martes, 11 de febrero de 2014

Gradiva (I) - GALERÍA: SAlvador Dalí: El Desnudo y Lo Erótico. Dibujos (1)


    



GRADIVA

Presentación

.....Como en un guiño del destino, sólo después de haber acabado el relato Renée, aparece ante mí, acaso presentida, esta mujer-sueño-delirio que es Gradiva. Entendámonos, la escultura a la que alude, la que nombra y encarna, y que aparece en la cabecera de este post flanqueando a uno y otro lado una de las representaciones que de ella hiciera Dalí, ésa no, ésa existe, en bajorrelieve. Pero en el bajorrelieve que existe en realidad (ubicado en el Museo Vaticano Chiaramonti, de Roma), representa a una de las hermanas Aglaurides (Herse, Pandrosos, Aglaulos), tres princesas, hijas del primer rey de Atenas, Cécrope, asociadas también a las deidades griegas del rocío. La Gradiva a la que me refiero, a la que se refiere Dalí cuando apoda así a su musa/esposa Gala, ésa, es debida a la imaginación y la pluma del poeta y escritor germano Wilhelm Jensen (1837-1911), que escribiría esta fascinante ficción con el título Gradiva: Ein pompejanisches Phantasiestück (1903), Gradiva: una fantasía pompeyana
.....En el más tradicional estilo romántico, casi gótico, Jensen nos propone una fantasía con apariencia de realidad, o, para ser más exactos, una desnuda realidad vestida de fantasía. Tan bien escrito está este relato, con tanto ingenio su tema y desarrollo, que primero Jung y después Freud (tras sugerencia de aquél), lo leyeron con interés no exento de rigor profesional (psicológico y psicoanalítico, claro). Tan gratamente impresionado quedaría el gran creador del psicoanálisis con la deliciosa obrita, que la dedicaría un estudio/ensayo titulado El delirio y los sueños en la «Gradiva» de W. Jensen. Siendo éste el más amplio y profundo estudio que el autor austriaco realizara de una obra de ficción desde la perspectiva de la interpretación de los sueños y el análisis psicológico. Este interés no pasaría desapercibido para los surrealistas que eligieron a esta onírica figura femenina como musa y advocación. 

.....Gradiva, el nombre, proviene de Mars Gradivus, el dios Marte que camina hacia la batalla con decisión. Así, Gradiva, significa, la que avanza, o la que camina. La misma estela, el bajorrelieve, nos la muestra en ese gesto grácil y dinámico (pese a la piedra) de caminar, como diríamos en España, con donaire. Tiene la musa, la figura que creara Jensen, pero también la princesa ateniense pretendida por Hermes o la diosa del rocío a la que representa la escultura, la facultad de caminar aleve a través de dos reinos diferentes y contrapuestos, traspasando sin dificultad los muros que separan la realidad y los sueños (por más que el rocío tenga propiedades físicas, los griegos y clásicos en general, hasta la Alta Edad Media, le otorgaban propiedades prodigiosas y mágicas). Tampoco es fútil que el rocío, en el mundo clásico griego, fuera producto de las lágrimas de Eos Rododáctila (la aurora de dedos sonrosados), quien diera paso al sol desde el Tártaro, abriendo sus puertas para que el carro de éste pudiera salir todas las mañanas tras su periplo nocturno por el Hades. Cuenta la mitología que Gradiva/Herse quiso escapar (infructuosamente) de Hermes, quien, enamorado, la persiguió hasta alcanzarla, no sin comprobar (con satisfacción añadida) cómo sus alados pies tenían en los de ella cumplida réplica (de tan ágiles amores nacería, entre otros, Céfalo, amante de la Aurora, con lo que el círculo se cierra).

.....Herse es Gradiva por obra y gracia de Jensen, del poeta, que recrea una historia en prosa con el aroma de lo poético. Pero, así mismo, de lo más profundamente atávico, de lo onírico, que el hombre intenta reprimir sin conseguirlo: el amor, en su faceta más sensual y sexual, más real, más táctil. Eso lo vio Jung, lo confirmó --maravillosamente-- Freud, se lo apropiaron los surrealistas, y sirvió como prototipo de musa moderna, factible de ser rastreada tanto en la literatura, como en el arte o el cine. También es posible detectar el aliento de Gradiva en el mito de Pigmalión y Galatea (otro de los apodos dados por Dalí a Gala), tangencialmente lo intuimos en la Ligeia de Poe, en el Rayo de Luna  de Bécquer, en el film Laura de Otto Preminger, incluso algo hay de ella en la hitchcockiana Vértigo (de entre los muertos). Juego entre el sueño y la realidad, injerencia recíproca de estos dos planos hasta confundirse, y confundir, en la mente y el corazón del hombre. El mito de la (mujer) que avanza decidida hacia la batalla de la vida, llevándose por delante (o llevando por delante) el destino del hombre, de los hombres (que la necesitan, y que por eso la sueñan --y que la seguirán soñando, incluso, cuando crean haberla encontrado en la realidad). 

.....Gradiva es Renée. Lo he sabido nada más descubrir la obra de Jensen. Este es uno de esos casos inducidos, cuya inducción permanece soto vocce, emboscada, inconsciente, hasta que una vez terminada la creación, se descubre por azar, apareciendo entonces, y sólo entonces, la huella de ese soplo, que poco menos que divino, hizo posible la creación. De la misma forma en que Norbert Hanold (el arqueólogo protagonista de Gradiva: una fantasía pompeyana) inconscientemente le pone ese nombre, Gradiva, a la obsesionante figura que aparece en el friso, sin saber que su obsesión tiene su fundamento en una realidad ya vivida, y reprimida, años antes, en su infancia, con una, entonces niña, ahora joven mujer, llamada Zoe Bertgang, y que Bertgang es el equivalente alemán al latino Gradiva, y, en ambos casos traducible como la de andar resplandeciente.
.....Estamos pues ante uno de esos casos aludidos de inducción inconsciente, pero lo curioso del tema es que en esta ocasión, la revelación ha venido de modo fortuito enhebrada a las ilustraciones que para nada se habían buscado con ese explícito fin, sino sólo el de ilustrar alegóricamente el equívoco mundo fuctuante que existe entre lo real y lo onírico, lo mundano y lo surrealista, lo aparente y lo subyacente. ¡Quién me lo iba a decir!

.....Así pues, cómo no realizar un homenaje a esta coincidencia bien hallada. Cómo no rendir pleitesía a esta figura que, desde un más allá del más acá inconsciente, me estaba sugiriendo la historia a posteriori, haciendo caso omiso de la obligada linealidad temporal. Gradiva es la mujer en fuga, la mujer que se desea tener en las manos, pero que siempre se escapa entre los dedos (ya sean los sonrosados dedos de la aurora, al despertar), fluida, grácil, con el hermoso gesto de su paso caminando por la vida hacia la vida, sin detenerse, avanzando hacia un destino que, como el horizonte, nunca se ha de alcanzar... y en ese nunca alcanzarse, allí, esquiva, con la esperanza del encuentro fugaz y fortuito, estará buscándola el hombre. Cuando Gradiva se alcanza, al alcanzarse, deja de ser Gradiva, de convierte en lo posible, adquiere nombre propio: Zoe, Carolina, el de la mujer que convive con nosotros, real, ya no obsesión, ya no ser inalcanzable. La única forma de poseer a Gradiva es... que Gradiva deje de ser. Y eso Jensen lo plasma espléndida, adecuada, coherente y bellamente en su novela breve. Tan de forma adecuada y coherente que mereció la atención de Jung y de Freud; tan espléndida y bellamente que merece la atención de todo espíritu sensible. 

.....Será el mío un homenaje al poeta y a su sugerencia. Poesía pues, verso que trasladando la bella prosa de Wilhelm Jensen se estructure en romance (¡!). A lo largo de cuatro posts, este romance seguirá la historia que la fantasía pompeyana de Jensen cuenta. No he hallado versión en la red en español, sí la hay en inglés, sobre todo, y en francés. Al final adjuntaré los pertinentes enlaces.
.....La música la pondrá Brahms; las ilustraciones vendrán de la mano de dos pintores que a Gradiva dedicaron atención y cuentan entre su producción, además, con significativa obra erótica o relativa al mito de la mujer, de una u otra manera, inalcanzable. Por un lado, en los dos primeros posts de la serie, seguiremos con la obra de Dalí, en este caso sus dibujos dedicados al desnudo y lo erótico; e introduciré a André Masson en los dos siguientes: el primero dedicado a su pintura, y el segundo a sus litografías y dibujos.

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GRADIVA

Un Romance basado libremente en la
 fantasía pompeyana homónima de Wilhelm Jensen

I
Norberto

Es Norberto hombre volcado
al estudio de las huellas,
a rescatar del olvido
lo vivido en otras épocas,
a escarbar lo sepultado
por el tiempo bajo tierra,
a interpretar las señales
que el pasado, ocultas, deja.
Y es tal su febril empeño,
tanto le absorbe la empresa
de resucitar los muertos
que su propia vida niega,
condenando así al olvido,
sin vivirlas, sus vivencias.
Camina vuelta la vista,
desandando avanza a tientas
por un presente aplazado
y emplazado en glorias viejas.

Aunque joven ya parece
un capullo de hojas secas,
mustia ya su juventud,
su corola aún no abierta.
Tiene el signo en la mirada
del que busca, mas no encuentra,
en la memoria del hombre
remedio para su amnesia:
olvidado de vivir,
a recordarse no acierta
en la vida de los tantos
que a la vida reintegra.
Aun así, porfiado, sigue
y en su labor persevera,
insuflando su energía
a olvidada vida ajena.
Vive en un mundo Norberto
de fantasía y leyenda,
donde la historia, dudosa,
sembrada está de creencias,
de fábulas y de mitos,
de irrealidad y quimeras.

II
Gradiva

Y halla, en esa su obsesión,
ocasión para la enmienda
su inconsciente, muñidor
de sagaz estratagema.
Estando Norberto en Roma,
en un museo ve expuesta
una atrayente figura
labrada sobre una estela:
es un fragmento de friso
de mármol, que representa
a una mujer que camina
con gracilidad manifiesta:
tiene la edad virginal
de una incipiente doncella
y rasgos evocadores
de una hermosa vestal griega:
viste túnica talar
que recoge su melena,
y en los pies unas sandalias
que los pies gráciles muestran;
lleva el rostro ensimismado,
y una mano, sutil, pliega
la falda para que al paso
no le moleste la tela;
el pie izquierdo ya asentado
y el derecho en trance, expresa,
de marchar sobre la punta,
vertical, su ligereza;
es la impresión de conjunto
tan sugerente que deja
a Norberto tan prendido
como prendado lo lega.

De ella adquiere un vaciado
que lleva cuando regresa
a Alemania, donde vive,
sin vivir, parca existencia.
En un muro de su estudio
cuelga Norberto la réplica
de aquella a la que bautiza
de muy latina manera:
Gradiva, la que camina...
resplandeciente a su meta
(por alusión al dios Marte:
el que camina, a la guerra).
Entre estanterías, luce,
de doctos libros repletas,
absorbiendo del ocaso
la luciente decadencia:
oro viejo con que Apolo
baña, en las tardes, la piedra.
Y desde allí le conmueve
y su pasión le despierta,
una pasión tan dormida
que más pareciera muerta.

III
Comienzo del delirio

Hasta entonces invisibles
las mujeres para él fueran,
ya con ellas se cruzara,
ya coincidiera con ellas;
ya compañeras del aula,
ya en las cátedras colegas;
todo interés relegado
por la mujer, a la ciencia,
a mero objeto de estudio:
dato, imagen o reseña
que elucidando el pasado,
el pasado trascendiera.
Mujeres de frío bronce,
de duro mármol, contempla
con un afán arqueológico;
mas, las de carne, desdeña.
Reprime así una pulsión
que está en su naturaleza,
la de un joven en que el sexo
demanda concupiscencia,
satisfacción de deseos
que, naturales, comienzan
a exigir su cumplimiento
con relaciones expresas.
Y a la represión consciente,
el inconsciente contesta
con obsesiones y sueños
que suplan, así, las carencias.

Sale a la calle Norberto
mirando de otra manera:
donde antes masa informe
ahora descubre, en las piernas,
formas de andar diferentes,
halla mujeres concretas,
mas ninguna, de entre todas,
que a Gradiva se parezca.
Mucho mira y poco ve,
y, mirando, a unas molesta
mientras que otras, halagadas,
lo agradecen, satisfechas.
Perito escrutando andares,
experto oteando cadencias
con que la mujer, marchando,
se distingue y diferencia.
Ninguna de las que ve
a Gradiva se asemeja,
lo que su pasión aviva
por el ansia insatisfecha.

(continuará)

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GALERÍA

Salvador Dalí
1904-1989

El DESNUDO y LO ERÓTICO. DIBUJOS
(1)

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Andromeda, 1930
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The Butterfly chase, 1929
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Gradiva (Study for  "Invisible Man"), 1929
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The Immaculate Conception, by Andre Breton and Paul Eluard, 
with illustrations by Dali, 930
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Untitled - Feminine Nude - Frontispiece of "La Femme Visible",1930
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Erotic Drawing
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Erotic Drawing
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The Great Masturbator - Frontispiece for "The Visible Woman", 1930
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William Tell, Gradiva and The Average Bureaucrat, 1932
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Figure Study for "William Tell", 1932
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Erotic Drawing, 1931
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William Tell and Gradiva, 1931
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Erotic Drawing, 1932
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Erotic Fantasia on the Names Paul (Eluard) and Gala.
Drawing given by Dali to Eluard, 1931
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Erotic Fantasia on the Names Paul (Eluard) and Gala.
Drawing given by Dali to Eluard, 1931
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Reverie - Password: Mess Up, All the Slate
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Gradiva, 1932
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Gradiva, 1933
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Surrealist Horse - Woman-Horse, 1933
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Untitled - Woman with a Flower Head, 1933
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The City of Drawers, 1936
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The City of Drawers - Study for the "Anthropomorphic Cabinet", 1936
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The City of Drawers - Study for the "Anthropomorphic Cabinet", 1936
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Drawers Cannibalism (Composition with Drawers), 1937
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The Hysterical Arch, 1937
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Study for "The False Inspection" (False Perspective), 1937
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Gradiva, 1938
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Gradiva, She Who Advances, 1939
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Group of Figures, 1939
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Figures on the Stairs, 1940
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Centaur (The Triumph of Nautilus), 1940
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Gala Naked. 
Study for
 "One Second Before Awakening from a Dream Caused by the Flight of ...", 1944
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William Tell Group, 1942-43
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Frontispiece for "Hiden Faces" - I Am the Lady..., 1944
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"Tristan Insane": Costumes for the Spirits of Death, 1944
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Untitled. The Seven Arts, 1944
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Illustration for "The Autobiography of Benvenuto Cellini", 1945
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The Impossible Model (drawing for "50 Secrets of Magic Craftsmanship"), 1947
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Drawing for "50 Secrets of Magic Craftsmanship", 1947
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Drawing for "50 Secrets of Magic Craftsmanship", 1947
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Drawing for "50 Secrets of Magic Craftsmanship", 1947
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Drawing for Disney's "Destino", 1947
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