El Ángel Caído
Posee, el Ángel Caído,
apariencia de hombre apuesto
que en su provecho reúne
bello rostro y cuerpo atlético
-torso fuerte, hombros anchos,
brazos firmes, muslos recios-,
manos diestras, pies veloces,
bermejo y fosco el cabello;
pero, también, en su espalda,
rasgo propio y pintoresco,
dos alas de negras plumas
le dan un aire siniestro.
Sus ojos semejan brasas:
dos ascuas de sangre y fuego,
que hacen de su mirada
revelador manifiesto
de seducción libertina,
de impúdico desenfreno;
quien bajo ellos gravite
víctima del embeleso,
quien no levante barreras
a su incitante deseo,
que dé por perdida el alma
y bien hallado su cuerpo.
Condenado por rebelde,
por artero y por soberbio,
quien del cielo arcángel fuera
-de los ángeles, primero-
el más querido de Dios,
del infierno es ahora dueño;
quien cultivara favores,
cosechando está tormentos;
quien foco fue del Saber
y luz del Conocimiento,
urdiendo está con tinieblas
breviarios para perplejos.
Como Legión conocido,
por las voces en tiberio
de los muchos que hay en él
habitando al mismo tiempo,
es: Belcebú y Belial,
Satán y Pedro Botero;
para el germano, Mefisto,
y Azazel, para el hebreo;
mas dos nombres, sobre todos,
destacan por ser más bellos:
Luzbel y Lucifer fulgen
como caídos luceros.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3Q8nDMdM0gQhh_oaefkpAsfLwT3kGf3uEQ_rb7UTNMipqxZX9OKfGt9Rgfe0xvGyXyp1ql3TPFDHdgZGbndz3bHfPw2VIjW_0gRsF0QMW2CYd3BCW5iAm3A7eV_Sd_EGqJU7PB32jilgF/s400/gustave_dore_paradise_lost_002.jpg)
Portador de la Luz fuiste,
ahora lo eres del Misterio;
a Dios disputas el mundo
y al hombre el séptimo sello.
Si surgiste ser divino,
¿cómo viraste a maléfico?
Si ser puro, bueno y santo,
¿cómo un cambio tan extremo?
¿No será que de la historia
se nos hurtara el secreto:
ese que dice que el mal
lo lleva Dios en su seno?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJoAVV6eQE_AEHv1Hi47BCguEVHk2U-CNYlsgYCejBXN58A44-AZGqnISdexjhiVqPNJmMI_DhWSZrQCeNslkApVzhP57lYUOeyePIK_oeu2TEDEUPTZRO9cV-T_peqA1kh81bPdLSq30/s1600/gustav-dore-paradise_lost_12_thumb4.jpg)
El Ángel Caído no hizo
sino cumplir por decreto
una ley que le asignaba
la regencia del infierno.
Por ello fue el más capaz
elegido para el puesto:
aquel que mejor sabía
cómo gobernar tal reino;
alguien tan lleno de amor,
tan compasivo y honesto,
que cumpliera su misión
como Dios lo hubiera hecho.
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Pusieron Imágenes:
Alexandre Cabanel
El Ángel Caído (1868)
Gustave Doré
Ilustraciones/grabados para el Paraíso Perdido de John Milton
Y La Música:
Johann Sebastian Bach
Fragmentos de los Ocho Grandes Preludios Corales "Leipzig" (BWV 651-668)
para Órgano y Coro a Capella
Ton Koopman (órgano Christian Müller, Leeuwarden)
Amsterdam Baroque Choir
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