ERWIN BLUMENFELD
Del arte a la moda: un viaje de ida y vuelta
(I)
(I)
Instantánea biográfica
.....Ejemplo paradigmático (otro más de una serie inacabable) del talento genial que pese a las circunstancias adversas es capaz de florecer y abrirse paso en el difícil mundo del arte. Fotógrafo autodidacta, Erwin Blumenfald (Berlín, 1897) recibió en forma de regalo su primera cámara a los diez años. Con ella realizaría sus primeros pinitos (se conserva una de sus primeras fotografías, en la que aparece, con catorce años, vestido de pierrot, en un autorretrato con un espejo a la altura de la cara, en su lado izquierdo, para mostrar de forma simultánea su rostro de frente y de perfil). Dotado de un innato sentido artístico, lo expresaría desde muy temprano, tanto en el ámbito de la pintura, como en el de la poesía. En aquélla, sobre todo, por medio de collages, a los que iría añadiendo el contenido de sus trabajos fotográficos. Atraído por el movimiento expresionista, primero (estamos en la Alemania cuna de este movimiento, con Die Brücke y Der Blaue Reiter, y figuras como Franz Marc, Vasili Kandinski, Ludwig Kirchner o Paul Klee, por citar a los más conocidos), y por el surrealismo y el dadaísmo, después. En 1918, al finalizar la 1ª Guerra Mundial (en la que sirvió como chófer de ambulancias, y de la que estuvo a punto de desertar), se trasladó a Amsterdam, donde viviría durante los próximos años (hasta 1935).
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....En esta etapa holandesa se centraría en la realización de trabajos pictóricos críticos con el imparable ascenso nazi (él era de ascendencia judía), y comenzaría, así mismo, a realizar sus primeros estudios fotográficos sobre el desnudo femenino. También, como medio de vida, abriría una tienda dedicada al cuero. Fueron años duros, en que ni el negocio funcionaba bien, ni su orientación artística experimental encontraba una gran aceptación. Al final, en 1935, su negocio de cueros fue a la bancarrota. Como siempre en estos casos, acudieron en su ayuda los necesarios amigos bien relacionados que descubren las cualidades geniales del artista. Y gracias a ellos consiguió introducirse en el mundillo cultural y artístico de Amsterdam (expone en el Nieuwe Kunstschool, junto a Grosz, Man Ray, Arp, Délauney, Mondrian y otros) y La Haya, que lo llevarían a la postre, en 1936, a París. Ya en la Ciudad de la Luz, los mismos amigos (Cécil Beaton, Géneviève Rouault) le proporcionan contactos necesarios para que pueda presentar sus creaciones en las revistas de fotografía (French Photographie magazine), eso y los retratos a famosos (Georges Rouault, Henri Matisse) lo darán a conocer. Al mismo tiempo inicia su incursión en el mundo comercial, realizando algunos trabajos publicitarios para marcas como Mon Savon, Dop Shampoo o Pathé Marconi. En su laboratorio prosigue, no obstante con su labor artística (trabajando, por ejemplo, en las solarizaciones que inventara Man Ray, en las superposiciones de negativos y en los collages fotográficos).
.....Realiza portadas y reportajes fotográficos para Vogue, Harper's Bazaar, Look, Life, Coronet, y otra serie de revistas más, algunas de fuera de USA. Se muda a un amplio apartamento en South Central Park, donde vivirá hasta el fin de sus días. Alterna su trabajo profesional en el ámbito comercial y publicitario con el enfoque experimental artístico que nunca abandonaría su obra. Demostró cómo el arte puede incursionar en terrenos comerciales sin perder por ello su distintivo marchamo creativo. En 1946 se nacionalizaría norteamericano. Helena Rubinstein y Elizabeth Arden lo fichan para realizar sus campañas. Trabaja freelance para Seventeen, Glamour, House and Garden y otras revistas comerciales y fotográficas. Su éxito seguiría imparable, llegando a ser el fotógrafo más cotizado y solicitado del momento; también el que más influiría en los que habrían de venir. Él fue quien creó la foto publicitaria artística, y quien demostró el tirón comercial del arte cuando se adecua convenientemente al medio de expresión.
.....En 1955, harto de un mercado insaciable y de una hidra comercial despiadada, abandonó la fotografía publicitaria para volver a centrarse en sus trabajos más artísticos, retornando al desnudo y la experimentación de la imagen mediatizada como medio de expresión artística. Realizaría, eso sí, una incursión —sin pretensiones económicas— en el cine, explorando las posibilidades publicitarias de las imágenes en movimiento. En 1966 comienza sus memorias; en 1969 las termina. Con el libro ya finalizado viaja a Roma, y allí hizo bueno el adagio (que según Tito Livio ya expresara Rómulo; y según el más creíble Suetonio se debe simplemente al pueblo de Roma) que dice: ver Roma y después morir. Un buen día dejó de tomar las pastillas para su, ya, débil corazón y llegándose hasta la Piazza di Spagna se dedicó a subir y bajar sus empinada escalinata: se provocó el ataque al corazón que acabaría con su vida mortal y le proporcionaría la eternidad como artista.
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Reflexión en Blanco y Negro
.....Erwin Blumenfeld, ante todo era poeta, tenía sensibilidad e imaginación de poeta; toda su juventud se la pasó escribiendo poesía —como un naciente caudal irreprimible que buscase su más idóneo afloramiento. El poder de sus imágenes líricas, no obstante, le estaba reservado para otro medio expresivo que no era la palabra; uno más moderno, el más moderno de los medios gráficos, que comenzaría como un medio tecnológico, más artesano que artístico, y acabaría por formar parte de las artes aplicadas: la fotografía.
.....Vertería el joven Erwin todo ese potencial lírico en este medio que permitía la transformación de la realidad, no ya desde la metáfora literaria, sino desde la metáfora gráfica. Su obra fotográfica rezuma este lirismo: lo rezuman sus más conocidos trabajos en color, los experimentales, los comerciales y los publicitarios; pero más aún lo rezuma su obra en blanco y negro. Lo rezuma de forma generosa aquella primera composición (Nude under wet silk) que tenía por protagonista el cuerpo desnudo de la mujer, apenas velado —o resaltado— por una delgada gasa de seda humedecida, que logra asimilar lo orgánico a una obra escultórica: pura poesía de la imagen transcrita en piedra, sublimación de lo gris convertido en sensualidad formal (uno la relaciona, de forma automática, con el Cristo Velato, de Giuseppe Sanmartino, o la Pudicizia, de Antonio Corradini, ambas soberbias esculturas ubicadas en la Capilla de San Severo napolitana). Lo tienen las solarizaciones ya experimentadas por Man Ray, su creador; lo tienen las superposiciones de negativos, las simplificaciones perfiladas, las composiciones significativas, las imágenes texturizadas, tamizadas, reticuladas, los duros contrastes negro/blanco sin matices,...
.....Es un lirismo exaltado el suyo: es la belleza lo que exalta, la belleza del cuerpo femenino desnudo, sensual en cada una de sus partes, en cada uno de sus planos. La parte ejerciendo de todo por medio de una codificación de su significado: un seno duplicado en imagen especular, con el pezón de vórtice, es un reloj de tiempo: un tiempo sin tiempo, un tiempo eterno, cuyos finos granos de arena se deslizan por nuestra imaginación como gozosos momentos de placer, o como instantes que, todos juntos, van condensándose en arquetipo de lo femenino; lo bicónico convertido en representación esquemática de todo un género, en símbolo o signo —diábolo— que funda acasos presididos por el deseo suscitado por la desnudez.
.....¿Y en el centro? En el centro de todo la manifestación poliédrica de la realidad, en este caso de la realidad sexuada y sexual, fulcro y pilar de la existencia; la múltiple expresión de la belleza contenida en el cuerpo de la mujer, se lo mire como se lo mire, no importando la realidad desde la cual se lo alumbre; el poder estético de las imágenes significantes, modificadas o transmutadas por el genio del arte. Los medios son diversos; la voluntad, ilimitada; el afán por crear y recrear, insaciable. El artista aborda la posibilidad del blanco y negro en la apariencia modificada como si fuese un lenguaje, un lenguaje codificado en clave de sugerencias, de impresiones, de alusiones, muchas veces abstractas, indefinidas, no más que estremecimientos de la emoción creativa traducidos en expresión gráfica: el cuerpo de la mujer tinta con que dibujarlos, jubiloso vehículo para el mensaje, y, al mismo tiempo, fuente y destino de dichos estremecimientos.
.....No importa qué se muestre o se oculte, qué se sugiera o se encubra, mientras el resultado posea la suficiente carga significativa, mientras el producto —la obra de arte— detente el necesario poder de estímulo, mientras la imagen, por más irreal que sea, suscite en el observador un estremecimiento semejante a aquél gracias al cual le debe la existencia. La ficción que la creación en blanco y negro es se convierte así en auténtica realidad en la mente de ese creador de ficciones que es el ser humano; realidad abstracta, ideática, perteneciente al difuso y extraordinariamente vasto reino de la imaginación, que, no obstante, posee una determinante influencia en el mundo de los sentidos, en el universo de la materia al cual la carne pertenece.
.....Estímulos, estímulos, estímulos... El artista crea por estímulos que en su alma pulsan como latidos de un arcano, que surgen de una raíz hundida en lo impreciso —pero inevitablemente imperioso— de la existencia. La creatividad propia del artista ya está ahí, antes de individualizarse: en el venero ilimitado de lo posible. El creador quizás no sea más que un canal, un afloramiento de ese venero, uno con características propias, con singularidad distintiva, pero el estímulo (la fuerza con que lo creativo puja hacia la superficie) es una peculiaridad inherente a la vida, que es imparable. Y este venero que está ahí, fluyendo invisible, soterrado en la conciencia del ser humano, lo está para todos; pero no todos pueden ser canalizadores de su esencia: sólo el creador, el artista, el genio vehicular, podrá llevar a cabo una función de portavoz, un cometido de canalización de cuyo caudal, eso sí, todos podrán beber.
.....Erwin Blumenfeld, cuando descubrió su naturaleza de canalizador, cuando halló la expresión más ajustada a su singularidad creativa, cuando decidió ser fotógrafo, lo hizo con la determinación y el convencimiento de quien encuentra, tras tantear a ciegas, el umbral de un camino propio, iluminado y luminoso, que se irá abriendo a sus pies mientras camina. Erwin Blumenfeld abrió una senda por la que otros se adentraron en nuevos territorios. Él indicó con su obra la posibilidad de trasponer fronteras aparentemente insalvables para el arte puro, el auténtico, el meramente abstracto, llevándolo al terreno de lo pragmático, de lo comercial, enriqueciéndolo. El arte seguiría allí incólume, con su lirismo intacto, tras esta incursión en territorio comanche, y a la vez ejerciendo una prosaica función de seducción y embeleso. Lo abstracto desarrollando su inaudita potencia en el terreno de lo material, y todo ello posible por el poder que la belleza ejerce sobre las almas. Si el irreal blanco y negro es capaz de esto, si lo anodino gris es capaz de causar estremecimiento, si el juego de la imaginación que modifica la realidad puede ser causa y motivo de satisfacción estética, entonces es que no hay límites para una conciencia que se sabe existente, pero que desconoce su alcance; un alcance que vendrá (in)determinado y señalado por la suma de cuantas conciencias individuales se manifiesten.
.....La facilidad con la cual transitó Blumenfeld del arte a lo comercial, a la publicidad, y de ahí retornó otra vez al arte, dice mucho de la voluntad del artista para no traicionarse, para no corromper la fuente clara del venero de donde surge el fenómeno artístico. Basta encontrar el camino preciso, la senda apropiada, que, siendo colateral a la vía del arte puro, pueda nutrirse —por ósmosis o capilaridad— de la riqueza creativa de éste. Y es precisamente esa convicción (del artista irrenunciable y contumaz, genial en el hallazgo del modo y la manera) la que ha llevado el arte a la publicidad y al ámbito de lo comercial: su poder de atracción, su núcleo de pulsátil belleza que late por simpatía en el observador de la obra en cuestión, animándolo a consumir un tal producto que le envía tan agradables mensajes estéticos.
.....Nada mejor que enviar mensajes claros, netos y comprensibles, envueltos en bellos envoltorios, en soportes de seductores formas, para seducir al consumidor (siempre ávido de satisfacciones). El ser humano se siente atraído por la satisfacción como las limas de hierro por un imán. No hay pulsión más poderosa en la vida que la promesa de una satisfacción. Un artista, cuando traslada el arte al ámbito de lo cotidiano, cuando lo hace asequible y usable, se convierte en una especie de taumaturgo o prestidigitador que jugando con fuego embelesa al respetable. La seducción puede ser total cuando se combinan de modo feliz utilidad y belleza (el fenómeno del diseño en los productos de Apple, es un ejemplo proverbial de esto). De aquí ese interés de Blumenfeld por la relación entre el arte y la publicidad; cuando se dio cuenta de la voracidad del ámbito comercial, su ausencia de escrúpulos en pro de los dividendos, la sujeción o sometimiento del arte al imperio dictatorial de los beneficios, abandonó esa senda y retornó al arte puro (de todas formas, creo que al final de su vida Blumenfeld sabía que la batalla estaba perdida, que el arte había sucumbido, disgregado por una deriva consumista y vulgarizadora que, en resumidas cuentas, sólo depende de la cuenta de resultados). Quizás ahí estuviera la razón última de esa su decisión de ir al encuentro de la muerte.
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GALERÍA
Erwin Blumenfeld
1897-1967
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BLACK AND WHITE
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ART and NUDITY
(Composiciones, Solarizaciones, Superposiciones, Retículas y Rayados)
BLACK AND WHITE
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ART and NUDITY
(Composiciones, Solarizaciones, Superposiciones, Retículas y Rayados)
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Nude, 1947
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Solarized Nude, 1950
.Torso (solarized), Paris, 1938
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Torso (solarized), photogravure, 1937
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Profile of Bust, photogravure, 1947
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Solarized nude, photogravure, 1943
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Étude in 2-4 Time, 1938
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Double breast, 1948
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Nude, 1938
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Nude, 1938
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Nude in Mirror, 1938
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Untitled, 1938
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Untitled, 1938
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Untitled Nude, 1938
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Shadow Profile behind veil, 1943
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Diaphanous, 1938
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Untitled, 1937
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Abaudes, 1937
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Nude on Coca-Cola chair, 1944
.Nude on Coca-Cola chair, 1944
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Veiled Beauty
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New York, 1950
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Yvette Blumenfeld, photomontage
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Nude Mirror with Chemicals, NYC, 1950's
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Untitled, 1948
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Nude, New York, 1950
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Nude with shadows
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1957
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Gestes, 1942
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Yvette Blumenfeld, photomontage
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Nude Mirror with Chemicals, NYC, 1950's
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Untitled, 1948
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Breast Outline, 1948
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Nude with shadows
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Nude Outline, 1953
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Seated Nude behind perforated screen, New York, 1955
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Mesh, 1938
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Seated Nude behind perforated screen, New York, 1955
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Untitled, 1952
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Les 3 Grâces ou Les 3 Nymphes (On the study of sculptor Aristide Maillol)
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Lisette, Paris, 1937
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La Pudeur (Lisette), Paris, 1937
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Nude (Lisette), Paris, 1937
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Solarized Nude, 1943
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Solarized Portrait of a Woman. 1944
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Solarized Head, 1940
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Solarized portrait, 1933
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Portrait solarized,
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Photography-collage solarized
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Solarization, 1943
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Manina, Paris, 1937
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Teddy Thurman 1940's
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Portrait a la Fresque combine des négatifs
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Croix
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Croix
o.o
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Teddy Thurman, 1940's
.Teddy Thurman 1940's
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Living Mummy, 1935
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Asleep
.Croix
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Croix
o.o
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ART and FASHION
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Erwin Blumenfeld - The Eiffel Tower (1939), Paris
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Erwin Blumenfeld - The Eiffel Tower (1939), Paris
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Lisa Fonssagrives, 1939
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Lisa Fonssagrives, 1939
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Cheese cake, 1943
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Hat and Jewelry, 1938
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Charley Toorop, 19321
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Veiled Dancer, 1933
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Mannequin
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Four Faces, 1938
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Know Thyself, 1939
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Double Portrait (Modele Jill), 1936
.ERWIN BLUMENFELD HE SELF
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1928
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LINKS
Erwin Blumenfeld official website
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