Entramado de Lírico Pespunte
.....Su línea es fundadora de perfiles, frontera meridiana de las formas, trazadora de insinuantes límites a las figuras que nos conturban y asombran. Metafísica de los cuerpos delineados, perspectiva intimista de los seres ilustrados, gestos más que gestos los captados por la mente del artista, pues penetra, perspicaz, en el lado más procaz que los nutre y los anima. Visión caleidoscópica del ser: el color forjando los espacios; expresionista empeñado en el hacer de la expresión una explosión de acasos. Libertad para el creador: no debe encadenarse al genio, ni poner límites al amor, ni levantar barreras al talento: que el alma se desnude gozosa en el atanor de los cuerpos. No es un ser tortuoso, el pintor, ni tiene el alma torturada, sólo es un osado coloso sin vergüenza enmascarada. Tiene su estilo el aura de lo infinito, el poder exorcizante de un hechizo, el aroma y el sabor del manjar más exquisito, la originalidad sugerente de lo inaudito......Golpea la mirada esa su línea trazada hacia el borde del abismo, el mismo al que el espectador se precipita si, precavido, no evita el fatal estupor. Captar intenta la realidad, con la línea que sustenta una verdad irredenta que en los seres viva está. Traza mil y una versiones de los gestos y las poses, las exprime, las reinventa, hace síntesis y expresa, con la línea y el color, la alegría y el horror que supone la existencia. Si es profeta de erotismo, de una sensualidad sin trabas, de un sexo que sexo es, no es por exibicionismo, sino ante todo por ser fiel a una naturaleza inmaculada. Ni la hipocresía consiente, ni es amigo de diplomacias, son sus líneas portadoras de claridades francas, de secretos desvelados y reservas reveladas. Puja en su trazo la vida, la que al vivir no se engaña, la que llama a cada cosa por el nombre que proclama. No hay vergüenzas que no enseñe, ni intimidad que hurte a la mirada: ya sean labios entreabiertos, ya sean vergas excitadas: toda delicia es bien venida, si querida, en la sensualidad humana.
.....Narra el arte con sus medios lo que al ser humano embarga, aquello que le deleita pero también lo que le espanta; lo que le eleva y le encumbra, y lo que del horror le distancia. Cuenta, Egon Schiele, con sus manos, lo que le dicta su alma, un alma que late en su cuerpo, un cuerpo que busca y se halla en otro cuerpo latido por otra única alma; y lo cuenta con sus líneas --poderosas, temblorosas; siempre claras--, y con manchas de color que volúmenes suplantan. Prodigioso delineante, cromatístico demiurgo, creador deslumbrante de intimismo asaz fecundo. Dueño y señor de la línea que en emoción se encarna: de lo tierno a lo sensual, de lo eterno a lo fugaz, de la diáfana verdad que se oculta bajo el disfraz de tanta apariencia vana. Flechador empenachado de candor: es tu arco la voluntad y son tus flechas de soledad que buscan la humanidad como cósmica diana.
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PERSPECTIVAS Y DELINEACIONES (1)
Bosquejo Biográfico
Perdido el padre prematuramente, la madre lo envía con un tío que intenta encarrilarlo en la profesión paterna: funcionario de ferrocarrriles. Empeño vano, que el hijo del ferroviario traía la impronta del destino bohemio marcado en su alma artística y sensible. Hacia Viena lo encarrilan pues, tras oportuno cambio de agujas, a estudiar Bellas Artes. Y allí descubre su destino, que no es el del convencionalismo academicista ni la reproducción mimética de la realidad (acerba y denodada lucha que tiene lugar en toda Europa, agotada por propuestas artísticas tenidas por anquilosadas y frustrantes, impropias de una modernidad que avanza imparable hacia...).
.....Su alma, resonancia de la revolucionaria época en que le ha tocado vivir, percibe el mundo de modo más complejo, más polifónico, menos concordante con una apariencia que lo asfixia por gastada, roma y limitada. Mira hacia "afuera" y allí descubre a Gustav Klimt, y de él se enamora. Guiará sus primeros pasos en una senda aún en tinieblas, adensada por la bruma de todo amanecer selvático donde se condensa la humedad que desde las profundidades puja por elevarse. Pinta en esta época retratos y paisajes: intenta captar la realidad que siente, en las figuras --que son seres dinámicos en constante cambio--, y en los escenarios --en los que descubre conciencia y personalidad. Se presenta a su mentor y factótum Klimt, a la sazón ya consagrado artista y conquistador de nuevos territorios estéticos; y éste reconoce inmediatamente al talento desbordante de originalidad en quien le rinde pleitesía. El maestro consagrado, haciendo honor a la generosidad que se supone al genio seguro de sí mismo, alfombra el porvenir de su acólito presentándole a mecenas vieneses que se encargarán de sostener los primeros pasos del incipiente artista. No son los inicios de Schiele, pues, esos sometidos al imperio del esfuerzo y la falta de reconocimiento: se lo reconoce de inmediato --modelo ejemplar de sintonización y sincronización con la hora que marca el reloj estético en un momento dado-- y su esfuerzo es el de quien se sabe en la senda del éxito, tapizado su caminar por la satisfacción de sentirse arropado, querido y admirado.
.....Hasta cumplidos los veinte años su obra transpira Klimt por los cuatro costados (con influencia, así mismo, de la jugendstil alemana); en 1910 tiene lugar la personalización de su estilo, una especie de muda de piel, que ya no se detendrá --ensayando diversas vías-- hasta su muerte apenas ocho años más tarde. En este tiempo se une a la Secession vienesa, movimiento modernista austriaco que Klimt fundara junto a Koloman Moser y Joseph Maria Olbricht, entre otros. Al final serán él, Gustav Klimt y Oskar Kokoscha quienes en 1903 conformen los llamados Wiener Werkstätten (Talleres Vieneses), en cuya sede (El Repollo de Oro), sobre la puerta de entrada, puede leerse: "Der Zeit ihre Kunst, der Kunst ihre Freiheit" (A cada tiempo su arte y a cada arte su libertad), declaración de principios que marcarían, indefectiblemente, los fines estéticos --y vitales-- de sus creadores.
.....Personalmente vivirá parte del sinsabor que en lo profesional, de modo paradójico, estaría ausente. De carácter esencialmente libertario, libérrimo y honesto con su propio ser, se empeña en trasladar a su vida lo que siente en su arte: libertad absoluta, ausencia de moralidad como norma de conducta, no concibiendo ni permitiéndose más regla ni más limitación que su impulso artístico (es uno de los casos más logrados de fundamentación de la existencia humana en el arte, y no en la moral --algo que expresaría palmaria y clarividentemente Friedrick Nietzsche, años antes, tanto en su primera obra El Nacimiento de la Tragedia en el Espíritu de la Música como desarrollaría en toda su obra posterior). Este empeño le llevará a la cárcel durante tres días, acusado por conducta inmoral y pornografía, en Krumau, población natal de su madre, al convivir con su compañera y amante Wally (Valerie Neuzil), de diecisiete años, y tomar como modelos a los niños del vecindario --quienes posaban tanto vestidos como desnudos. Hecho que le convenció de que su residencia estaba en Viena, y no en contacto con una naturaleza ya colonizada por espíritus pacatos e hipócritamente puritanos.
.....En Viena realizaría la mayor parte de su extensa y frenética obra, y en Viena le alcanzaría un funesto azar vírico que, pese al nombre, nada tenía que ver con España. La Gripe Española se llevaría por delante una cifra variable, pero siempre abultada, que osciló entre 50 y 100 millones de personas (al declararse la pandemía en 1918, estimo que la Gran Guerra, la Primera Mundial, algo tendría que ver en ello). Se la llamó equívocamente española debido a que la información más extensa y menos censurada se dio, precisamente, en España, al ser un país neutral que no tomó parte en la guerra. Y tuvo de peculiar que, en este caso, y contraviniendo el hábito mórbido, la mortandad se cebó sobre todo en jóvenes y adultos sanos (¿es demasiado aventurado conjeturar una némesis somático-espiritual en castigo por la descerebrada y absurda guerra que acababa de tener lugar?¿Una especie de represalia divina, de gomorresca vendetta ante la sinrazón humana?).
.....El caso es que a los veintiocho años, en pleno vigor creativo, cuando ya llevaba tres años casado felizmente con Edith Harms (de la que esperaba un hijo, y que moriría tres días antes que él, con el hijo nonato de seis meses en el vientre), Egon Schiele moría para la historia y renacía para la vida eterna del arte. Seis meses antes había fallecido su amigo y admirado Gustav Klimt. Los dioses son celosos del poder de los hombres cuando éstos invaden su territorio (o bien, cuando los hombres trascienden su humanidad para penetrar en el ámbito de lo divino, éste los absorbe y arrebata de la terrenalidad para colocarlos en el nuevo lugar que les corresponde).
La Constitución del Übermensch como el Creador del Mundo Transvalorado.
Una Lectura desde la Obra de Egon Schiele
(Marina Silenzi. USAL -CONICET)*
Una Lectura desde la Obra de Egon Schiele
(Marina Silenzi. USAL -CONICET)*
.....Egon Schiele es uno de los pintores expresionistas más importantes en la historia de la pintura. Influenciado por Gustav Klimt en sus primeros años y con algunos rasgos todavía académicos que se pueden entrever, en 1910 lleva el proceso de expurgación ornamental (que toma principalmente de Klimt y la Jugendstil) a su término, y concentra toda su atención en el cuerpo como sede de placer y dolor. Los cuerpos están desnudos y suspendidos en el vacío, generando un despojamiento tal que casi deja ver el esqueleto, “...frente a la sinuosa elegancia y la fluidez del Eros klimtiano, Schiele compone sus imágenes segmentando abruptamente los planos y fracturando la línea en ángulos agudos, lo que da lugar a figuras huesudas... con los miembros seccionados o contorsionados hasta el límite de la desarticulación.” (Casals, 2003: 427). Los cuerpos son recortados desde los más insólitos puntos de vista, hay poses que resultan imposibles de imitar. Tal vez, como sostiene Casals, es este inhabitual encuadre lo que tiende a desplazar el acento hacia los atributos sexuales, pero ya en presencia de un erotismo herido y replegado sobre sí mismo. Una de las características más fuertes en la pintura de Schiele es la destreza y la firmeza de su trazo, el cual seguía una vez comenzado sin treguas, hasta el final sin ninguna corrección posterior. Parece que el artista continuaba con su dibujo sin importarle que el modelo se moviera o cambiara de lugar, puesto que la línea seguía su rumbo cargando con toda su dimensión emocional. Los cuerpos son plasmados en la obra porque el artista así lo quiere. Por eso, podemos pensar en la constitución de ese estado de plenitud producido por la embriaguez que Nietzsche desarrolla en el Crepúsculo de los ídolos. En última instancia, la inmediatez de la línea y la composición de la obra responden a estímulos que determinan el accionar del artista. Ampliando este punto, el propio Schiele piensa que el artista moderno tiene por enemigos las recetas y convenciones, y que por esta razón, sólo puede crear a partir de sí mismo. Pareciera que aquí él escaparía de las “viejas tablas de la academia”, y por supuesto también, de los valores estipulados socialmente, dentro de los cuales la expresión corporal y la desnudez resultan ser un delito. Schiele dice que el deber del artista es ser él mismo, seguir su voluntad sin desviarse en implicancias históricas, como por ejemplo, los revestimientos ornamentales de la Jugendstil. En el acto de creación, también siguiendo al pintor, el artista tiene que sumergirse en el corazón de la realidad existente y así experimentar la condición humana en todos sus aspectos, debe ser más hombre que cualquier otro, debe amar la muerte tanto como la vida. Aquí observamos esta condición del artista que se integra en la existencia misma, en el mundo, y ama la vida tan profundamente que entiende a la muerte como parte de ella, como el devenir mismo y la acepta tal cual es.
.....En la pintura, la forma de representar la individualidad es por medio del autorretrato, y el espejo es un elemento fundamental en el mismo. Mediante el autorretrato el artista realiza su propia autobiografía, un registro de la identidad que atraviesa el tiempo representando la imagen reflejada en el espejo, distorsionada por el cambio, pero que mostraría una "identidad personal" que se mantendría. Es decir, esta búsqueda es un intento reducido de representar la pequeña razón, esa conciencia o ese espíritu que se cree inalterable y se reconoce en el cambio. Dichos rasgos se darían en los autorretratistas más destacados:“Durero y Rembrant -por sólo nombrar dos de los más importantes autorretratistas- ya utilizaron ampliamente el espejo para, mediante la captación de su propia imagen, realizar autobiografías y hacer informes de su vida.” (Steiner, 1992: 7). En la modernidad, es el sujeto quien funciona como espejo del mundo, la conciencia que representa al ente que se convierte en un mero objeto, no sólo de representación sino de dominación, y así el sujeto se autodeclara “medida de todas las cosas”. Otra marcada característica de la obra de Schiele es la autoafirmación constante a través de los autorretratos en los cuales su individualidad queda expresada máximamente. Dicha introversión corre paralelamente a la siempre presente exploración del lenguaje corporal: “espasmódicas contorsiones de miembros desnudos, escenas masturbatorias, signos de agresiva autoafirmación... Frente al pudor moralista de la sociedad adulta, Schiele -eterno niño- por definición propia, responde poniendo al descubierto su gestualidad más íntima y compulsiva.” (Casals, 2003: 431). Esto se observa en las pinturas tituladas “Autorretrato con vasija de barro negra y los dedos extendidos” de 1911, en “Autorretrato con la mano en la mejilla” de 1910 y en “Autorretrato masturbándose, cubierto con ropajes negros” de 1911. De esta manera, el utiliza su cuerpo como vehículo de expresión, a partir de los sentimientos que se le presentan. En la segunda obra mencionada, donde la mano en la mejilla tira del parpado hacia abajo, es explorada la escala de los sentimientos de melancolía y malestar; en la tercera Schiele muestra su entrega al placer solitario. Sus obras representan su cuerpo, a la gran razón, y a través de éstas logra manifestar sus instintos, impulsos, deseos y sentimientos. El fondo eutralizado por el monocromo, el carácter y fuerza de los trazos y los ángulos recortados de la figura, hacen que ésta se destaque, claramente, como la expresión de sus estados, alejándose de esta manera de la representación de la "imagen real" del espejo que está situada en un punto del espacio y del tiempo.
.....La deformación de su persona en los distintos cuadros produce el quiebre de la unidad en el tiempo, Schiele es muy diferente en sus autorretratos, mostrando, entonces, que su verdadero interés no es rescatar la identidad en el devenir, sino expresar sus estados internos. La imagen en el espejo no la utiliza para establecer su identidad, sino al contrario, para destruirla; él pinta a través de un "espejo deformante" (Steiner, 1992: 9) y su único reflejo es la gran razón. Sin embargo, a pesar de que el pintor altera las proporciones de su cuerpo y se crea en posturas originales, no hay que entender esto como una mera deformación del cuerpo, sino como el medio para poder quebrar con su propio yo, logrando "... la despersonalización en lugar de servir para asegurarse y cerciorarse de la propia persona." (Steiner, 1992: 8). El espejo de la representación se ha quebrado, el hombre pierde su rostro, constatando la ausencia de la sustancialidad y el paso del tiempo. Esto se ve en Schiele incluso en series que denotan movimiento y cambio a través de diferentes poses, como en “Desnudo masculino sentado” y “Desnudo masculino con brazos cruzados” de 1910, o en la otra serie “Desnudo masculino de espaldas” y “Desnudo masculino amarillo” también de 1910.
[...]
.....El desdoblamiento también significa la disolución de límites, de la individualidad y la identidad establecida por el yo en la finitud del ser. De este modo, surge desde las cenizas del yo ese otro lado ligado a lo universal, que es compenetración con la vitalidad primordial, apertura a lo eterno; en términos nietzscheanos, lo que se abre es lo dionisíaco ligado a la voluntad de poder. Bajo este estado, la individuación desaparece al sumergirse en el núcleo fundamental, en la voluntad del mundo que es vida eterna: el ser humano deja atrás sus límites y confluye en su inmortalidad, en la perpetuidad del ser. Lo dionisíaco arranca al ser humano del “engranaje de las figuras mudables” y le da un consuelo auténtico. Éste experimenta al unificarse con Dionisos el inmenso placer primordial por la existencia, “la indestructibilidad y la eternidad de dicho placer”.
Schiele expresa dicha idea en un óleo llamado “Transfiguración” de 1915, el cual muestra su imagen desdoblada elevándose sobre la tierra, como si abandonase la antigua piel del yo visible. Según él, son los elegidos quienes viven en discordia con la sociedad y sus pautas, y en comunión íntima con el universo, percibiendo la organización viviente de todas las cosas, compartiendo el lenguaje de los dioses. Una vez más, vemos la correspondencia del artista con la figura del Übermensch, quien no sólo comprende el mundo en comunión con la vida misma desde la embriaguez y el sagrado decir sí incluso en los problemas más terribles, sino que lo crea desde la óptica estética de la transvaloración. Egon Schiele como uno de los artistas que lleva a la expresión concreta en la pintura la nueva tabla de valores planteada por Nietzsche, la obra de Schiele como la manifestación directa de la voluntad de poder en la reivindicación del cuerpo y la tierra
...en el alienado hay un genio incomprendido que cobija en la mente una
idea que produce pavor, y que sólo puede encontrar en el delirio un escape
a las opresiones que le prepara la vida... y, por otra parte, el único,
absolutamente el único, que haya absolutamente rebasado la pintura, el
acto inerte de representar la naturaleza, para hacer surgir, de esta
representación exclusiva de la naturaleza, una fuerza giratoria, un elemento
arrancado directamente del corazón... ha hecho, bajo la representación,
brotar un aspecto, y en ella encerrar un nervio que no están en la
naturaleza, que son de una naturaleza y un aspecto más verdadero que el
aspecto y el nervio de la naturaleza verdadera. (Antonin Artaud, 1997: 73-104)
* El texto previo es un extracto (concretamente la segunda parte, menos un fragmento) de un excelente artículo que toma como referencia el concepto del Übermensch (Superhombre) nietzscheano para relacionarlo con Egon Schiele.
Por su oportunidad y claridad expositiva no he dudado en traerlo aquí (como texto amigo). Estoy convencido que aporta un innegable valor añadido (sobre todo por su estilo académico) a mis propias reflexiones sobre el pintor austriaco.
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GALERÍA
Egon Schiele
1890-1918
SELECCIÓN 2: La Mirada Especular + Dibujos
De autorretratos e introspección - De líneas orgánicas
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Self-Portrait, 1916.
Sitting Male Nude (Self-Portrait), 1916
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Self-Portrait, 1914 // Self-Portrait, 1910
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Self-Portrait, 1915 // Masturbation, 1915
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Nude man in yellow
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Standing Male Nude // Male sitting with arm rising, 1911
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Männlicher Akt mit erhobenem Arm, 1910 // Male Trunk, 1911
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Sitting Male Akt
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Seated Male Nude, 1910 // Male Torso Back, 1911
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Seated Male Nude, 1910 // Egon Schiele: Mannlicher Rackenakt, 1911
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Standing Male Nude, Back View, 1910
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Side Male Nude, 1910 // Male Nude Violet, 1910
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Seated Male Nude without Head, 1910 // Kneeling Male Nude, 1910
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Side Male Nude, 1910 // Male Nude Violet, 1910
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Seated Male Nude without Head, 1910 // Kneeling Male Nude, 1910
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Self Portraits: 1910 x 3, 1912
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Self-Portrait,
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Masturbation (Self-Portrait)
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Eros (Self-Portrait)
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CALEIDOSCOPIO
CALEIDOSCOPIO
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