crazy Woman Playing with Butterflies. Unknown(LibrC)
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Butterflies. Utagawa Kuniyoshi (BM)
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Butterflies. Utagawa Kuniyoshi (MFA)
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Scene from the kabuki play 'Futatsu chocho kuruwa nikki' (Triptych). Utagawa Kuniyoshi (BM)
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Beauty and Chrysantemus. Utagawa Kuniyoshi (Artelino)
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Butterflies. Utagawa Kuniyoshi (BM)
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Butterflies. Utagawa Kuniyoshi (MFA)
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Suketoki of Yamato Province (Yamato no kuni Suketoki). Utagawa Kuniyoshi (BM)
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Mirror of Eternal Feminine Beauty. Utagawa Kuniyoshi (BM)
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No 57. Celebrated Treasures of Mountains and Seas. Utagawa Kuniyoshi
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The Daugther of Dainagon Yukinari. Utagawa Kuniyoshi (MFA)
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The Daugther of Dainagon Yukinari. Utagawa Kuniyoshi (BM)
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Two Dancers in Butterlfy Costumes. Yanagawa Shigenobu
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Lady-in-waiting: Woman of the Hôtoku Era (1449-52). Mizuno Toshikata (Tokyo) (MFA, MFA, Tokyo, WBP)
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Butterfly Lady (Kabuki). Utagawa Yoshitaki
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Actors Ichikawa Danjûrô as the Spirit of a Male Butterfly (Ochô no seirei) and Segawa Kikunojô as the Spirit of a Female Butterfly (Mechô no Serei). Utagawa Toyokuni II
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Butterfly Dancer and Monster Cat (Kabuki). Utagawa Yoshitaki (Artelino)
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Butterfly Dancer and Monster Cat (Kabuki). Utagawa Yoshitaki (MFA)
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Actors Nakamura Utaemon III as Yamazaki Yogorô (R) and Nakamura Karoku I as Fujiya Azuma (L).
Shunshosai Hokucho
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Two Butterflies and Dancers. Takashima Chiharu
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Mother, Child and Two Butterflies. Kawanabe Gyosui
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Embrodering. Ogata Gekko
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Butterflies (Kocho). Yashima Gakutei
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The Butterflies. Paul Jacoulet (Artelino)
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Cho Musubi (Butterfly Bow). Paul Binnie
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Yasuna. Hasagawa Sadanobu III
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Mizutani Yaeko as Madame Butterfly. Ohta Masamitsu (JAODB)
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Daugther in a Summer Kimono. Ashiguchi Goyo
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Butterflies. Kawano Kaoru (Ohmi, JAODB)
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Girl with Flowers. Kawano Kaoru (Artelino)
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Spring. Tori Kiyomitsu (Ohmi)
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Spring. Tori Kiyomitsu (Artelino)
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Dream. Okamato Ryusei (Artelino)
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Reclining. Ikeda Shizuo
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Butterfly. Onda Akio
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Love of Butterfly. Chen Yongle (Ohmi)
Butterfly Dancers (detail). Toyohara Chikanobu (Artelino)
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