viernes, 26 de junio de 2015

Edward Weston: La Quintaesencia de las Cosas - GALERÍA: Edward Weston





A través del ojo fotográfico se puede ver el mundo bajo una nueva luz;
 un mundo en su mayor parte inexplorado y desconocido;
 un mundo que aguarda ser descubierto y revelado.
Edward Weston


Edward Weston:
 descubriendo la quintaesencia de las cosas

.....Una primera esposa, madre de sus cuatro hijos, Flora Chandler, y varias amantes, algunas de ellas, a la vez, musas y modelos: Margrete Mather —fotógrafo, como él—, Tina Modotti —actriz, fotógrafa y revolucionaria garibaldina, con quien viviría un apasionado romance en México, que acabó como empezó, de forma súbita—, Sonya Noskowiak —también fotógrafo, que trabajaría con Weston y, con el que fundaría, junto a otros prestigiosos fotógrafos, el Grupo f64— y Charis Wilson, la última, que se convertiría en su segunda esposa, y que fue, según el propio fotógrafo, su más grande amor. Es, la vida de Edward Weston, la típica existencia del artista ligado en todo momento a la inspiración  de una mujer (como Picasso, sin ir más lejos), o, al menos, necesitado de su cercanía. Los hay que no lo necesitan en absoluto (caso de Van Gogh), y los hay que lo que verdaderamente precisan es la estabilidad de una única y sólida relación (caso de Velázquez); entre ambos extremos se ubican todos los demás.

.....Pero el de Weston es el caso modélico en que la creatividad está unida a un refrescamiento periódico del objeto amoroso. Podría decirse que sin él —sin este recambio renovador— el artista lo sería menos, o, incluso, no lo sería en absoluto para devenir simple artesano. Es otro tópico que el amor es un gran revulsivo creativo, el gran revulsivo por antonomasia; pero no es tópico al que no le asista la razón y el fundamento. La creatividad, por muy artística que sea, no deja de ser un impulso generador de vitalidad, que busca perpetuarse en su objeto, el arte; y el arte no deja de ser un motivo excitante como otro cualquiera a la hora de estimular la fecundidad, la propagación y el cumplimiento del ser —el genio, en este caso— que quiere realizarse. Podría decirse que existe una especie de simpatía entre motivos adyacentes, entre actitudes similares: la del que busca extinguirse para perpetuarse en el ser amado, y la del que espera expulsar de sí su mejor parte para conformar la obra de arte. El fruto, en ambos casos, es lo que se busca: retroalimentar la pasión, nutrirse de ella, situarse en una especie de febril y dichosa agonía para vivir en y por ella. Un artista así, sin amor, sin objeto amoroso que auspicie el sujeto creativo, se secaría, sucumbiría en la esterilidad. Y es por eso que cuando este artista siente secarse su fuente creativa buscará en otro hontanar, y, hallándolo, continuará, quizás con un cambio de estilo o perspectiva, brotando desde la pasión renovada.

.....Las amantes musas, las musas amantes, irán jalonando así su artística existencia, y cada una será un capítulo de la misma, una región del mapa completo que el artista es. En el caso que nos ocupa, un fotógrafo, uno muy unido a la expresión del cuerpo, incluso cuando es una cosa lo que fotografía, la musa amante se convierte también en modelo, en objeto de actividad creativa, en parte de la obra de arte. El fotógrafo, de modo análogo en que lo hace el pintor o el escultor, pero con una clara ventaja tecnológica, crea y recrea el objeto de su arte —que coincide con el de su amor— para diseccionarlo, para analizarlo, para descubrir a través suyo lo que la realidad aparentemente oculta al ojo. El artista, desde el amor, desde la pasión, con que se bate contra el objeto de su obra —el ser amado— le arranca a éste la significación de cada faceta, como el oleaje socava con su ímpetu la roca en el acantilado. El artista, además, gracias a esa singular visión que el genio le ofrece es capaz de ver en el objeto de su obra —en el sujeto de su amor— facetas que nadie a simple vista ve. Sólo cuando son ofrendadas en el altar de la consumación, ya en obra de arte, el profano podrá apreciar ese particular mundo que contiene un ser, en apariencia, por otra parte, normal.

.....Eso es palmario en Weston. Sus musas-modelos-amantes ofrecen vistas que están ahí, que siempre han estado ahí, pero que se nos escatimaban a simple vista, a vista sin  intención y, menos, sin intención artística. Y esto viene a corroborar otra gran verdad, que es: en todo apariencia de normalidad, de presentación anodina y gris, siempre hay un caleidoscopio de excepcionalidad aguardando a que alguien, con la visión adecuada, el genio suficiente o el amor necesario, lo descubra. Si la realidad, por ende, no es anodina ni gris, sino que se trata de un objeto de indudable y objetiva belleza, entonces el caleidoscopio puede llegar a ser toda una cascada de estimulantes y sugerentes imágenes. Dos son, sobre todo, en Weston, las musas-modelos que cumplen esta aludida característica, y que constituyen por sí mismas, debido a la cantidad de obras realizadas con y desde ellas, épocas bien diferenciadas en el trabajo del artista: la polifacética actriz italiana Tina Modotti y la escritora —y modelo, por obra y gracia de Weston— Charis Wilson.

.....En cuanto a la primera, Tina Modotti, fue una relación de las habitualmente calificadas de tormentosas, toda vez la pasión ha consumido gran parte de su incendiario combustible. Tan pasional fue la relación de Weston con su musa-modelo, que lo abandonó todo (incluso familia) para embarcarse en una aventura mejicana junto a su amante. Allí, en México, entre 1923 y 1927, el artista tomaría contacto con Diego Rivera y Frida Kahlo, lo que le influiría no poco en la orientación de su obra, que si bien ya había superado su fase pictorialista (denominada así a la fotografía que busca en su sujeto una exposición cercana a la pintura), se radicalizó aún más. Lo telúrico de la tierra mejicana, unido a la creatividad primordial de Diego Rivera, la descomunal fuerza de su imaginería, lo arcano de su expresión, trasfundió a la obra de Weston, y éste comenzó a mirar el entorno y a sus seres con un prisma de inmanencia y realismo no ya desnudos sino trascendidos.
.....Como todas las relaciones en extremo pasionales, el fuego arrebatador, un día, de la misma forma que inusitadamente surge, se apaga, no sin haber dejado en la memoria su huella de esplendente llamarada. Es sintomático que este episodio esté silenciado en la nota biográfica que sobre el artista figura en la página web de la familia: no se hace ahí ni la más leve mención de la etapa mejicana viovida al lado de Tina Modotti. ¿Por qué? Chi lo sà?

.....Weston regresaría a Norteamérica para recalar en Carmel, California, donde abrió estudio. Allí permanecería hasta 1935, y allí conocería Charis Wilson. Con ella se trasladaría a Santa Mónica Canyon, así mismo en California, donde abriría un nuevo estudio y viviría este último gran romance y su última etapa como creador. Veinte años menor que él, Charis, alta, delgada y pecosa, con esa elegante belleza que suelen poseer las musas más etéreas, encarnaría, en cambio, una etapa plena de sensualidad, sino de carnalidad; etapa que también le proporcionaría a Weston algunas de sus más celebradas obras maestras. Es en esta época cuando realiza sus famosas series de las dunas en Oceano, California (con Charis en el papel de ninfa de la arena; y, sin ella, centrada en las maravillosas formas que adquieren las dunas esculpidas por el viento). Es la época en que obtiene, por primera vez para un fotógrafo, en 1937, una beca Gugenheim. Ese mismo año, tras dieciséis de separación, Weston se separa finalmente de Flora y contrae matrimonio con su nueva musa.

.....Weston retrataría paisajes con toda la fuerza de la significación, ya industrial (Armco), ya natural (Reserva Natural de Point Lobos), realizó reportajes en Yosemite y llevó a cabo un trabajo de ilustración para Hojas de Hierba, de Walt Withman. También realizaría una serie de fotografías sobre la organicidad vegetal, en la que los pìmientos, las coles, las cebollas o las setas ofrecen una gama de sugerencias sorprendentes, donde la geometría y lo orgánico se entremezcla de una manera casi onírica. Así mismo es famosa, y no menos extraordinaria por lo chocante en ocasiones, su serie sobre conchas de moluscos, incluido el nautilus. En todo su trabajo, tanto pleno de rotunda organicidad, como inorgánico, Weston demuestra la interrelación de todas las formas presentes en la naturaleza, sea cual sea el reino al que pertenezcan; como si el patronaje estructural fuera el mismo en todas las expresiones de la vida. Todo se interconecta e interrelaciona, parece querernos decir.




GALERÍA

Edward Weston
1866-1958

NUDES
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Edward Weston - First Nude (1918)
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Edward Weston - Nude (Sonya Noskowiak), 1935
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Cole Weston, Edward Weston - Nude (Margrethe-Beach, with a Parasol)
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Edward Weston - Bertha Wardell, 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell, 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell, 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell, 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell, 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell, Glendale (Dancer), 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell, Glendale (Dancer), 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell (Dancer), 1927
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Edward Weston - Bertha Wardell
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Edward Weston - Forms of Passion (2)
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Edward Weston - Forms of Passion (2)
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Edward Weston - Nude 189, 1934
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Edward Weston - Nude 189, 1934
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 Edward Weston - Nude, 1934
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  Edward Weston - Nude, 1934
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Edward Weston - Nude, 1934
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Edward Weston - Nude, the back
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Edward Weston - Sonya Noskowiak, 1933
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Edward Weston - Nude
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Edward Weston - Nude
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Edward Weston - Nude (Doris)
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Edward Weston - Nude, 1934 (1)
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Edward Weston - Nude, 1934 (2)
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Edward Weston - Nude, 1925 (41N)
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Edward Weston, Nude, 1934 (Virginia)
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Edward Weston - Virginia (nude)
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Edward Weston - Nude (Virginia)
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Edward Weston - Nude, 1922
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Edward Weston - Nude (Charis), 1934
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Edward Weston - Nude, 1936
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Edward Weston - Nude (1925) (1)
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Edward Weston - Nude, 1925 (2)
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Edward Weston - Nude, 1925 (3)
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Edward Weston - Nude, 1934
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Edward Weston - Nude, 1934 (detail)
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Edward Weston - Charis Wilson (Weston's wife)
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Edward Weston - Nude
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Edward Weston - Nude through the Window
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MODELOS

Edward Weston - Nahui Olin, 1924
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Edward Weston - Nahui Olin, 1924
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Edward Weston - Nahui Olin_poetesse et peintre, 1923-24
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Edward Weston - Nahui Olin, poetesse et peintre, 1923-24 (1)
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Edward Weston - Nahui Olin, poetesse et peintre, 1923-24 (1), detail
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Edward Weston - Rose Roland, 1926
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CHARIS WILSON


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Edward Weston - Charis Wilson. My little gray home in the West
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Edward Weston - Charis, Lake Ediza, 1937
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Edward Weston - Civilian defence
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Edward Weston - Civilian defence
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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Edward Weston - Nude On Dune (Charis), Oceano, California, 1936
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TINA MODOTTI


Edward Weston - Tina Modotti, Mexico, 1925 (0)
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Edward Weston - Tina Modotti, Mexico, 1925
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 Edward Weston - Tina Modotti, Mexico, 1925
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 Edward Weston - Tina Modotti (reciting poetry), Mexico, 1925

 Edward Weston - Tina Modotti (reciting poetry), Mexico, 1925
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 Edward Weston - Tina Modotti (reciting poetry), Mexico, 1925
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 Edward Weston - Tina Modotti (reciting poetry), Mexico, 1925
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Edward Weston - Tina Modotti, Mexico, 1925
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Edward Weston - Tina Modotti, 1921 (1)
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 Edward Weston - Tina Modotti, 1921 (2)
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 Edward Weston - Tina Modotti, at balcony
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 Edward Weston - Tina Modotti, Mexico, 1925
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Edward Weston - Tina Modotti, Mexico
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 Edward Weston - Tina Modotti, Nude
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  Edward Weston - Tina Modotti, Nude
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 Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924
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Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924
Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924
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Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924 (collage)
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Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924 (2)
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 Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924 (3)
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Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924 (4)
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Edward Weston - Tina on the Azotea, 1924 (5)
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STILL LIFE & LANDSCAPES

 Edward Weston - Shells (1)
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 Edward Weston - Shells (1)
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  Edward Weston - Shells (2)
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   Edward Weston - Shells (2)
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 Edward Weston - Shells (3)
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 Edward Weston - Shells, Nautilus (4)
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 Edward Weston - Shell (5)
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 Edward Weston - Shell (6)
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Edward Weston - Shell (6)
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 Edward Weston - Pepper No 30
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 Edward Weston - Pepper
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 Edward Weston - Pepper
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  Edward Weston - Pepper
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  Edward Weston - Pepper
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  Edward Weston - Pepper
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  Edward Weston - Pepper
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 Edward Weston - Pepper
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Edward Weston - Halved Cabbage (1)
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 Edward Weston - Halved Cabbage (2)
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 Edward Weston - Onion Halved
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 Edward Weston - Cabbage Leaf, 1931 (39V)
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 Edward Weston - Cabbage Leaf, 1931 (39V)
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 Edward Weston - Cabbage Leaf, 1931 (39V)
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Edward Weston - Cabbage Leaf, 1931
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 Edward Weston - Eggplant
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 Edward Weston - Fungus, 1932
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 Edward Weston - Toadstool
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 Edward Weston - Toadstool 2
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 Edward Weston - Toadstool 3
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Edward Weston - Toadstool 4
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Edward Weston e Sonya Noskowiak, White Radish, 1933
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 Edward Weston - Bone-Egg
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 Edward Weston - photography trees, 1937 30s
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 Edward Weston - Roses (¿?)
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 Edward Weston - Shell and Rocks Arrangement
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Edward Weston - Skull and rock arrangement, 1931
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 Edward Weston - Grand Canyon, Arizona, 1941
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 Edward Weston - Sand Dunes, Oceano, California. 1934
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Edward Weston - Sand Dunes, Oceano, California. 1936
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Edward Weston - Dunes, Oceano (1936)
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Edward Weston - 
Shenandoah Valley, Virginia, 1941
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 Edward Weston -  Armco Steel, Ohio 1922
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 Edward Weston - Boulder Dam 1941
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 Edward Weston - From 515 Madison Avenue, New York, 1941
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