martes, 13 de marzo de 2012

If...




Es cuanto menos chocante que los tres primeros versos de este famoso poema --ya inmortal por sí mismo-- se inmortalizasen por boca del fotógrafo, reportero de guerra en la de Vietnam, Dennis Hopper para el celuloide referidos al ¿loco? coronel Kurtz, un inmenso y veraz Marlon Brando, en la celebérrima --y también ya inmortal por derecho propio-- Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola.
En un principio fue un poema escrito y pensado para la colección de cuentos infantiles Rewards and Fairies (Las Recompensas y las Hadas), es decir, con intenciones didácticas orientadas a un público juvenil, a modo de guía de valores. Pero en él subyace, también, la declaración de principios de un liberal convencido, un liberal a lo anglosajón (que en el ámbito latino estaría más cercano a los postulados libertarios que a los conservadores), en el que prevalece el canto a la individualidad y al más insobornable de los humanismos fundamentado en un espíritu incorrupto. A medio camino entre el héroe y el iluminado, entre el lúcido y el optimista, entre Gandhi y Walt Whitman, entre Diógenes y Alejandro, entre el estoico y el epicúreo. El hombre que cree en sí mismo, en sus propias fuerzas, el hombre que se funda a sí mismo en una humanidad cuyo máximo valor es el equilibrio entre contrarios. La influencia de la perspectiva oriental (Kipling, nacido en Bombay, pasó gran parte de su vida en la India) es patente en esta visión, en cierto modo semejante a la de Hermann Hesse desarrollada en su Sidharta, y a la de tantos otros (Schopenhauer, Einstein, Borges) influidos por esa nueva dimensión del hombre descubierta en ese retruque de la colonización, anglosajona preferentemente, cuando el arte y la cultura de Oriente penetró --sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XIX-- por ósmosis en Occidente.

Parece ser que él fue el primer sorprendido --y hasta cierto punto, contrariado-- por la acogida y difusión de lo que no era sino un mero ejercicio pedagógico. De hecho el poema no destaca por su formalidad técnica, ni por su calidad literaria, sino por su conexión emotiva con el inconsciente colectivo. Porque el "Hombre" con que se nos concluye en el último verso ("y lo que es más, serás un Hombre, hijo mío") es un hombre investido de toda la virtud propia del héroe: tanto del héroe guerrero, como del héroe pacifista; tanto del héroe social, como del solitario; del héroe urbano, tanto como del filosófico. El hombre que es y no el hombre que tiene. El hombre que es y no el hombre que está, o, al menos, que estando no deja de ser el hombre libre a la altura de su esencia como hombre. Pues solo si es capaz de conseguir ese equilibrio, ese no estar ligado a nada y no obstante poder comprometerse con todo, ese dar el paso adelante sin caer en la temeridad, ese no dar el paso atrás por temor, solo en ese caso será realmente un hombre; es decir: un hombre libre e íntegro --todo lo libre que el hombre puede ser en un mundo en que debe someterse a la tiranía de lo necesario, y todo lo íntegro que se puede permitir un ser que es inabarcable--. Mas, aun así, y a pesar de todo, ser capaz de colocar en un segundo plano, cuando no de cuestionar, los límites de lo necesario, y de sustraerse al vértigo de su espíritu inasible, de su alma inabarcable.

Con todos ustedes, de Rudyard Kipling, If...



If...
(Si...)

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
y te sostienes cuando ya no quede nada en ti
excepto La Voluntad que les dice "!Continuad!".

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un Hombre, hijo mío.

...

IF...
Rudyard Kipling

IF you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise:

If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools:

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: 'Hold on!'

If you can talk with crowds and keep your virtue,
' Or walk with Kings - nor lose the common touch,
if neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man, my son!

.


-o-o-o-