Las Doncellas y la Muerte
.....En la triple imagen que encabeza este post tenemos tres Doncellas, en tres actitudes diferentes: sólo en la central —la esculpida por Pierre-Eugène-Emile Hébert— se nos muestra a la doncella exánime, abrazada por la muerte, que tiene un pie sobre la lápida de su tumba; la de la derecha —la correspondiente a Elna Borch—, con una imagen típica de la muerte como segadora de vidas, si bien está con los ojos casi cerrados, sus manos sujetan los brazos de la muerte para que no ciña del todo la hoz que la amenaza; la de la izquierda —la del monumento funerario de Valente Celle— lucha patentemente por liberarse de una muerte velada que la sujeta. Las dos representaciones de los flancos, nos muestran a la Doncella resistiéndose con más o menos firmeza por liberarse del abrazo de la Muerte; en la del centro la doncella está entregada, los brazos caídos a los lados.
.....Si nos fijamos ahora en la Muerte, es también en la imagen central, la correspondiente a Hébert, donde ésta exhibe una actitud más cariñosa, más embelesada; sus manos —huesudas pero no esqueléticas— abrazan a la doncella casi con pasión: la Muerte parece mostrar amor por la belleza de la doncella, rendirse a sus encantos, expresión sublime de una vida en lozanía. En las de los flancos, por contra, la actitud de la Muerte es distante, impasible, inexorable, fatalista; no muestra ninguna emoción, es toda frialdad. Quizás por ello la imagen central sea la más sensual, la menos terrorífica. Parece así mismo como si, al demostrar afección, la Muerte perdiera parte de su negatividad: el gesto de amor neutraliza el horror. El fatalismo de las otras dos imágenes, con el gesto de resistencia de las bellas víctimas, en cambio, nos transmite toda la carga aniquiladora que se le supone a la muerte.
.....Si nos fijamos ahora en la Muerte, es también en la imagen central, la correspondiente a Hébert, donde ésta exhibe una actitud más cariñosa, más embelesada; sus manos —huesudas pero no esqueléticas— abrazan a la doncella casi con pasión: la Muerte parece mostrar amor por la belleza de la doncella, rendirse a sus encantos, expresión sublime de una vida en lozanía. En las de los flancos, por contra, la actitud de la Muerte es distante, impasible, inexorable, fatalista; no muestra ninguna emoción, es toda frialdad. Quizás por ello la imagen central sea la más sensual, la menos terrorífica. Parece así mismo como si, al demostrar afección, la Muerte perdiera parte de su negatividad: el gesto de amor neutraliza el horror. El fatalismo de las otras dos imágenes, con el gesto de resistencia de las bellas víctimas, en cambio, nos transmite toda la carga aniquiladora que se le supone a la muerte.
.....En los tres casos los artistas juegan con el tándem erotismo-fatalidad contraponiendo la belleza de los cuerpos en plenitud a la representación descarnada del acabamiento. En un caso la muerte aparece con uno de su más simbólicos y reconocibles atributos, el de la hoz —una gran hoz metálica que contrasta con la blancura de los cuerpos de piedra—; y en el otro, con otro de sus símbolos —no por menos utilizado más característico— el velo; en la tercera imagen el símbolo que subraya el tétrico significado es la lápida. Así mismo, en las tres representaciones aparece la muerte cubierta con el sudario. En los tres casos se acentúa la sensualidad del cuerpo femenino: más delicada en la imagen central, más íntegra en la de Elna Borch, compartiendo ligeramente el sudario de la innombrable, en la tercera. Cuerpos perfectos, cuya perfección no garantiza su pervivencia, antes bien en la imagen de su captora está la que será la suya propia: la de la putrefacción.
.....La belleza material, por muy bella y sugerente que sea, es efímera, se nos sugiere. De nada vale resistirse. Cuando llega el momento del abrazo es demasiado tarde, todo esfuerzo será vano, la belleza acabará marchitándose, aunque no se marchite en la memoria de los otros, aquellos en los cuales la que una vez fue seguirá siendo. Es el objetivo de las representaciones, del arte en general: la pervivencia, el poder de seguir actuando, sugiriendo, a através del tiempo, contra el tiempo la imagen, la impronta, del que una vez fue. El arte derrota al tiempo; es uno de sus mayores valores. Tempus fugit, los hechos pasan, los momentos vividos se disuelven en el devenir; pero el arte, la representación artística, es un antídoto contra este fatalismo. No será ya un pervivir de cálida carne, pero sí todavía de ardiente imagen, capaz de enardecer los sentimientos.
.....En la curiosa escultura de marfil del Museo Boden, de Berlín, se representa en una misma pieza y composición a la Doncella y a la Muerte, espalda con espalda, dando al respectivo frente su propia imagen. Es una representación del Memento Mori (recuerda que vas a morir), de gran fuerza, ya que en una sola escultura, como si de una moneda se tratase, están las dos caras de la Vida. Muerte y Doncella parecen ignorarse pero están presentes en un mismo ser: son una y la misma cosa, en distinto momento. La Doncella, que esboza una ligera sonrisa, lleva en una mano una flor, en señal de castidad, y con la otra levanta un pliegue del mismo sudario que cubre a la Muerte, por encima del pubis, en señal de virginidad —símbolo de su doncellez (y quién sabe si señalando que Voluptas y Mors tienen la misma naturaleza: fijarse que el dedo corazón está apuntando sospechosamente a la vulva). La Muerte, envuelta en el sudario, porta un pequeño rollo en una mano —¿un contrato? ¿el testamento?—, que ciñe y sujeta a la vez la tela, y en la otra porta un objeto ahora desaparecido.
.....Ambos se encuentran sobre un pedestal que, a su vez, está erigido e incluido en una especie de cercado con forma de barca que quizás represente el Jardín de la Vida, en el que se nos muestran dos personajes —masculinos— con árboles y animales. Un campesino-loco, bajo la cara que ocupa la Doncella, porta lo que parece un cayado, aunque también pudiera ser un timón, acaso en referencia a la Nave de los Locos, de Hieronymus Bosch; a su lado, un mono encadenado (representación de la ignorancia y el pecado) come fruta de un cesto. Bajo la cara correspondiente a la Muerte, un caballero está en ademán de enfundar su espada, le flanquean dos perros (¿cancerbero?) erguidos, con las patas delanteras sobre el borde del cercado; probablemente represente a la fidelidad en el sentido más amplio, pues se sugiere que está velando por la Doncella.
.....En una sola pieza multitud de significados simbolizan el arte del bien vivir —nobleza, castidad, virginidad, belleza custodiada—, en previsión del Ars Moriendi, o arte de bien morir; y al mismo tiempo se previene de las desviaciones, la ignorancia y los pecados capitales representados por el loco. No se puede decir más con menos, ni más claramente. La escultura es primorosa, por otra parte; está trabajada al detalle con un esmero asombroso (el marfil se presta a ello admirablemente), lo que intensifica su expresividad. Muerte y Doncella, aquí, pues, nos ilustran sobre la necesidad de aprovechar convenientemente la vida, sabiendo que en cualquier momento vamos a morir.
.....Algo parecido, en otro soporte, en este caso la fotografía, realizaría Dalí con su In Voluptas Mors, representando en una misma composición la sensualidad y la muerte, o, lo que en realidad reza el título: en la Voluptuosidad también está la Muerte. Una calavera formada por siete bellos cuerpos femeninos desnudos nos informa que, implícitamente, en esa belleza está integrada la muerte. La muerte nos acompaña en todo momento, somos parte de ella no menos que de la vida, la portamos, la porteamos, y un día nos investiremos con ella, la seremos, perdiendo nuestra singularidad (la apariencia de los huesos tiende a igualarnos), desintegrando nuestra individualidad, para integrarnos en lo indistinto e indiviso. Lo que, como diría Spinoza, existe es el impulso de la vida por persistir; el cómo lo hace, su multiplicidad y diversidad, no es más que una mera multiplicación de los modos de un mismo atributo: el Ser. El nada despreciable hecho que suscita la cuestión de "qué sucede con el alma y su quintaesencia, el espíritu", es lo que nos induce a realizar todas estas obras de arte, todas estas consideraciones metafísicas o epistemológicas, toda especulación trascendental, a levantar todo tipo de templo moral o edificio ético. La poderosa figura de la Muerte y la Doncella, no es sino uno de estos intentos para, primero, delimitar y, después, exorcizar los demonios de la duda y del temor, una manera de acercarnos al —y cercar el— misterio de la existencia. Una existencia capaz de producir, entre sus múltiples modos, uno provisto de una conciencia consciente de su propia mortalidad (capaz también de inventar, para su consuelo, imaginativas soluciones a su finitud).
.....En la curiosa escultura de marfil del Museo Boden, de Berlín, se representa en una misma pieza y composición a la Doncella y a la Muerte, espalda con espalda, dando al respectivo frente su propia imagen. Es una representación del Memento Mori (recuerda que vas a morir), de gran fuerza, ya que en una sola escultura, como si de una moneda se tratase, están las dos caras de la Vida. Muerte y Doncella parecen ignorarse pero están presentes en un mismo ser: son una y la misma cosa, en distinto momento. La Doncella, que esboza una ligera sonrisa, lleva en una mano una flor, en señal de castidad, y con la otra levanta un pliegue del mismo sudario que cubre a la Muerte, por encima del pubis, en señal de virginidad —símbolo de su doncellez (y quién sabe si señalando que Voluptas y Mors tienen la misma naturaleza: fijarse que el dedo corazón está apuntando sospechosamente a la vulva). La Muerte, envuelta en el sudario, porta un pequeño rollo en una mano —¿un contrato? ¿el testamento?—, que ciñe y sujeta a la vez la tela, y en la otra porta un objeto ahora desaparecido.
.....Ambos se encuentran sobre un pedestal que, a su vez, está erigido e incluido en una especie de cercado con forma de barca que quizás represente el Jardín de la Vida, en el que se nos muestran dos personajes —masculinos— con árboles y animales. Un campesino-loco, bajo la cara que ocupa la Doncella, porta lo que parece un cayado, aunque también pudiera ser un timón, acaso en referencia a la Nave de los Locos, de Hieronymus Bosch; a su lado, un mono encadenado (representación de la ignorancia y el pecado) come fruta de un cesto. Bajo la cara correspondiente a la Muerte, un caballero está en ademán de enfundar su espada, le flanquean dos perros (¿cancerbero?) erguidos, con las patas delanteras sobre el borde del cercado; probablemente represente a la fidelidad en el sentido más amplio, pues se sugiere que está velando por la Doncella.
.....En una sola pieza multitud de significados simbolizan el arte del bien vivir —nobleza, castidad, virginidad, belleza custodiada—, en previsión del Ars Moriendi, o arte de bien morir; y al mismo tiempo se previene de las desviaciones, la ignorancia y los pecados capitales representados por el loco. No se puede decir más con menos, ni más claramente. La escultura es primorosa, por otra parte; está trabajada al detalle con un esmero asombroso (el marfil se presta a ello admirablemente), lo que intensifica su expresividad. Muerte y Doncella, aquí, pues, nos ilustran sobre la necesidad de aprovechar convenientemente la vida, sabiendo que en cualquier momento vamos a morir.
.....Algo parecido, en otro soporte, en este caso la fotografía, realizaría Dalí con su In Voluptas Mors, representando en una misma composición la sensualidad y la muerte, o, lo que en realidad reza el título: en la Voluptuosidad también está la Muerte. Una calavera formada por siete bellos cuerpos femeninos desnudos nos informa que, implícitamente, en esa belleza está integrada la muerte. La muerte nos acompaña en todo momento, somos parte de ella no menos que de la vida, la portamos, la porteamos, y un día nos investiremos con ella, la seremos, perdiendo nuestra singularidad (la apariencia de los huesos tiende a igualarnos), desintegrando nuestra individualidad, para integrarnos en lo indistinto e indiviso. Lo que, como diría Spinoza, existe es el impulso de la vida por persistir; el cómo lo hace, su multiplicidad y diversidad, no es más que una mera multiplicación de los modos de un mismo atributo: el Ser. El nada despreciable hecho que suscita la cuestión de "qué sucede con el alma y su quintaesencia, el espíritu", es lo que nos induce a realizar todas estas obras de arte, todas estas consideraciones metafísicas o epistemológicas, toda especulación trascendental, a levantar todo tipo de templo moral o edificio ético. La poderosa figura de la Muerte y la Doncella, no es sino uno de estos intentos para, primero, delimitar y, después, exorcizar los demonios de la duda y del temor, una manera de acercarnos al —y cercar el— misterio de la existencia. Una existencia capaz de producir, entre sus múltiples modos, uno provisto de una conciencia consciente de su propia mortalidad (capaz también de inventar, para su consuelo, imaginativas soluciones a su finitud).
La Doncella y la Muerte en otras artes
.....A continuación realizaré una sintética exposición de los diversos formatos artísticos que han reproducido —o se han inspirado en— el tema de La Muerte y la Doncella. Poesía, Teatro, Música y Cine lo han tratado de diversa forma y con diverso resultado; en el caso menos feliz, de una forma lo suficientemente cualitativa para tener una influencia en el signo de los tiempos. De la poesía a la música, de ésta al teatro y de éste al cine: hay un hilo conductor que une todas estas realizaciones, un hilo con el que están urdidas todas ellas: la interpelación sin respuesta al misterio de los misterios, abandonada a la especulación que el artista imagina.
POESÍA
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Matthias Claudius
(1740-1815)
Matthias Claudius
(1740-1815)
Das Mädchen: Vorüber! ach, vorüber! Geh, wilder Knochenmann! Ich bin noch jung, geh, Lieber! Und rühre mich nicht an. |
La Doncella: "¡Déjame, ay, déjame! ¡Vete, feroz esqueleto! ¡Soy joven aún, vete, querido! ¡No me toques! |
Der Tod: Gib deine Hand, du schön und zart Gebild, Bin Freund und komme nicht zu strafen. Sei gutes Muts! Ich bin nicht wild, Sollst sanft in meinen Armen schlafen. |
La Muerte: Dame tu mano, hermosa y tierna criatura, soy tu amiga y no vengo para castigarte. ¡Ten valor! No soy cruel, dormirás dulcemente en mis brazos. |
MÚSICA
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| Manuscrito original del Cuarteto para cuerda nº 14 en re menor Der Tod und das Madchen, de Franz Schubert |
Franz Schubert
(1797-1828)
(1797-1828)
Lied Op 7, nº 3, D 531
Canción compuesta por el compositor en 1817, basada en el poema original
de Matthias Claudius Der Tod und das Mädchen.
Consta de tres secciones:
en la primera se presenta el tema de la Muerte, es una sección en pianíssimo y lento;
en la segunda entra la Doncella, es más agitada que la primera y sigue un incremento
en el tono y el cromatismo, con el piano acompañando de forma sincopada;
en la tercera se desarrolla la Canción de la Muerte sobre la misma melodía,
tempo y cadencia lentos del inicio.
Lied Op 7, nº 3, D 531. Renée Fleming (soprano), Chistoph Eschenbach (piano)
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Canción compuesta por el compositor en 1817, basada en el poema original
de Matthias Claudius Der Tod und das Mädchen.
Consta de tres secciones:
en la primera se presenta el tema de la Muerte, es una sección en pianíssimo y lento;
en la segunda entra la Doncella, es más agitada que la primera y sigue un incremento
en el tono y el cromatismo, con el piano acompañando de forma sincopada;
en la tercera se desarrolla la Canción de la Muerte sobre la misma melodía,
tempo y cadencia lentos del inicio.
Lied Op 7, nº 3, D 531. Renée Fleming (soprano), Chistoph Eschenbach (piano)
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Cuarteto para cuerda nº 15 en re menor, D 810 "Der Tod und das Mädchen"
Cuarteto para dos violines, viola y violonchelo, compuesto en 1824.
Este Cuarteto lo compuso Schubert tomando como referencia el Lied del mismo título,
cuyo tema musical sería utilizado en el segundo movimiento.
Consta de cuatro movimientos:
1. Allegro
2. Andante con moto
3. Scherzo. Allegro Molto. Trío
4. Presto
Cuarteto para cuerda nº 15 en re menor, D 810 "Der Tod und das Mädchen". Alban Berg Quartet
Gustav Mahler intentó una orquestación del Cuarteto en 1896, pero no dejó sino unos apuntes
sobre la partitura original, realizando nada más los arreglos para el segundo movimiento.
La versión que actualmente circula es un arreglo de David Matthews (que también se
ha encargado de realizar una versión completada de la 10ª Sinfonía que el compositor austríaco dejó inacabada).
Orquestación del Cuarteto para cuerda nº 15 en re menor D 810 (Mahler). Praga Camerata/Pavel Hula
Este Cuarteto lo compuso Schubert tomando como referencia el Lied del mismo título,
cuyo tema musical sería utilizado en el segundo movimiento.
Consta de cuatro movimientos:
1. Allegro
2. Andante con moto
3. Scherzo. Allegro Molto. Trío
4. Presto
Cuarteto para cuerda nº 15 en re menor, D 810 "Der Tod und das Mädchen". Alban Berg Quartet
sobre la partitura original, realizando nada más los arreglos para el segundo movimiento.
La versión que actualmente circula es un arreglo de David Matthews (que también se
ha encargado de realizar una versión completada de la 10ª Sinfonía que el compositor austríaco dejó inacabada).
Orquestación del Cuarteto para cuerda nº 15 en re menor D 810 (Mahler). Praga Camerata/Pavel Hula
TEATRO
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(1942- )
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Hacer click sobre las imágenes para ir a la obra
Ariel Dorfman(1942- )
.....La Muerte y la Doncella (1990) es una obra de teatro escrita por el autor chileno Ariel Dorfman (Buenos Aires 1942). Es la obra chilena más representada en el mundo. Trata del encuentro de una víctima de la tortura con el hombre que cree ha sido su torturador, años después de los hechos.
.....Breve Sinopsis: Durante la existencia de un régimen opresivo, Paulina Salas ha sido torturada y violada por sus captores. A pesar del trauma, no delata a su novio Gerardo Escobar, que participa activamente como insurgente al régimen, siendo editor de un diario clandestino. Más tarde contraerán matrimonio y se asentarán en la costa.
Un día Gerardo tiene problemas con uno de los neumáticos de su automóvil y es llevado a casa por un hombre desconocido, Roberto Miranda. Una vez en casa, Paulina reconoce la voz del desconocido como la de su torturador. Deberá confiar en su oído, porque en las torturas llevaba los ojos vendados, y en evidencias descubiertas en el momento para hacerlo confesar y al mismo tiempo convencer a su incrédulo esposo.
El torturador de Paulina escuchaba el cuarteto de cuerda La muerte y la doncella de Franz Schubert durante los abusos; de ahí el título y la recurrente aparición de esta pieza durante toda la obra.
(Wikipedia)
(Wikipedia)
Personajes: Paulina, Gerardo, Roberto.
Estreno mundial: 1991, Royal Court Theatre, Londres.
Dir.: Lindsay Posner. Int.: Juliet Stevenson, Bill Paterson, Michael Byrne
Premio Laurence Olivier 1991
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Premio Laurence Olivier 1991
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Première en Broadway: 1992, Brooks Atkinson Theatre, New York
Dir.: Mike Nichols. Int.: Glenn Close, Richard Dreyfuss, Gene Hackman
CINE
Personajes: Paulina, Gerardo, Roberto.
Dir.: Román Polanski
Int.: Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Stuart Wilson
1994. Reino Unido, EEUU, Francia
Trailer de la película
1994. Reino Unido, EEUU, Francia
Trailer de la película
GALERÍA
LA MUERTE Y LA DONCELLA:
ICONOGRAFÍA TRANSVERSAL (2)
ESCULTURA
Bode Museum, Berlin (Statue dual)
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(side Maiden and side Death)
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Bode Museum, Berlin (Death)
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Bode Museum, Berlin (Maiden)
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Bode Museum, Berlin (detail of the Death)
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Bode Museum, Berlin(detail of the Maiden)
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Bode Museum, Berlin (detail of the Maiden base: The Fool and the Apple)
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Bode Museum, Berlin (detail of the Death base: The Knight and the Dogs)
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The Staglieno Cemetery. Genoa, Italy
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The Staglieno Cemetery. Genoa, Italy
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The Staglieno Cemetery. Genoa, Italy (detail)
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The Staglieno Cemetery. Genoa, Italy (detail)
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The Staglieno Cemetery. Genoa, Italy (detail)
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Death and the Maiden - Leslie Fry. Wall sculpture, bronze
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FOTOGRAFÍA
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In Voluptas Mors - Salvador Dali by Philippe Halsman
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Death and the Maiden - Sabine Pigalle
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EX LIBRIS
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Death and the Maiden - Ex-Libris_Vladimir Suchanek
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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Death and the Maiden - Alphonse Inoue
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