ConSentido Propio: Saul Leiter: ut pictura photographia (3)

Considero que la fotografía de moda debería tener un puesto de honor

en la historia de la fotografía, y que el fotógrafo no necesita excusas

para practicarla. Para mí fue una manera de ganarme la vida.

Tenía que pagar la factura de la luz y el alquiler,

y necesitaba dinero para comprar comida.

Saul Leiter

A modo de presentación

...Siendo consciente de arrostrar una contradicción, una de tantas que constituyen la conciencia humana, y, en este caso, con sumo gusto (gusto sólo superado por la contradictoria gourmandise que desde mis cinco sentidos se extiende y contamina mi espíritu esencialmente ascético) estoy con Leiter en considerar la fotografía de la moda, aquélla realizada por verdaderos artistas con inquietudes estéticas muy por encima de las comerciales a las que va, en última instancia, enfocada, como una rama nada despreciable o subalterna del Arte Fotográfico, así, con mayúsculas. Ya sea por la presentación y entidad de las modelos (entidad como sujetos artísticos en sí mismos, encarnaciones de la belleza en la que todo arte se funda), ya sea por la composición con que se exhibe, como por los objetos promocionados, los colores, las texturas o las obras de arte que en muchas ocasiones acompañan (por ejemplo, las joyas, que cuanto más sencillas más esplendorosas desde el punto de vista artístico, v. g. los reflejos diamantinos y las transparencias imposibles de esos cristales sublimes que la naturaleza procura y la mano del hombre exalta con la talla).
...Leiter, dentro del amplio elenco de grandes fotógrafos de moda (muchos de ellos con obra artísticamente magistral y reconocida), posee estilo muy propio y singular: ante la elegancia clasicista de Avedon, o la glamurosa de Scavullo, o la personalísima de Muncacsi, o la esplendorosa de Sokolsky, o, finalmente -y por citar sólo ejemplos de los '60- la exótica y ensoñadora de Derujinsky, el fotógrafo de Pittsburg propone un mensaje que traspasa el mero objeto, que va más allá del funcionalismo, que implica al observador en un ejercicio de trascendencia de lo efímero y concreto del instante para resolverse en una especie de eco o resonancia que traspasa el marco de la fotografía para penetrar en el de la emoción.
...Como es preceptivo en Leiter, el color juega un papel fundamental, en íntima comunión con la composición, y, por supuesto, marca de la casa, las transparencias, los reflejos, las veladuras, el desenfoque, los planos superpuestos, lo parcial, en fin, todo aquello que sugiere lo inacabado... que espera la intervención del observador para demandar un acabamiento (tantos, por tanto, como observadores). Trabajo nutricio, pues, sí, pero imbuido de elan artístico, de solvencia estética, de apuesta singular y original, de riqueza, en una palabra.
...Esta apuesta por la sugerencia se hace doblemente patente en los trabajos en blanco y negro, donde, sin el apoyo del color, logra la suficiente tensión figurativa, la necesaria densidad visual, en la composición de la presencia humana y los objetos que lo rodean (incluidos los que son objeto de publicidad).
...Es por todo ello que se vuelve del todo incomprensible cómo Saul Leiter no ha gozado del reconocimiento que merece hasta muy recientemente. Quizá, como dice, Luc Desbenoit, se deba únicamente a esta fascinante falta de afán de notoriedad que el propio Leiter considera un privilegio. Toda una enseñanza, digna de un sabio, para la humana inquietud de realización, sobre dónde colocar lo importante: "me gusta beber café, escuchar música y pintar cuando me da la gana", nos dirá este cronista gráfico de New York ante la cuestión de cómo no ha dado a su carrera un impulso más mediático.

Al final he añadido una escenas de una maravillosa e hipnótica película de aquellos hipnóticos e irrepetibles años '60: Blow Up (1966), de Michelangelo Antonioni, cuyo protagonista poco tendrá que ver con el nuestro, pero que ilustra lo que es una sesión fotográfica de moda (de aquélla manera...). Gocen y disfruten, y si pueden ver la película entera, no duden en hacerlo, me lo agradecerán.

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SOBRE SAUL LEITER
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Saul Leiter: Early Color

[...] La semi-mítica noción de fotógrafo de New York nació al mismo tiempo, los primeros años '40. Pero la sensibilidad de Leiter -comparable al intimismo europeo de un Bonnard, un pintor al que él admiraba- le coloca fuera de enfrentamientos viscerales con la ansiedad urbana asociados a fotógrafos como Robert Franck o William Klein. En su lugar, para él, la cámara le proporciona una manera alternativa de mirar, de encuadrar los acontecimientos y de interpretar la realidad. Buscó los momentos de tranquilidad en la vorágine de Manhattan, forjando una bucólica visión urbana única en las más inverosímiles circunstancias.

Ninguno de los contemporáneos de Leiter, con la única y parcial excepción de Helen Lewitt, reúne un comparable corpus de trabajo en color. El lirismo y la intensidad de su visión llega a su culmen en el elocuente tratamiento del color: para un rápido recuerdo del espontáneo desarrollo de la vida en la calle, Leiter añade un original sentido de la forma y una brillante improvisación, y, frecuentemente, un uso casi abstracto de colores y tonos fundamentales.

(Martin Harrison, en la Introducción a Saul Leiter: Early Color, Ed. Steidl & Partners, 2008)

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Fotógrafo modesto y soñador de Manhattan

Lo que resulta más fascinante del trabajo fotográfico de Saul Leiter es que jamás, este americano de 84 [88 actualmente] años, ha buscado notoriedad. Esta ausencia de vanidad se refleja en sus imágenes. Fechadas en los años '50 y '60 del pasado siglo, en las calles de su barrio neoyorquino del East River, están siempre tomadas con el filtro de sus estados de ánimo. Allí se descubrirá una ciudad a la altura del hombre, la New York de un pedestre anónimo que expresa con una sensibilidad de gato sus pequeñas felicidades fugitivas de paseante solitario.
Luc Desbenoit, Télérama (Para la exposición de París, en la Fundación Henri Cartier-Bresson, en 2008, de la retrospectiva sobre Saul Leiter).

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La búsqueda de la belleza (Exposición en Valladolid)

En nuestros días no es nuevo escuchar que un artista haya descubierto y revelado a nuestros ojos "lo extraordinario que existe en lo cotidiano", pero en los años '40 y '50 este tipo de investigación en la fotografía en color era inédito. Se trataba de un territorio inexplorado donde se movían unos pocos, y entre estos pioneros (es) Saul Leiter quien puede considerarse una figura de referencia. [...]
Leiter no sólo ha sido un revolucionario de la misma gramática del lenguaje fotográfico, sino que, además, ha llevado a cabo esta revolución en los inicios de la película en color, con todas las inevitables dificultades de cualquier comienzo. [...]
Saul Leiter, en cambio, deambulaba por Nueva York con la cámara al cuello cargada de película para diapositivas a color e inventaba el arte con las perspectivas más inusuales. Los sujetos protagonistas de sus imágenes no son visibles al primer vistazo y, de todas formas, permanecen enigmáticos también al segundo. La estratificación visual, que aparentemente crea obstáculos en el contacto entre nuestro ojo y el sujeto [observado] constituye por sí mismo, en su asimilación caótica, el verso y la rima de la expresión artística de Leiter. [...]
Enrica Vigano (comisaria de la exposición en la Sala de San Benito, Valladolid).

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Saul Leiter según Jane Livingston

Leiter es un artista poco usual. Su visión es tan amplia, tan refinada, está tan en contacto con un cierto tono lírico, que sus mejores fotografías parecen literalmente trascender el medio.
Jane Livingston (autora de The New York Scholl. Photographs 1936-1963).

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Saul Leiter à la Fondation Henri Cartier-Bresson

Saul Leiter ha escogido, desde su delicado dilema interior, mil lugares de la jungla urbana que le han servido de objetivo. Un mundo flotante, embebido en una sucesión infinita de abismamientos orientados voluntariamente hacia el expresionismo abstracto de sus pinturas. Sus imágenes metamorfosean la realidad para crear a la vez un universo poético, onírico y tranquilizador sobre el cual planea la dulzura de la melancolía. [...]
Saul Leiter es un hombre púdico, que se expresa por medio de aforismos e ironiza sobre su flema. [...]
El redescubrimiento de su trabajo le sorprende, le divierte y le resulta indiferente; pero lamenta, sin embargo, que los seres queridos ya desaparecidos no puedan compartir estos momentos con él. [...]
Saul Leiter es culpable de fotografiar, culpable de haber desobedecido [a sus padres] por escuchar su propio imaginario. Él busca captar un sentimiento profundo, en las calles azarosas, sin veleidad social o documental, testarudo en su enfoque, prefiriendo perseguir su vía que pertenecer a un molde. [...]
Sin embargo, su relación con el tiempo, la intuición profunda del momento al que se abandona, su gusto por el desorden, la soledad y la fugacidad de las cosas hacen de él un artista a parte, poco inclinado a situarse en una corriente. [...]
La poesía de las situaciones, los encuadres inesperados, los detalles sorprendentes, muestran un universo delicado y raro cuya elegancia sorprende. "Una fotografía es un secreto que nos habla de un secreto. Cuanto más explícita parece, menos nos informa", decía Diane Arbus; y no hay nada, en efecto, de explícito en las imágenes de Saul Leiter, quien reivindica constantemente el desorden o lo inacabado. [...]
Agnès Sire, comisaria (Fragmentos de su Introducción a la exposición celebrada en 2008, en la Fundación HCB, Paris).

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BAJO SAUL LEITER
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"Yo tengo un gran respeto por el desorden. El juicio más serio que yo puedo hacer sobre mi trabajo es que está inacabado, y es lo inacabado lo que me atrae."
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"Es muy posible que mi trabajo represente la búsqueda de la belleza en los lugares más prosaicos y ordinarios. Uno no tiene por qué estar en algún lejano país de ensueño para encontrar la belleza. Me doy cuenta que la búsqueda de la belleza no es muy popular hoy en día; la agonía, la miseria y la desgracia, sin embargo, son ahora temas muy tratados"
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"Pasé gran parte de mi vida siendo ignorado. Siempre he sido muy feliz de esta forma. Ser ignorado es un gran privilegio. Así es como pienso que he aprendido a ver lo que otros no ven, y a reaccionar a las cosas de una manera diferente. Simplemente contemplaba el mundo, sin esperar nada en concreto."
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"Siempre he asumido que yo, simplemente, debería ser olvidado y desaparecer de la vista" [al contemplar una de sus fotos].
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"Algunas personas piensan que yo debería haber hecho algo más para capturar las tensiones de la vida de la ciudad. Pero eso no me interesa en absoluto. Un bebé famélico en África puede ser perfecto para una portada del New York Times, pero yo busco imágenes de belleza. La felicidad es despreciada; la agonía está de moda; estar desolado es un signo de inteligencia."
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"Soy sensible a una cierta ambigüedad en la fotografía. No estar seguro de aquello que uno ve. Cuando no sabemos por qué el fotógrafo ha tomado una fotografía, y cuando no sabemos por qué la estamos mirando, y, de repente, empezamos a descubrirlo: me gusta esa confusión."
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"No soy seguidor del feísmo. Respeto cierta noción de belleza a pesar de que para algunos es un concepto pasado de moda. Algunos fotógrafos piensan que al retratar la miseria humana están tratando con seriedad un problema. No creo que la miseria sea más profunda que la felicidad."
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"Para construir una carrera y tener éxito, uno debe tener determinación, tiene que ser ambicioso. Me gusta beber café, escuchar música y pintar cuando me da la gana."
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"Con frecuencia las fotografías están consideradas como instantes de realidad pura; cuando, en verdad, se trata de fragmentos de recuerdos de un mundo inacabado."
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GALERIA

Saul Leiter

1923

Fashion

Haper's Bazaar Works
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