sábado, 5 de abril de 2014

Brahms & Rachmaninoff (III). Apéndice: Poesía musicada - GALERÍA: Caspar David Friedrich (3)




Introducción
.....Traducir los sentimientos y las ideas a música. Esa es la labor del compositor, si popular, en el quehacer que lo define. Pero esos sentimientos, esas ideas, ¿de dónde surgen? ¿cuál es impulso original que en su espíritu siente el compositor y que le induce a trasladar sobre el papel, en código musical, una partitura que será música? ¿de dónde le viene? Del mundo alrededor en relación con el mundo interior, concluiríamos: la impresión que le causa un paisaje, el amanecer o el ocaso, un gesto, un acontecimiento,... pero en numerosas ocasiones es un estímulo sugerido por otra obra de arte: un cuadro, una escultura, un poema, incluso otra melodía.
.....Es el caso que nos ocupa. Los compositores, sobre todo a la hora componer obras vocales, necesitan del soporte de la palabra, para, sobre ella, con ella, íntimamente fusionada a ella, trenzar una melodía, una expresión melódica que exprese y refuerce el sentido que ella misma, la palabra, porta. Así ocurre que los compositores necesitan libretos para componer óperas, polifonías, oratorios, cantatas, misas, motetes, sainetes, zarzuelas, operetas, lieds o simples canciones populares. A veces es el mismo compositor quien también los compone (caso de Wagner), casi siempre basándose en textos de tradición cultural, pero lo habitual es que se recurra a textos ajenos, si bien, en ocasiones, acondicionándolos, es decir: adaptándolos.
.....No descubrimos nada si desvelamos aquí una íntima relación entre la poesía y la música, de hecho una y otra van indisolublemente unidas, pues se basan en el ritmo: el ritmo del decir en el rítmico sonar. Se puede afirmar, sin temor a equivocarnos, que todo texto es susceptible de ser musicalizado, previo tratamiento de adaptación, es decir, si es un texto en prosa, dotándolo de ritmo y versificación (no siendo necesaria la rima, aunque habitualmente toda melodía cantada tiende a tenerla).
.....Los ejemplos que traemos a colación son de este tipo: poemas puestos en música. ¿Y eso qué quiere decir? Lo que ya he avanzado anteriormente en forma interrogativa: quiere decir traducir o trasladar el sentido de las palabras a música, que utiliza otro canal de percepción más directamente unido a la emoción que la palabra. La música intentará exprimir la emoción de la palabra por medio del sonido, de un sonido melódico capaz de extraer toda la emoción que está contenida en la palabra, albergada en sus recovecos, trabada a las modulaciones de su articulación musicalizada. 

.....Tanto Brahms como Rachmaninoff acudieron a grandes poetas para buscar inspiración, o simplemente las palabras necesarias para traducir su íntimo sonar, palabras que les ayudara a expresar conceptualmente lo que emocionalmente ya sonaba en su interior (a veces la emoción surge al leer el poema, pero también sucede que es previo a ello: la emoción está, pero difusa en el alma del compositor, le faltan las palabras, los conceptos --porque esa emoción siente que debe subrayarse con palabras-- que encuentra en el poema, que a él llega a veces de forma fortuita). Expondré cuatro poemas originales que dan lugar a otras tantas obras de Brahms, y uno que inspiró, y de qué modo, a Rachmaninoff. Los de Brahms serán de poetas románticos alemanes: Hölderlin, Goethe, Schiller; el que serviría de base para la obra Rachmaninoff (pues se adaptó, muy libremente, al ruso) es de... ¡un americano!, el maestro del simbolismo, romántico por excelencia, inmenso fabulador, narrador y poeta: Edgar Allan Poe. Tiene el ruso obras compuestas sobre poemas de compatriotas (varias de Pushkin, sin ir más lejos), pero me he decantado por esta obra, Las Campanas (The Bells o Kolokola, en ruso), por el peso específico y relativo de la misma, llegando a ser considerada como la Cuarta Sinfonía del compositor. 
.....En los cinco casos, de todas formas, experimentaremos una impresión similar: la traducción de la palabra a música realizada de forma genial y sublime; el sentido de los conceptos transmutados en música, en emoción. Y comprobaremos lo que ya se dijo en el anterior post: el cómo esta emoción es diversa en Brahms y en Rachmaninoff: en uno, el germano, más apolínea; en el otro, el ruso, más dionisíaca. Los textos elegidos por uno y por otro recalcan lo que ya allí se dijo, en cuanto al impulso ascendente y descendente: ese tender hacia los cielos, ese añorar los dioses y su bienaventuranza; y ese exorcizar los infiernos, ese auparse sobre el sentimiento para huir del abismo. Todo ello está, aquí, presente. Espero que se disfrute con la misma delectación con que yo lo he realizado.

.....Me ha parecido oportuno adjuntar, al final de cada poema, una lista de reproducción, audio y vídeo, con una selección de las mejores versiones halladas de cada obra en cuestión. Todo ello sin menoscabo de que se las podrá encontrar (una sola versión, eso sí) en el catálogo general ya ofrecido en el anterior post.

.....También me parece oportuno aquí, que se van a ofrecer poemas traducidos de la lengua original en la que fueron escritos, adjuntar una cita a cerca de las traducciones y los traductores. Una cita de un traductor, Lorenzo Oliván, procedente de una Nota escrita en el preámbulo a su antología sobre poemas de Emily Dickinson La Soledad Sonora (2001, Editorial Pre-Textos). Dice Oliván:

     "Para traducir poesía no nos parece que la meta primera haya de ser la de la literalidad porque si para un poeta la literalidad es siempre menos importante que la literariedad también lo ha de ser para nosotros.
     Por eso, más que hablar de traducciones, que nos suena a frío trasvase de un lenguaje X a otro lenguaje Y, preferimos hablar de versiones o recreaciones, de un proceso que pretende no sólo preservar el sentido de las palabras del autor, sino también su carnalidad poética, atendiendo a cuestiones como la expresividad, el ritmo o la intensidad de la frase [y hasta su íntimo resonar, diría yo, su música articulada]. Un poema nace siempre de la armonización de múltiples matices y de igual forma ha de nacer al llevarlo a otra lengua, si no queremos que los versos tengan la precisión de un diccionario, pero no aliente en ellos el más mínimo rastro de poesía”

.....Es desde esta perspectiva que yo he elegido las traducciones que aquí figuran de entre todas las disponibles (expresamente la realizada por Rivero Taravillo sobre Las Campanas de Poe).

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POEMAS en MÚSICA

Canto del Destino (Friedrich Hölderlin) - Schicksalslied Op. 54, Brahms
Viaje al Harz en Invierno (Wolfgang Goethe) - Alt-Rapsodie Op. 53, Brahms
Nänie (Friedrich Schiller) - Nänie Op. 82, Brahms
Canto de las Parcas (Wolfgang Goethe) - Gesang der Parzen Op. 89, Brahms
Las Campanas (Edgar Allan Poe) - The Bells (Колокола, KolokolaOp. 35, Rachmaninov

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Johannes Brahms


...

Op 53, Alto Rhapsody
Part 1: Introduction and recitative/arioso; Adagio, C minor, 4/4;  Stanza 1
Part 2: Aria; Poco Andante, C minor, 6/4; Stanza 2
Part 3: Chorus with solo; Adagio, C major, 4/4; Stanza 3

De la soledad del ser humano

Harzreise in Winter
Wolfgang Goethe

¿Quién es el que tan solo camina?
En las breñas se pierde su sendero,
los espinos le azotan al pasar,
la hierba vuelve al levantarse
y se lo traga el páramo.

¡Ah! ¿Quién sanará nunca los dolores
de aquel que en tósigo cambia
bálsamo bienhechor y triste bebe
en la copa del amor misantropía?
Despreciado primero, luego despreciador,
a sí propio destrózase
de un egoísmo insuficiente presa.

Si en tu salterio, ¡oh padre
del amor, hay un tono
que pueda escuchar su oído,
su corazón alivia!
Y abre los turbios ojos
a fin de que ver puedan
las mil fuentes que en medio
del desierto se brindan al sediento.


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Schicksalslied, Op. 54 
Adagio: Ihr wandelt droben im Licht. (E-flat major)
Allegro: Doch uns ist gegeben. (C minor)
Adagio: Orchestral Postlude (C major)


Del destino del ser humano

Schicksalslied (Canto del destino)
Friedrich Hölderlin

¡Paseáis en lo alto de la luz
por blando suelo, oh genios venturosos!
Resplandecientes aires divinos
apenas si os rozan,
como los dedos del músico
a las cuerdas sagradas.
Libres del Destino, semejantes
al niño que duerme en una cuna,
viven los Celestiales.
Guardada castamente
en un modesto capullo
sus almas florecen
de eternidad
y en sus dichosos ojos
brilla calmadamente
la eterna claridad.
A nosotros, en cambio,
en ninguna parte nos es dado el reposo;
los hombres dolorosos
se borran y caen
ciegamente impulsados
hora tras hora
como el agua que va
de peña en peña resbalando,
y mientras pasan los años
en lo Incierto se abisman.



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Nänie Op. 82 (Song of Lamentation)
Mixed Chours (SATB) with Orchestra

De lo efímero de la Belleza

NÄNIE
Friedrich Schiller
¡También lo bello ha de morir!
Lo que subyuga a hombres y dioses
no conmueve el pecho
acerado del Zeus estigio.
Una sola vez tocó
el amor al señor del sombrío mundo
e inmóvil sobre el umbral
bruscamente retiró su obsequio.
No restaña Afrodita
la hermosa herida del muchacho,
su garboso cuerpo
desgarrado por un salvaje jabalí.
No salva al divino héroe
la inmortal madre,
cuando, muriente ante la teucra puerta,
su destino cumple.
Pero ella surge del mar
con todas las hijas de Nereo,
y da curso a su lamento
por el hijo ensalzado.
Mira, los dioses lloran,
todas las diosas lloran
el que la belleza deba desvanecerse,
el que la perfección haya de morir.
Pero incluso una elegía
en boca del ser amado, es gloriosa,
porque lo ordinario
se sume sin cantos en el Orco.


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Gesang der Parzen Opus 89
Maestoso in D minor, 4/4 time (stanza 6 in 3/4 time)

De los dioses y de los hombres

Gesang der Parzen (Canto de las Parcas)
Fragmento de la obra Ifigenia en Tauride
Wolfgang Goethe

¡Que tema a los Dioses        
la humana estirpe!
el poder conservan
en sus eternas manos,
y lo ejercen
como les place.
¡Y que teman doblemente
los que ellos elevan!
Sobre cimas y nubes
disponen las sillas
y mesas doradas.
Surge una querella:
se hunden los invitados
cubiertos de oprobio y dolor
en el nocturno abismo,
donde en vano aguardarán,
a las tinieblas atados,
juicio ecuánime.
Los Dioses en tanto
continúan de fiesta eternamente
frente a sus mesas de oro,
y se pasean de un monte
a otro monte:
desde el profundo vórtice
llega hasta ellos el hálito
de los Titanes oprimidos
como el vaho de un sacrificio
en forma de nube ligera.
Desvían los Señores
sus ojos benignos
de la estirpe toda
y evitan ver en sus hijos
antes amados
los rasgos elocuentes
de los ancestros.
Así cantaron las Parcas.
Escucha el proscrito
en la oscura caverna
la canción de las Viejas
y pensando en los niños,
sacude la cabeza.


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Sergei Rachmaninoff

La traducción del poema de Poe que aquí se ofrece es la de Antonio Rivero Taravillo. Con muy buen criterio, creo, ha realizado una muy original y pertinente versión del poema, resolviendo el siempre difícil reto que supone adecuar la doble función, cuando la tiene, de sentido y sensación de las palabras. En este caso me refiero al sonido de la palabra bell en inglés, que Poe repite en su poema varias veces (como repite time), en series de tres o de seis veces, con intención indudablemente cacofónica (la campana al sonar y sonar y sonar...). Es obvio que Poe lo repite como si del sonido de la campana se tratase, y no cabe obtener el mismo resultado en español con una traducción más o menos literal, se necesita un efecto equivalente, y el ding dong dang, donde dan, a mi entender, sin ser la solución definitiva, me parece más adecuada que las traducciones más convencionales -basadas en la literalidad o en el significado- encontradas en la red.

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The Bells (КолоколаKolokolaOp. 35
Allegro ma non tanto ('The Silver Sleigh Bells'): tenor y coro mixto
Lento ('The Mellow Wedding Bells'): soprano y coro mixto
Presto ('The Loud Alarum Bells'): coro mixto
Lento lugubre ('The Mournful Iron Bells'): barítono y coro mixto

Del sentido trágico de la vida a toque de campana

The Bells (Las Campanas)
Edgar Alan Poe

I
¡Oíd los trineos con su trino
de argénteas campanillas!
¡Qué mundo de alborozo presagia su armonía!
Cómo tintinean, tintinean
en el gélido aire nocturno,
y los astros que salpican
todo el cielo repican
con cristalino brillo, al compás,
como en una única rima,
rúnica rima que ritma
con el tintirintín que es canción,
ding dong dang, donde dan,
donde dan, ding, dong, dang,
su tintineo y retintín las campanillas.

II
¡Oíd las campanas de las bodas,
las áureas campanas!
¡Qué mundo de ventura presagia su armonía!
En la fragante brisa nocturna
cómo toca su deleite.
De las notas de oro fundido,
afinada,
qué líquida canción se eleva
hasta la tórtola que escucha,
y disfruta de la luna.
Oh, desde las cámaras sonoras
qué torrente de armonía
surge y brota,
sube y no se agota,
y en el Mañana mora, y pregona
el arrebato que impulsa
al repique y al revuelo,
ding dong dang, donde dan,
donde dan, ding, dong, dang,
donde suenan y resuenan las campanas.

III
¡Oíd las campanas de rebato,
las broncíneas campanas!
Qué historia de horror su turbulencia cuenta
en el inquieto oído de la noche,
cómo su pánico pregonan.
Demasiado asustadas para hablar,
sólo pueden gritar, gritar,
desafinadas,
en clamorosa súplica a la piedad del fuego,
en loca exhortación al sordo y loco fuego,
saltando alto, alto, más alto,
con deseo desesperado
y un empeño decidido
de quedar ahora, ahora o nunca
junto a la pálida luna.
¡Ding dong dang, donde dan
las campanas con horror
una historia de desesperación!
¡Con qué estruendo rugen y retumban!
¡Cuánto terror derraman
sobre el seno del aire palpitante!
Mas el oído sabe
por el fragor
y el clamor
cómo el peligro crece o se disipa;
mas el oído dice
por el tronar
y el resonar
cómo el peligro llega o bien se marcha
por cómo se marcha o llega la ira de las campanas,
ding dong dang,
donde dan, ding dong dang,
ding dong dang, donde dan,
con fragor y clamor las campanadas.

IV
Oíd el tañer de las campanas,
las férreas campanas.
¡Qué mundo de solemnes ideas suscita su salmodia!
En el silencio de la noche,
cómo temblamos con temor
ante la melancólica amenaza de sus notas.
Pues cada sonido que flota
desde la herrumbre de sus gargantas
es un gemido.
Y las gentes, ah las gentes
que viven arriba en la espadaña,
solitarias,
mientras tañen, tañen, tañen,
con esa apagada monotonía,
sienten una gloria cuando rueda
sobre el corazón humano una losa.
No son ni hombres ni mujeres,
no son ni bestias ni humanos.
Son necrófagos demonios,
y su rey es el que tañe,
y hace doblar, doblar, doblar,
doblar,
un himno a las campanas.
Y su pecho feliz late henchido
con el himno de las campanas.
Y baila, y grita, marcando
el compás, el compás, el compás,
como en una rúnica rima,
del himno de las campanas,
las campanas,
marcando el compás,
el compás, el compás, el compás,
como en una rúnica rima,
ding dong dang, donde dan,
donde dan, ding dong dang,
latidos las campanas,
sollozos las campanas,
y repica, repica, repica
en una rúnica rima
al doblar de las campanas
ding dong dang, donde dan,
donde dan, ding dong dang,
donde dan, dan, dan, las campanadas,
el gemir y el lamentar de las campanas.


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GALERÍA


Caspar David Friedrich
1774-1840

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Wreck in the Sea of Ice / Ship in the Polar Sea, 1798
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An der Stadtmauer, 1st quart 19th century
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"View of Arkona at Moonrise", sepia drawing, c 1803
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Sea Beach in the Fog, 1807
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The Cross in the Mountain (Altarpiece Tetschen) 1807-1808
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Morning mist in the mountains, 1808
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Landschaft mit Regenbogen, 1810
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Schwäne im Schilf, 1819-20
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Nebelschwaden
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Riverside in fog / Elbe ship in the early morning fog, 1821
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Der Morgen (The Morning), 1820-21
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Der Abend (The Evening), 1820-21
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Moonrise over the Sea, 1821
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Mann und Frau in Betrachtung des Mondes (Man and Woman contemplating the Moon), 1818-20
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Twon Men Contemplating the Moon, 1819-20 (1st version, Gemäldgalerie, Dresden)
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Twon Men Contemplating the Moon, 1819-20 (1st version, Gemäldgalerie, Dresden)
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Twon Men Contemplating the Moon, 1819-20 (3rd version, MET)
"The mood of pious contemplation relates to fascination with the moon as expressed in contemporary poetry, literature, philosophy, and music. Both figures are seen from the back so that the viewer can participate in their communion with nature, which the Romantics saw as a manifestation of the Sublime." (MET)
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Twon Men Contemplating the Moon, 1819-20 (Copy)
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Snowy cottage (Cottage in the snow), 1827
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Boats in the Harbour at Evening, 1929
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Junotempel in Agrigent, 1828-30
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Flat country shank at Bay of Greifswald (Seascape, evening at the Baltic Sea), 1803-34
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Das große Gehege (Ostra-Gehege) (The big enclosure), c 1832
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Wald im Spätherbst (Waldwasser, Herbstwald), 1835
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Der Träumer (Las Ruinas de Oybin), 1835
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Mönch im Schnee (Monk in the Snow), 1808 (destroyed, burned down in 1931)
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