sábado, 1 de abril de 2017

Caravaggio y los caravaggistas (XVI). España (2). Francisco de Zurbarán: el Caravaggio español (2) - GALERÍA: Zurbarán (2)





Introducción al presente post
Incluyendo: mirando un cuadro.

.....En el anterior post sobre nuestra figura peninsular más caravaggista, Francisco de Zurbarán, presenté la propuesta dedicada a su figura, también adjunté una nota biográfica de Odile Delenda escrita para el Museo del Prado y, otrosí, consigné la primera parte —Sobre su estilo— de lo que he llamado "Calas Críticas", que no son sino opiniones o citas de críticos e investigadores de la obra y el quehacer profesional del pintor de Fuente Cantos. En este segundo post adjuntaré la segunda parte de estas Calas, la que versa Sobre su obra. Completaré el contenido textual con la traducción de un artículo escrito por Odile Delenda para la web de cultura Clio. Se trata de un artículo muy jugoso e interesante titulado "Zurbarán en Sevilla", en cuyo subtítulo —"o el alma española del Siglo de Oro"— realiza una declaración de intenciones sobre la opinión de esta estudiosa e investigadora de la vida y obra de nuestro pintor barroco. Zurbarán —según ella— sería algo así como un modelo del alma de nuestro siglo más artísticamente dorado. Y nada le va mejor a Zurbarán, teniendo en cuenta las características espirituales que definen y estructuran su obra.

.....Si en el primer post dedicado al pintor fuentecanteño se incluyó su obra más característica (y excelsa), la que nos muestra al estamento monástico, sus Inmaculadas, sus Crucificados y sus Santas Vírgenes, en el presente post se incluirá el resto de su obra, entre ella sus obras menos logradas, pero también muchas obras maestras que definen aún mejor el carácter artístico y personal de este pintor original: su serie sobre Jacob y sus doce hijos, cabezas de las doce tribus de Israel; su tierna perspectiva de la infancia de Jesús y la Virgen María; su calidad como retratista; su excelencia en los bodegones; todo ello completa la figura artística y personal de Zurbarán, un autor que fue víctima de un cliché que le hizo poco honor. Hoy día, las aguas vueltas a su justo cauce, es considerado como el pintor barroco más moderno (con permiso de Velázquez y El Greco).
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Mirando un cuadro: Casa de Nazaret

.....El cuadro en cuestión es el que ilustra la cabecera de este post: Casa de Nazaret. En él se nos presenta una escena intimista, de interior, en la que aparecen dos personajes principales (humanos) y otros secundarios que pertenecen tanto a lo divino (luz celestial, querubines), como a lo animal (paloma) o a lo inanimado (naturalezas muertas, utensilios, tejidos). Es precisamente la presencia de lo divino la que nos revela desde un primer momento que los personajes humanos, que figuran sentados —de frente, la mujer; en escorzo, el joven—, pertenecen a la historia sagrada. En un vistazo más detenido observamos que uno de los personajes, el que parece un muchacho (los rasgos, aunque algo ambiguos, nos confirman que se trata de un apuesto varón adolescente), tiene sobre las piernas una corona de espinas; el otro personaje, sin ninguna duda una hermosa mujer de rasgos armónicos, lo mira de soslayo con un gesto mezcla de dolor y meditación. Ahora identificamos, ya sin la menor duda, a estos dos personajes y encontramos el verdadero sentido del título. Se trata de la casa de Nazaret en la que José el Carpintero (que no aparece en el cuadro) y María la Virgen fijaron su residencia tras su vuelta de Egipto, una vez muerto Herodes y pasado el peligro. El joven adolescente es, pues, Jesús.

.....La escena es plenamente caravaggesca: sobre un fondo oscuro, apenas iluminado por un estrecho y apaisado tragaluz en su ángulo superior izquierda, y por un chorro descendente de dorada luz sobre la que flotan cabezas de querubines en diversos planos, se nos muestran dos figuras antropomorfas: a la izquierda, ocupando la zona media, y llegando casi hasta el centro del lienzo, se encuentra una mujer, detenido el ademán mientras cose, apoyada la mejilla en su mano izquierda, mirando meditabunda hacia su derecha, donde se haya la segunda figura, un joven de cabellos rubios y rizados, que con una mano se sujeta la otra, en cuyo índice se ha clavado una espina de la corona que descansa en su regazo. Es una escena muy original, poco repetida en la imaginería religiosa. La madre preocupada por el hijo, no porque se haya clavado una espina de zarza (suficiente motivo de interés, por otra parte, para una solícita madre), sino porque intuye lo que ello tiene de presagio de un futuro ya anunciado. 

.....Completan la escena: una sencilla mesa de madera con un cajón a medio abrir, situada entre ambos personajes, sobre la que hay dos libros cerrados —uno apoyado sobre otro— y, más alejado, otro abierto; entre los libros dos peras colocadas de pie, con sus hojas. Es una preciosa naturaleza muerta característica de Zurbarán. A la Izquierda de la virgen, un ramo de flores emerge de un jarrón metálico; bajo este, en el ángulo inferior derecho del cuadro una pareja de palomas (símbolo del amor y de la paz). Delante de María, a su derecha, en el suelo, uno de los canastillos de costura—también tan característicos del pintor extremeño—. El ángulo inferior derecho, ante Jesús, en el suelo, una vasija de barro, con forma de dos vasos unidos (forma de ocho tendido, es decir, de infinito) y asa en la unión. 

.....La luz la aportan sobre todo tres puntos de un blanco níveo: un lienzo sobre el que cose María, en su regazo; otro lienzo en el canastillo de ropa, a los pies de la Virgen; y las dos palomas blancas. El color está representado por los colores primarios: rojo —vestido de la Virgen—; el cojín verde sobre el que ésta cose; un lienzo azul que también emerge del canastillo; y el lila de la túnica inconsútil de Jesús como punto de encuentro entre el azul y el rojo. Completan la paleta cromática algunos toques dispersos: de rojo en el lomo de un libro, de amarillo tostado en el lomo de otro libro, de blanco y lila en las flores, de verde y ocre en las peras, culminando con los tonos pálidos y sonrosados de la piel de ambos personajes.

.....La composición no puede ser más simple, y, al mismo tiempo, más compleja, teniendo en cuenta la fuente de luz (doradamente celeste), las naturalezas muertas (a dos niveles: sobre la mesa y en el suelo) y la presencia simbólica de las palomas y los querubines en diagonal. Composición lineal la de los personajes, y doblemente triangular entre éstos y lo celeste por un lado (la luz que emana de lo alto), y lo aéreo y terrestre por otro (las palomas). El blanco inmaculado de los tejidos y las palomas y la parte inferior del cuerpo de María ocupan el cuadrante inferior izquierdo del cuadro, mientras que el superior derecho está dominado por la luminosidad dorada —arriba— y la cabeza de Jesús —abajo. En el cuadrante superior izquierdo domina, en su parte media e inferior, el cuerpo superior de María, compensando la oscuridad del resto el estrecho tragaluz que apenas deja adivinar el exterior; el cuadrante inferior derecho lo ocupa el cuerpo de Jesús, la vasija de barro y el canastillo de ropa.

.....Hay una trayectoria lineal de la luz que, desde el rostro de Jesús, recorre una trayectoria ligeramente ascendente hasta el rostro de María, apoyándose en los libros y las peras como si de las pilastras de un puente se tratase. Y, sobre todo, hay una gran diagonal que domina como un eje el cuadro: es la trazada por el foco dorado celeste, la naturaleza muerta que está sobre la mesa, la mano derecha de María, el lienzo blanco sobre el que trabaja y la pareja de palomas. Por encima de esta línea diagonal el rostro de María, un rostro reflexivo pero doliente; por debajo de la misma el rostro de Jesús, concentrado y meditabundo, sin rastro de dolor, como interesado por una nueva impresión, quizás intrigado por la aparición de la sangre...

.....Composición, en suma, anárquica, que no sigue ningún patrón convencional ni proporcional, pero que comunica un gran equilibrio entre forma y color. Composición nada caravaggesca, aunque la impresión sí lo sea, debido a una gran sensación de naturalidad, pues el pintor nos pinta una escena de interior verosímil dentro de lo hagiográfico, en la que los contenidos, ya sean sacros, ya profanos, están dotados de intenso realismo. Escena, por otra parte, plena de significado y de emotividad que es capaz de evocar, de forma aparentemente sencilla, toda una compleja historia de Pasión. Una de las obras más originales de Zurbarán.

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[Existe otra versión de este cuadro —sito actualmente en el Cleveland Museum of Art—, perteneciente al Fondo Cultural Villar Mir (FCVM), que ofrece algunas diferencias (ver imagen arriba, encabezando este párrafo). En cuanto a los matices cromáticos: la túnica de Jesús en la versión del FCVM es de tonos azulados, en vez de lila; el vestido de la Virgen, más que rojo, es un rosa fuerte, tirando a anaranjado. En cuanto a la composición en sí: la dorada luz celeste es algo más estrecha y está menos poblada de querubines, es menos luminosa pero más focal, es más misterios; la vasija de barro a los pies de Jesús es simple, redonda, vitrificada, no acusa el significado simbólico que sí tiene la que figura en la versión de Cleveland (el ocho horizontal, símbolo matemático del infinito). En lo que respecta a la expresividad de los personajes, en esta segunda versión la Virgen María se nos muestra aún más llorosa que meditabunda, mientras que Jesús, en cambio, parece esbozar una ligera sonrisa]




CALAS CRÍTICAS
La opinión de los críticos e investigadores 

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 Sobre su obra

.....Respecto al cuadro La exposición del cuerpo de San Buenaventura (perteneciente a una serie de varios cuadros sobre los últimos años de la vida del santo franciscano, encargada por la Orden para decorar la iglesia del Colegio de San Buenaventura de Sevilla): «Aparte del Entierro del Conde Orgaz [El Greco] no se encuentra en la pintura del post Renacimiento ninguna imagen comparable sobre la muerte de los justos y su grandeza, no ya como un drama individual del creyente, sino bajo su aspecto social, por su ejemplaridad». (Claudie Ressort1)

.....Sobre las calidades de las cuatro telas del altar mayor de la Cartuja de la Defensión de Jerez (hoy en el Musée des Beaux Arts de Grenoble), nos dice Martín S. Soria2: «Una sobria solemnidad fuerte y tierna, nacida de una fe firme y arraigada; una dignidad, una verdad, una pureza y una sencillez rústica y arcaicas; una esencial quietud y reposo en cualquier acción exterior, la elusión de los detalles innecesarios; un dibujo sensible, capaz de hacer visible la vida interior de los objetos, y estimulante y elocuente por su calidad sincera; un limitado movimiento en profunda que equilibra la tensa y vigorosa estructura del plano de la pintura, y, por último, la integración, en un esquema geométrico, de los enérgicos contornos, amplias superficies y escultóricas formas».

.....Y en cuanto a la única serie del pintor conservada in situ tal cual fue concebida, la de la Sacristía del Monasterio de Guadalupe, sentencia Juan Antonio Gaya Nuño3: «El encanto y majestad infinitas de la sacristía de Guadalupe radican precisamente en esta su fidelidad al espíritu del siglo XVII. Los desmanes del tiempo y de los hombres , el trasiego de obras, la rapacidad de los museos, el horrible afán de perfeccionar lo que ya nació perfecto y sin más ambición que recrearse en su propia belleza, allá no llegaron. Los lienzos con que Zurbarán completó este ornato continúan en los grandes paneles para que fueron pintados, cinco en el lado norte, tres en el lado sur, alternando con dos ventanas, todos en sus marcos de extraordinaria, riquísima talla, todos con las cartelas en su base, comentando los prodigios efigiados según latinidades un tanto rebuscadas y retorcidas...»

.....Sobre una de las obras más emblemáticas (si no la que más) del estilo Zurbarán, La comida de los cartujos, nos dice la especialista norteamericana Jeannine Baticle4: «El colorido general, principalmente blanco y gris, recuerda a Velázquez por sus azulados transparentes y por las veladuras que aparecen en la pared y el mantel, técnica poco utilizada en el primer periodo de Zurbarán. Los cacharros de la mesa han sido tratados cuidadosamente y dispuestos con ritmo, evocando los célebres versos de Lamartine, "objetos inanimados, tenéis pues alma", ya que el pintor consigue dar a esos modestos objetos un papel simbólico primordial. (...) El límpido blanco de los hábitos y los escapularios rematados a veces por capuchas triangulares, la delicada seda de la muceta del obispo,  así como el ocre y el malva del traje del paje permiten a Zurbarán mostrar todas las facetas de su habilidad colorista, a pesar de las limitaciones que le han sido impuestas o quizás a causa de ellas».

.....Y, por fin, sobre la última etapa de su vida, cuando las tendencias artísticas estaban cambiando, cambio que algunos señalaron como de decadencia del arte de Zurbarán (opinión no mantenida ya hoy día), señala Miguel Zugaza5: «Si el derrotero último de un artista puede considerarse un momento de especial trascendencia, de culminación de su madurez creativa, en el caso de Zurbarán estos años postreros adquieren una especial relevancia. Afectado por una serie de vicisitudes adversas, que determinaron su producción última, este momento de su historia ha sido tradicionalmente interpretado como un periodo de declive vital y creativo. Sin embargo, esta interpretación se funda en el tópico de emparentar el declive de la fama y el prestigio con la calidad e intensidad artística de un autor, asociando, a la postre, el eclipse del protagonismo público de un artista con su decadencia creativa».

.....Y Pérez Sánchez6, sobre el papel de Zurbarán en aquellos últimos años del reinado de Felipe IV, con el pintor en Madrid, fue «semejante al de algunos artistas romanos que, en el escenario de los grandes triunfos apoteósicos de los grandes maestros del Barroco como Bernini o Pietro da Cortona y sus seguidores, van a encontrar, en cierto sector de la sociedad culta, una clientela para otro tipo de cuadros, recogido e íntimo, propicio a la meditación reservada y al diálogo personal del creyente, como, muy especialmente, Sassoferrato. Como el pintor romano, apenas unos años más joven que él, Zurbarán parece volver los ojos al mundo del sereno Renacimiento clásico e Leonardo y Rafael, mucho más eficaz para lograr los efectos de recogimiento y ternura —sin renunciar al tono de realidad inmediata que había venido cultivando—, que las opulencias procedentes de Flandes que inundaban el ambiente madrileño, deslumbrado por la potencia inventiva de Rubens y su círculo».

1. Claudie Ressort: Documentalista del Departamento de Pintura del Museo del Louvre.
2. Martín S. Soria (1911-1961): historiador del arte, nacionalizado estadounidense, en cuyas universidades profesó. Especialista en la pintura de Zurbarán, a quien dedicó su tesis doctoral.
3. Juan Antonio Gaya Nuño (1913-1976): historiador, crítico de arte y escritor. Perteneció a la Hispanic Society of New York.
4. Jeannine Baticle (1921-2015): inspectora general del Departamento de Pintura del Museo del Louvre.
5. Miguel Zugaza (1964-  ): historiador del arte, museógrafo. Director del Museo de Bellas Artes de Bilbao (1996-2002) y del Museo del Prado (2002-2016).
6. Alfonso Emilio Pérez Sánchez (1935-2010): historiador del arte, especializado en pintura barroca. Fue director del Museo del Prado entre 1983 y 1991.



Zurbaran à Séville
ou l'âme espagnole au Siècle d'Or*
(Odile Delenda)
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Zurbarán en Sevilla
o el alma española del Siglo de Oro
(Traducción del original francés al español, por el autor del blog)

.....Sevilla, 1626, Francisco de Zurbarán, joven pintor llegado de Extremadura, firma con el prior dominico de San Pablo El Real un encargo considerable de veintiún cuadros —catorce escenas de la vida de Santo Domingo y siete Padres de la Iglesia— a ejecutar en ocho meses, por la modesta suma de 4.000 reales. Además, el artista precisa: «en el caso de que algunas no fueran de la entera satisfacción del padre prior, podrían serme devueltas, consintiendo yo aceptarlas y volviendo a comenzar de nuevo»

En Sevilla, la "Nueva Roma", la "Puerta de las Indias"

.....En los inicios del siglo XVII, la primera ciudad de España, con sus casi 130.000 habitantes, detenta el monopolio del tráfico con el Nuevo Mundo. La ciudad alberga un clero regular y secular opulento: treinta y ocho conventos y monasterios de hombres y veintiocho congregaciones de religiosas se suman a las parroquias y a la inmensa catedral. Instalados desde la reconquista, en 1248, las órdenes religiosas participan desde el siglo XVI en el apogeo de la Contrarreforma Católica postridentina. Los religiosos desean dotar a sus santuarios y edificios conventuales de nuevas decoraciones destinadas a su embellecimiento, por supuesto, pero también, y sobre todo, a la enseñanza de los clérigos y los fieles —conforme a las consignas del Concilio de Trento.

.....Tras un aprendizaje de tres años en Sevilla (1614-1617) donde el adolescente entabla amistad con su contemporáneo Velázquez (1599-1600), Zurbarán ejerce su oficio de «pintor de imágenes» en Llerena, segunda ciudad de Extremadura, su provincia natal. Hoy día se conoce mucho mejor a su familia —su padre era un comerciante bastante acomodado. En esta época de su vida, se desposa sucesivamente con dos jóvenes, sensiblemente mayores que él, de la alta burguesía local, cuyas familias están relacionadas con las colonias americanas. De su primera esposa tuvo tres niños, entre ellos un hijo, Juan (1620-1649, pintor de delicadas naturalezas muertas, que llegará a ser su asistente y morirá demasiado joven por la peste en Sevilla. No queda, desgraciadamente, gran cosa de las actividades juveniles de Zurbarán: parece que practicó el dibujo, la pintura obviamente, la policromía de estatuas, y se ha sabido recientemente que también recibía encargos de esculturas. En todo caso, debía gozar de cierta reputación y dirigir un taller nada insignificante para hacer frente al encargo de los dominicos sevillanos. La evidente aplicación de Zurbarán para responder con precisión a las exigencias de sus comitentes explica claramente su éxito fulminante en la capital andaluza.

.....De esta importante serie no quedan más que cinco cuadros ya característicos del arte de Zurbarán, inteligible, monumental, con volúmenes redondeados y esculturales, de un rigor rico en materia y colorido, lleno de una profunda espiritualidad y que le coloca ya en el primer nivel de este Siglo de Oro fecundo, intensamente religioso. Colgado al fondo de una sacristía cerrada por rejas de la iglesia de San Pablo, el admirable Cristo en la Cruz, firmado y fechado en 1627, actualmente en el Museo de Chicago, pasaba a los ojos de sus contemporáneos por una escultura. Obra de una extraña potencia expresiva, con el cuerpo violentamente iluminado surgiendo de un fondo muy oscuro, es típica de los comienzos tenebristas del artista.

Relaciones privilegiadas con la Corte y el clero

.....Este primer encargo obtuvo aparentemente un éxito inmediato ya que poco después todos los conventos, principalmente masculinos, de Sevilla van a dirigirse a Zurbarán para confiarle conjuntos de pinturas más o menos considerables: cuatro grandes lienzos para los franciscanos conventuales (1628-1629), veintidós escenas de la vida de San Pedro Nolasco (1628-1634), para el convento de la Merced Calzada (actual Museo de Bellas Artes), un retablo para los trinitarios calzados (1629), grandes cuadros de altar para los jesuitas (1630) y los dominicos de Santo Tomás (1631), numerosas obras para las iglesias y, más tardíamente, la extraordinaria decoración de la Cartuja de [Santa María de] las Cuevas.

.....Entre tanto, se produce un acontecimiento único en la historia del siglo XVII: en 1629 el consejo municipal ha invitado a Zurbarán a establecerse en Sevilla como «maestro pintor», a pesar de que él nunca se ha sometido a los exámenes exigidos por la corporación. Pronto su renombre se extiende más allá de la frontera de la capital andaluza: en 1634, sin duda a instancias de Velázquez, viaja a Madrid para participar de la decoración del Salon Grande del nuevo palacio real del Buen Retiro. Allí pinta dos batallas y diez escenas de los Trabajos de Hércules. De vuelta en Sevilla, se honra con el título de «pintor del rey», pero es solicitado sin descanso por las comunidades religiosas de Andalucía y Extremadura. De estas numerosas decoraciones religiosas, sólo permanece en su lugar el de la sacristía del monasterio jerónimo de Guadalupe (1638-1645). El artista, entonces en plena posesión de sus medios, adapta sus dones excepcionales a las exigencias de sus patrocinadores conservando su cualidades propias: extraña plasticidad de las formas, armonía de los coloridos, sabia distribución de la iluminación. Dará la plena medida de su genio en el notable retablo de la Cartuja de Jerez, uno de los más grandes del Siglo de Oro, cuyas pinturas están hoy dispersas entre New York, Grenoble y Cádiz. El reciente descubrimiento de nuevos documentos prueba que estos ciclos han sido realizados en Sevilla, en el taller del maestro, con ayuda de asistentes y alumnos. De su tienda, verdadera «fábrica» floreciente, salen igualmente series de Apóstoles, santos fundadores, Vírgenes santas, pero también pinturas profanas (Infantes de Lara, Césares), a menudo destinados al mercado americano que ofrece importantes oportunidades.

Los avatares de final de vida

.....Los acontecimientos familiares se suceden a partir de 1638. Devenido viudo por segunda vez, desposa en terceras nupcias (1644) a una joven viuda adinerada que le dará seis hijos, muertos a corta edad menos una niña nacida en 1650 que morirá hacia 1663. Catástrofes sucesivas van a conmocionar Sevilla repercutiendo sobre al vida artística casi paralizada entre 1649 y 1660. De 1649 a 1652, una terrible epidemia de peste hace desaparecer un tercio de la población, ya atormentada por la hambruna y las inundaciones. Su hijo Juan muere a causa de la epidemia a los 29 años. En 1652, un levantamiento popular es rápidamente reprimido, pero los mendigos y los pícaros se multiplicaron peligrosamente. Durante estos años trágicos, los encargos se ralentizaron. Zurbarán parece entonces desarrollar su comercio con la clientela mejicana y peruana, sin duda menos exigente que los sabios priores andaluces, y que acepta de buen grado las producciones en serie.

.....Su triste situación, tanto personal como profesional, explica probablemente la marcha de Zurbarán a Madrid en 1658. Permanecerá allí hasta su muerte en 1664, creando nuevos mercados basados en cuadros de caballete, a menudo firmados, con temas de devoción más íntima (Sagrada Familia, Inmaculada). A partir de 1650 su talento no decrece, contrariamente a lo que demasiado a menudo se ha repetido, sino que evoluciona; él abandona el tenebrismo pronunciado de sus inicios por una paleta más luminosa, una manera vaporosa que debe más a la influencia del modelo boloñés y al gusto de la clientela que a la del joven Murillo, estrella ascendente de la Escuela Sevillana. En 1665, la estimación de sus bienes tras su muerte muestran una lencería y un mobiliario semejantes a los de sus contemporáneos de su misma clase social: muere [siendo] acreedor.

.....Aunque no sea un gran maestro de la composición —como la mayor parte de sus contemporáneos españoles, utiliza modelos prestados y grabados extranjeros— Zurbarán es un genio a la hora de representar la textura de las cosas. Es un pintor fabuloso para los valores táctiles, los objetos, los tejidos, las flores,  los frutos o la expresión de los rostros, a condición de que no se hallen en movimiento.

.....Curiosamente, ninguna de las exposiciones monográficas importantes consagradas a este artista, cuya carrera se desarrolló esencialmente en Sevilla, tuvo lugar en la capital andaluza. Con ocasión del cuarto centenario de su nacimiento, numerosas manifestaciones han tenido lugar en España, culminando con la importante Exposición: Francisco de Zurbarán. 4º Centenario de su nacimiento (1598-1664), llevada a cabo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, instalado en el antiguo Convento de la Merced Calzada para la cual Zurbarán tanto produjo. Restaurado con ocasión de la Exposición Universal de 1992, este conjunto excepcional, con sus claustros claros y luminosos, y donde la cal resplandeciente de los muros hace cantar los ocres rosados de los estucados, estaba particularmente indicado para evocar estos lugares de recogimiento y de oración que albergaban en el siglo XVII una población de monjes silenciosos, místicos, a menudo muy cultos, de los que Zurbarán nos ha dejado una imagen inolvidable.

* Aquí la versión original, en francés.



GALERÍA


Francisco de Zurbarán
(1598-1664)

GALERÍA 2
ESCENAS RELIGIOSAS EVANGÉLICAS: Vida de Jesús y María, Pasión, Escenas Marianas, El Bautista, etc.
SANTOS Y ARCÁNGELES.
SERIES DE LOS APÓSTOLES.
SERIE DE JACOB Y SUS DOCE HIJOS: las doce tribus de israel personificadas en sus titulares.
LOS NIÑOS DE ZURBARÁN: engloba tanto escenas religiosas como profanas, cuyos protagonistas se hallan aún en la infancia.
SERIE DE LOS TRABAJOS DE HÉRCULES.
RETRATOS.
BODEGONES.
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ESCENAS RELIGIOSAS EVANGÉLICAS

Francisco de Zurbarán - El Nacimiento de la Virgen María, 1625-30
(Norton Simon Museum, Pasadena)
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Francisco de Zurbarán - The Family of the Virgin, 1629
(Colección Abelló, España)
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Francisco de Zurbarán - Presentation of the Virgin in the Temple, 1629
(Real Monasterio de El Escorial)
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Francisco de Zurbarán - La Anunciación, 1639
( Grenoble. Musée des Beaux Arts)
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Francisco de Zurbarán - La Anunciación, 1639
( Grenoble. Musée des Beaux Arts)
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Francisco de Zurbarán - La Anunciación, 1639
( Grenoble. Musée des Beaux Arts)
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Francisco de Zurbarán - La Anunciación, 1639 (detalle)
( Grenoble. Musée des Beaux Arts)
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Francisco de Zurbarán - La Anunciación, 1639 (detalle)
( Grenoble. Musée des Beaux Arts)
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Francisco de Zurbarán - The Annunciation, 1650
(Philadelphia, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - The Annunciation, 1650
(Philadelphia, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - The Annunciation, 1650
(Philadelphia, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - The Annunciation, 1650 (detalle)
(Philadelphia, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - The Annunciation, 1650 (detalle)
(Philadelphia, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - La Adoración de los Magos, 1638-1639
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Adoración de los Magos, 1638-1639
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Adoración de los Pastores, 1638-1639
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Adoración de los Pastores, 1638-1639
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Adoración de los Pastores, 1638-1639 (detalle)
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Adoración de los Pastores, 1638-1639 (detalle)
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Circuncisión
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - La Circuncisión
(Musée des Beaux-Arts de Grenoble)
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Francisco de Zurbarán - The Rest on the Flight into Egypt, ca. 1630-35
(Seattle Art Museum)
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Francisco de Zurbarán - The Rest on the Flight into Egypt, ca. 1630-35
(Seattle Art Museum)
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Francisco de Zurbarán - The Rest on the Flight into Egypt, ca. 1630-35
(Seattle Art Museum)
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Francisco de Zurbarán - Madonna and Child with the Infant Saint John
(San Diego Museum of Arts)
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Francisco de Zurbarán - Madonna and Child with the Infant Saint John
(San Diego Museum of Arts)
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Francisco de Zurbarán - Madonna and Child, 1658
(Pushkin Museum Moscow)
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Francisco de Zurbarán - The Holy Family, 1659
(Budapest, Museum of Fine Arts)
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Francisco de Zurbarán - The Mystic Marriage of Saint Catherine, 1660 - 1662
(Colección Privada, Ginebra)
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Francisco de Zurbarán - The Virgin and Child with the Infant St John the Baptist
(Museo de Bellas Artes de Bilbao)
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Francisco de Zurbarán - The Virgin and Child with the Infant St John the Baptist
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Francisco de Zurbarán - Virgen con el Niño, 1658-1664
(Museo Nacional de Cuba)
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Francisco de Zurbarán - Virgen de la Merced
(Museo Lázaro Galdeano)
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Francisco de Zurbarán - Virgen del Rosario, 1650
(MBASE)
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Francisco de Zurbarán - Virgin of Mercy, ca. 1630-35
(Isabella Stewart Gardner Museum, Boston)
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Francisco de Zurbarán - Jesús entre los doctores, 1.629 (Convento de la Trinidad Calzada)
(MBASE)
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Francisco de Zurbarán - Jesús entre los doctores, 1.629 (Convento de la Trinidad Calzada)
(MBASE)
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Francisco de Zurbarán - Casa de Nazaret
(Cleveland Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - Casa de Nazaret
(Fondo Cultural Villar Mir)
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Francisco de Zurbarán - Agnus Dei
(Museo del Prado)
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Francisco de Zurbarán - Agnus Dei, 1635-1640
(San Diego, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - Agnus dei, 1639
(Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando)
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Francisco de Zurbarán - Agnus Dei, 1635-1640
(San Diego, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - Agnus Dei, 1635-1640 (detalle)
(San Diego, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - Agnus Dei, 1635-1640 (detalle)
(San Diego, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - Saint John the Baptist
(Retablo, Cartuja de la Defensión, Jerez)
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Francisco de Zurbarán - San Juan Bautista en el desierto
(Catedral de Sevilla)
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Francisco de Zurbarán - San Juan Bautista en un paisaje
(Catedral de Sevilla)
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Francisco de Zurbarán - San Juan Bautista en un paisaje (detalle)
(Catedral de Sevilla)
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Francisco de Zurbarán - Christ Crowning Saint Joseph, 1636-40
(Museo Fabre, Montpellier)
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Francisco de Zurbarán - Cristo recogiendo sus vestiduras después de la flagelación, 1661
(Iglesia de San Juan Bautista de Jadraque)
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Francisco de Zurbarán - Christ at the Column, 1661
(Wrocław, Muzeum Narodowe)
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Francisco de Zurbarán - El Salvador bendiciendo
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz
(Christie's)
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz
(MFA, Houston)
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz
(Museo de Bellas Artes de Bilbao)
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz
(Museo Nacional de Escultura, Valladolid)
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz , 1631-34
(Capilla Sacramental de San Pedro)
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz, ca. 1635-40
(Museo de Bellas Artes de Asturias)
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Francisco de Zurbarán - Santa Faz,ca. 1635-40
(Nationalmuseum Stockholm)
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Francisco de Zurbarán - The Penitent Magdalene
(Real Academia de san Fernando)
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Francisco de Zurbarán - The Supper at Emmaus, 1639
(Museo de San Carlos, México City)
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SANTOS Y ARCÁNGELES

Francisco de Zurbarán - Saint Gabriel the Archangel, ca. 1631-1632
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Francisco de Zurbarán - Saint Gabriel the Archangel, ca. 1631-1632
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Francisco de Zurbarán - Saint Gabriel the Archangel, ca. 1631-1632 (detalle)
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Francisco de Zurbarán - Saint Michael the Archangel, ca. 1640-50
(Fundación Banco de Santander)
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Francisco de Zurbarán - San Miguel Arcángel
(Fundación Banco de Santander)
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Francisco de Zurbarán - Ángeles con incensario (Ángeles turiferarios)
(Museo de Bellas Artes de Cádiz)
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Francisco de Zurbarán - Ángeles con incensario (Ángeles turiferarios)
(Museo de Bellas Artes de Cádiz)
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Francisco de Zurbarán - Saint Gregory the Great, c. 1626-27
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Francisco de Zurbarán - Saint Jerome, c 1640-45
(San Diego, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - Saint Jerome, c 1640-45
(San Diego, Museum of Art)
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Francisco de Zurbarán - San Jerónimo, 1.626
(Convento de san Pablo)
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Francisco de Zurbarán - San Ambrosio, 1.626
(Convento de san Pablo)
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Francisco de Zurbarán - San Ambrosio, 1.626
(Convento de san Pablo)
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Francisco de Zurbarán - San Blas
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 Francisco de Zurbarán - Evangelistas_San Juan
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 Francisco de Zurbarán - Evangelistas_San Lucas
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 Francisco de Zurbarán - Evangelistas_San Marcos
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Francisco de Zurbarán - Evangelistas_San Mateo

Francisco de Zurbarán - San Antonio Abad
(Palazzo Pitti)
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Francisco de Zurbarán - San Antonio Abad, 1664
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Francisco de Zurbarán - San Antonio Abad
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Francisco de Zurbarán - San Lorenzo, 1636
(Museo del Hermitage)
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 Francisco de Zurbarán - Saint Lawrence
(Retablo, Cartuja de la Defensión, Jerez)
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Francisco de Zurbarán - Saint Romanus of Antioch and Saint Barulas, 1638
(The Art Institute of Chicago)
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Francisco de Zurbarán - Capilla de San Pedro_Retablo de Zurbarán (sin banco ni ático)
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Francisco de Zurbarán - Capilla de San Pedro_San Pedro Papa
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 Francisco de Zurbarán - Capilla de San Pedro_El arrepentimiento de San Pedro
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 Francisco de Zurbarán - Capilla de San Pedro_La visión de San Pedro
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 Francisco de Zurbarán - Desposorios místicos de Santa Catalina de Siena
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 Francisco de Zurbarán - El Martirio de Santiago
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 Francisco de Zurbarán - Entierro de Santa Catalina de Alejandría en el Monte Sinaí, 1635
(Alte Pinakothek, Munich)
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Francisco de Zurbarán - Entierro de Santa Catalina de Alejandría en el Monte Sinaí, 1635
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Francisco de Zurbarán - Entierro de Santa Catalina de Alejandría en el Monte Sinaí, 1635
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 Francisco de Zurbarán - La Tentación de San Jerónimo
(Guadalupe, Claustro de los Jerónimos)
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Francisco de Zurbarán - Penitent Saint Jerome
(Musée Girodet, Montargis)
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Francisco de Zurbarán - Vision of Saint Jerome, 1639
(Guadalupe, Claustro de los Jerónimos)
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SERIE DE LOS APÓSTOLES

Francisco de Zurbarán - Saint Peter, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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Francisco de Zurbarán - Bartholomew the Apostle, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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Francisco de Zurbarán - Saint Andrew, 1630-1632
(Museo de Bellas Artes de Budapest)
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Francisco de Zurbarán - Saint Andrew, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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Francisco de Zurbarán - Saint James the Great, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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Francisco de Zurbarán - Saint James the Less, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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Francisco de Zurbarán - Saint John the Evangelist, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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Francisco de Zurbarán - Saint Jude the Apostle, 1633
(Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa)
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SERIE DE JACOB Y SUS DOCE HIJOS

Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Jacob
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Rubén
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Simeón
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Levi
(Auckland-Castle)
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Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Judá
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Dan
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Neftalí
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Gad
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Aser
(Auckland-Castle)
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Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Isacar
(Auckland-Castle)
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Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Zabulón
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_José
(Auckland-Castle)
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 Francisco de Zurbarán - Jacob y Las Doce Tribus de Israel_Benjamín
(Auckland-Castle)
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LOS NIÑOS DE ZURBARÁN

Francisco de Zurbarán - Childhood of the Virgin
(The Hermitage)
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Francisco de Zurbarán - Childhood of the Virgin
(The Hermitage)
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Francisco de Zurbarán - The Child Virgin Asleep, 1630-35
(Catedral de Jerez)
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Francisco de Zurbarán - The Child Virgin Asleep, 1630-35
(Catedral de Jerez)
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Francisco de Zurbarán - The Child Virgin Asleep, 1630-35
(Fundación Banco Santander)
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Francisco de Zurbarán - The Child Virgin Asleep, 1630-35 (detalle)
(Fundación Banco Santander)
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Francisco de Zurbarán - The Child Virgin Asleep, 1630-35
(Galerie Canesso, París)
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Francisco de Zurbarán - The Child Virgin Asleep, 1630-35
(Galerie Canesso, París)
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Francisco de Zurbarán - Virgen María Niña - 1632-1633
(MET)
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Francisco de Zurbarán - El niño de la espina
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Francisco de Zurbarán - El niño de la espina
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Francisco de Zurbarán - El niño de la espina
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Francisco de Zurbarán - The Infant Christ, 1635-40
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Francisco de Zurbarán - Portrait of Juan Francisco de la Cerda Enríquez de Ribera,
Marquis of Cogolludo, ca. 1650
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Francisco de Zurbarán - Retrato de Don Alonso Verdugo de Albornoz , 1635
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SERIE DE LOS TRABAJOS DE HÉRCULES

Francisco de Zurbarán - Hércules desvía el curso del río Alfeo, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules lucha con el león de Nemea, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules lucha con la hidra de Lerna, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules luchando con Anteo, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules separa los montes Calpe y Abyla, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules vence al rey Gerión, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules y el Cancerbero, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules y el jabalí de Erimanto, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Hércules y el toro de Creta, 1634
Museo del Prado
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Francisco de Zurbarán - Muerte de Hércules, 1634
Museo del Prado
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RETRATOS

Francisco de Zurbarán - Imaginary Portrait of Almanzor
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Francisco de Zurbarán - Retrato de Nuño Salido
(Serie 'Los Siete Infantes de Lara')
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Francisco de Zurbarán - Don Gonzalo Bustos de Lara
(Los Siete Infantes de Lara)
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Francisco de Zurbarán - Pedro Bustos de Lara
(Los Siete Infantes de Lara)
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Francisco de Zurbarán - Alvar Velázquez de Lara
(Los Siete Infantes de Lara)
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Francisco de Zurbarán - Alvar Velázquez de Lara
(Los Siete Infantes de Lara)
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Francisco de Zurbarán - Bernardo del Carpio o Alfonso Bustos de Lara
(Los Siete Infantes de Lara)
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Francisco de Zurbarán - San Fernando, 1630–34
(Hermitage State Museum)
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Francisco de Zurbarán - Portrait of Don Juan Bazo de Moreda, ca. 1655
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Francisco de Zurbarán - Portrait of a Doctor of Law, ca. 1635
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Francisco de Zurbarán - Portrait of Doctor Juan Martínez Serrano, ca. 1631-40
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Francisco de Zurbarán - Fray Diego de Deza
(Foundation Simon Norton, Pasadena)
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Francisco de Zurbarán - Fray Diego de Deza y Tavera, Arzobispo de Sevilla, 1631
(Museo del Prado)
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BODEGONES

Francisco de Zurbarán - Naturaleza muerta de cacharros, 1635-64
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Francisco de Zurbarán - Naturaleza muerta de cacharros, 1635-64
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Francisco de Zurbarán - Naturaleza muerta de cacharros, 1635-64
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Francisco de Zurbarán - Limones, naranjas y rosa, 1633
(Norton Simon Museum)
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Francisco de Zurbarán - Limones, naranjas y rosa, 1633
(Norton Simon Museum)
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Francisco de Zurbarán - Limones, naranjas y rosa, 1633 (detalle)
(Norton Simon Museum)
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Francisco de Zurbarán - Vaso de agua con una rosa, hacia 1630
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Francisco de Zurbarán - Bodegón con cesta de manzanas, membrillos y granadas, 1645
(Museo Nacional de Arte de Catalunya)
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