martes, 16 de julio de 2013

Relatos de Julio 2013 (2): Especulaciones (II) - GALERÍA: Gustave Courbet (1)





Especulaciones
 II

.....Comenzaré diciéndoles --prosiguió Pietro del'Alba, bajando del estrado y deambulando lentamente de uno a otro lado, al tiempo que gesticulaba de modo enfático con las manos-- que el opúsculo de marras, a modo de justificación, en su primera página, aclaraba el porqué de semejante título y no otro. Para situarles les diré que el sustantivo especulación, como bien conocen, admite dos acepciones, una que tiene que ver con el pensamiento, y otra, más moderna, que incumbe a la esfera de lo comercial. En el tiempo en que la obrita se escribió, esta segunda acepción aún no existía, y, en cuanto a la primera, no tenía exactamente el valor significativo que en el momento presente se le da. Si atendemos al significado literal, el diccionario nos dirá que especulación es es el acto y efecto de especular, por lo que deberemos acudir al verbo para saber sobre qué se actúa y qué efecto se sigue de ese actuar. En cuanto al término especular, vemos que nos vuelve a remitir a dos acepciones, si diferentes en un primer momento, relacionadas en su lejano origen semántico. Por un lado, tenemos la acepción adjetiva "especular", referida al espejo o cosa semejante a él, es lo que en él se refleja, luego una imagen especular, o algo que tiene el atributo especular, es algo reflejado de una imagen original. Por otro lado, la forma verbal especular, como acción o efecto, de la que deriva especulación, incluye las dos acepciones primeramente referidas, es decir: la de meditar, reflexionar o pensar; y la de aplicación comercial, antes mencionada, y que obviaré al no ser de aplicación en nuestro caso. Quedémonos pues con estos dos significados: el de meditar, reflexionar o pensar, por un lado (verbal); y el de imagen reflejada de un original -como en un espejo (adjetiva). Cuando se medita o reflexiona, se hace en base a imágenes mentales de cosas, conceptos y sus relaciones (proyectadas por el mundo sobre el espejo que es el alma), luego el resultado de esa reflexión, de ese teorizar, nos dice Hydrargyros, no es sino una imagen especular de las ideas y cosas que he barajado en mi mente (y que he tomado de las imágenes originales reflejadas en mi alma). De aquí se deduce que -cito del texto manuscrito:

.... "Especulación sería el resultado de reflexionar, pensar, meditar y teorizar sobre imágenes originales proyectadas, desde el mundo, en el espejo de (que es) mi alma y que mi mente reelabora y baraja. El ser humano no tiene capacidad de crear imágenes de la nada, todas le son sugeridas por el mundo (ya sea el mundo material, ya el de las ideas). El ser humano sólo es un receptor que capta y recombina, que reelabora, que juega a crear, cuando lo que verdaderamente hace es descubrir lo ya creado. Todo está en la Naturaleza, pero, estando todo, no lo está de la misma forma, ni lo está en el mismo plano (¡sic!), ni lo está a la vez. Mejor dicho, lo está, pero en potencia, y es de ahí, de esa potencia, de donde lo puede captar (lo toma) el hombre, haciéndole creer que él es el creador, al materializar en acto lo que ha captado en potencia, ya que, como he dicho anteriormente, el alma del ser humano es el espejo donde se refleja constantemente el mundo, o, dicho de otra forma, el espíritu de lo que es y de lo que puede ser."

.....Hasta aquí la cita.
.....O sea que el contenido del texto que tenemos entre nuestras manos son especulaciones de la realidad del mundo, en el sentido de que son imágenes sugeridas al autor por el mundo, que las ha reflejado en su alma. Aquí es nada, caballeros. No dice que sean reflexiones propias o deducciones singulares debidas a su ingenio -producto de sus conocimintos y experiencia-, sino que no hace otra cosa -señala-  que trasladar una realidad (del mundo) a la que él es sensible (la reflejada en su alma, que en este caso también actuaría de negativo fotográfico, que no es por otra parte sino una forma más sofisticada y permanente de registrar una imagen especular), y lo hace, no sólo volcando la imagen especular sugerida, sino -y aquí la segunda acepción del término de marras- intentando explicar y demostrar el porqué de ese reflejo, de esa manifestación especular. ¿Y de qué echa mano para llevar a cabo esa labor probatoria? De los conocimientos disponibles en ese momento: discursivos,  filosóficos, matemáticos y aun físicos; todo un desarrollo epistemológico transversal. Así ese singular personaje abordará las diversas especulaciones que componen el opúsculo, de las que he elegido, como ya he anunciado, tres para ilustrarles convenientemente y hacerles partícipes de un hallazgo, cuanto menos, curioso. El valor intrínseco que se quiera ver en esta obrita (su mayor o menor credibilidad), se lo dejo a cada cual. Yo me limitaré a relatarles estos tres ejemplos y a indicarles, o sugerirles, la posible autoría (por más que encubierta) que se esconde tras el evocador --por hermético-- seudónimo mercurial Hydrargiros.



De la naturaleza de las olas
.....Tesis: sostiene el autor que las olas del mar no son sino reflejos de pensamientos, ideas o imágenes mentales de la Inteligencia Universal, trasunto y correspondencia de todas cuantas se han manifestado, se manifiestan y se manifestarán en las mentes de todos los hombres, pasados, presentes y futuros. Su número tiende al infinito, por cuanto su génesis es dinámica (como las ideas en el pensamiento), generando cada una a la siguiente, y ésta a la que le sigue, así una y otra vez por toda la superficie (y aun en las profundidades) de los diversos océanos. Llegando a la conclusión de que:

  La suma progresiva de todos los pensamientos, ideas o imágenes mentales de la Inteligencia Universal, tienen su correspondiente reflejo en las fluidas e incesantes ondas de los mares, y coincide matemáticamente con el número de pensamientos, ideas e imágenes mentales que constantemente fluyen sin cesar en los cerebros (que no serían sino receptores de esa misma Inteligencia Universal) de los hombres que fueron, son y serán. Esta suma progresiva tiende al infinito (del cual procede, es decir la Inteligencia Universal, El Uno o Dios). Esta tesis puede demostrarse matemáticamente. 
Consciente de lo atrevido de este pensamiento, para su demostración me valgo del cálculo infinitesimal, y de sus derivados: el cálculo integral y el diferencial, ampliándolo con el álgebra relacional cuando así la demostración lo requiriese. Todas estas pruebas matemáticas, relacionadas entre sí de modo secuencial y progresivo, corroborarán lo anunciado en la tesis, llegando a la conclusión de que es imposible determinar que mi demostración -y por consecuente mi tesis- sea refutable (al menos matemáticamente, a la luz de los conocimientos actuales). 

.....Y le siguen una serie de fórmulas matemáticas que desarrollan y prueban la tesis apuntada. Cálculos de superficies oceánicas, lacustres y fluviales (bastante aproximada por cierto a los que hoy en día se disponen), constante de extensión (es decir: cálculo proporcional, a la supeficie del planeta, de la masa de agua existente), acotaciones asumibles para calcular el número aproximado de olas por unidad de superficie y por unidad de tiempo, su desarrollo y su representación Funcional, su tendencia y derivada (al ser una entidad de naturaleza dinámica), cálculo final, que será no un número concreto (imposible de definir por su carácter dinámico y ¿eterno?), sino una fórmula que determine, para un valor o momento dado, un resultado factible y plausible, real. Por otro lado, cálculo del número de ideas o imágenes mentales que una mente sana (incluso una insana) puede tener por unidad de tiempo (atendiendo a simultaneidades posibles, sincronicidades y solapamientos -tal y como sucede con las olas del mar), número aproximado de seres humanos (tanto contemporáneos al autor como un calculo aproximativo de los existidos anteriormente y una audaz aproximación a los que serán en un futuro --también aquí, con una sombrosa precisión a lo que hoy día se conoce), tendencia demográfica futura y hasta variación en el funcionamiento mental en atención a su grado de desarrollo y evolución (¡sorprendente! ¿Cómo se puede calcular la actividad cerebral de un futuro cerebro evolucionado que, el mismo autor cree, ganará en complejidad?), fórmula relacional que determine una constante del proceso y desarrollo del cálculo en un momento o para un valor dado, factible de ser comparado con la fórmula determinada para la otra entidad estudiada. Al final ambas fórmulas desarrollan la misma derivada, y sorprendentemente, a un valor o momento dado, se halla un idéntico resultado (¿¿¿!!!)

 .....Consultado un colega matemático para que examinase dichas fórmulas, desarrollo y resultado (sin decirle a qué correspondían), su contestación ha sido taxativa: un complejo y bien estructurado desarrollo, de impecable y original factura, y no menos exacto resultado. En líneas generales, me ha dicho, se trataba de una argumentación matemática muy original, y que según todas las trazas parecía conducir a un claro presupuesto: la demostración de que dos conjuntos o entidades, aparentemente diferentes, tenían en su desarrollo interno un similar ordenamiento, lo que les hacía ser copartícipes de un insospechado grado de equivalencia. Muy curioso, me dijo el colega matemático, sí muy curioso; quizá expresado de una forma un tanto arcaica, pero impecable. Según lo que se prueba ahí, de forma harto ingeniosa y veraz, éstas dos entidades o conjuntos de diferente naturaleza, parecen seguir un mismo patrón, tanto de génesis numérica, como de interrelación, algo que nosotros conocemos como efecto cascada, en el que cada paso origina el siguiente, pero, a la vez, dentro de la misma matriz, como en el caso de un torrente, en el cual el agua que salta de escalón en escalón es siempre el mismo agua, pero es cada escalón el que la hace precipitarse sobre el siguiente. Por seguir con el simil de la corriente de agua, esta cascada incesante parece querer buscar un  mar que nunca alcanza (tiende al infinito en ambos casos), o mejor dicho, como si la cascada formara parte de ese mar y no pudiera nunca alcanzar el nivel de equilibrio. Muy original, sí señor, mucho, me remachaba el colega, alucinante e increíblemente bien desarrollado. ¿De quién es, o qué significa? fue la pregunta lógica que yo ya esperaba de un matemático curioso. Aún no lo sé, pero espero averiguarlo, respondí, y añadí: ¿alguna sugerencia?. Sin duda se trata de un buen matemático, o físico, uno excelente, a quien me gustaría conocer. No le revelé nada más. Prefería hacer mis propias pesquisas primero, antes de que la comunidad científica supiera nada de mi hallazgo.

.....Allí tenía un documento que afirmaba -y demostraba- que las olas del mar eran un trasunto de la actividad mental del ser pensante, de todos los seres pensantes que en el mundo han sido, son y serán, del océano del pensamiento que emana directamente de la Inteligencia Universal. Que estas olas sobre y bajo la superficie del mar no eran sino imágenes especulares, correspondientes y equivalentes a ideas o imágenes mentales del pensamiento universal fluyendo sin descanso. ¿Quería esto decir que habría una relación entre la dinámica incesante de un cuerpo fluido como el agua de los océanos y la de la actividad cerebral? ¿Una correlación como esas tan queridas por la ciencia hermética, que busca comparar lo infimo con lo inmenso, lo de abajo con lo de arriba, lo de dentro con lo de fuera ? ¿Sería su autor alguien afecto a esta visión de la existencia? Se sabe que en el siglo XVIII aún eran muchos los que, ya científicos, seguían coqueteando con los postulados de Hermes Trismegisto. Quizá no era sino una mera especulación analógica, una inmensa fábula o alegoría de la existencia del ser humano, o un simple ejercicio especulativo con en el que ensayar nuevos modelos matemáticos aplicados a entidades aparentemente concretas que encubrían supuestos más abstractos. El autor, de todas formas, habría de ser alguien con grandes y avanzados conocimientos matemáticos, uno de los varios que en aquel tiempo florecieron (¿un Newton, un Leibniz, Francis Bacon, quizá?).

Tendríamos que avanzar un poco, y leer la proxima especulación, antes de especular, por nuestra parte, con la autoría...

(Continuará)

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GALERÍA


Gustave Courbet
1819-1877

Échantillon 1

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The Forest in autumn, 1841
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The Draughts Players, 1844
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The Hammock, 1844
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The Hammock, 1844
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The Wounded Man, 1844-45
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The Desperate Man, 1843-45
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The Cellist (Self-Portrait), 1847
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Marc Trapadoux is Examining the Book of Prints, 1848
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Peasant Wearing Madras, 1948
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After Dinner at Ornans, 1848
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Portrait of Charles Baudelaire, 1848-49
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Self-Portrait, The Man with a Pipe, 1848-49
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The Stone Breaker, 1849
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The Stone Breakers, 1849
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The Valley of the Loue in Stormy Weather, 1849
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A Burial at Ornans, 1849
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Hector Berlioz, 1850
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The Village Maidens, 1851-52
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The Wrestlers, 1852-53
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The Wrestlers, 1852-53
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The Bathers, 1853
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The Houses of the Chateau D'Ornans, 1853
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La Fileuse endormie, 1853
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The Home Comming, 1854
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The Meeting (Bonjour monsieur Courbet), 1854
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Dressing the Dead Girl, 1854
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Entering the Forest, 1855
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Portrait of a Spanish Lady, 1855
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Rocky Landscape near Flagey, 1855
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The Approuching Storm, 1855
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The Chateau d'Ornans, 1855
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The Peasants of Flagey Returning from the Fair, 1850-1855
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The Wheat Sifters, 1854-55
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The Artist Studyo, 1855
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Dog from Ornans, 1855
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La Bretonnerie in the Department of Indre, 1856
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Woman with Garland, 1856
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Portriat of Madame Jacquet, 1857
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Seacoast (Souvenir of les Cabanes) 1854-57
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The Dead Doe, 1857
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The Quarry, 1857
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Les Demoiselles des bords de la Seine, 1856-57
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