ConSentido Propio: noviembre 2013

.....Tras haber dedicado dos entradas al catálogo del compositor checo, ofreciendo las obras disponibles en la red (YouTube) de ese catálogo, siguiendo el orden distributivo y secuencial del mismo, me parece oportuno dar una visión algo más personal de un compositor que a todo melómano que se precie, amante de la música del Barroco, debe causar una honda impresión. Ya se ha apuntado anteriormente, en las anteriores entradas, algo sobre el estilo tan singular de este checo con duende, un estilo que aporta una nueva perspectiva sobre el barroco, pues en no pocas de sus piezas adelanta un recurso a la emoción, basada en armonías casi impropias del barroco, y aun del clasicismo, para penetrar directamente en el terreno del romanticismo más conmovedor; algo así como si Zelenka hubiera trazado con sus composiciones una línea sin solución de continuidad entre el barroco pergolesiano (y aún de un Frescobaldi) y el romántico Schubert, nutrida en muchos de sus pasajes del trazo polifónico netamente gregoriano monódico y medieval, y pasando de puntillas sobre el firmamento bachiano, o el galante y elegante clasicismo mozartiano (¿no creemos oír reminiscencias en algunas de las fases de la orquestación del Requiem K 626, de W.A. Mozart, o del tema inicial de la Pasión de San Juan, de J.S. Bach, procedentes del Kyrie de la Misa Omnium Sanctorum, ZWV 21, o de la melodía dominante del Miserere en Do Menor, ZWV 57, de J.D. Zelenka?).

.....En esta ocasión, la apuesta personal está enfocada en algunas de sus obras elegidas, coincidiendo expresa e intencionadamente con los registros hallados en el tubo a cargo de esa excelente formación cual es el Collegium 1704, y su Director Václav Luks. Podría haberla titulado Las Siete Magníficas de Zelenka, pues son siete las obras a las que quiero dedicar una más exclusiva atención: Il Diamante, Serenata ZWV 177; Officium Defunctorum, ZWV 47, Missa Votiva en Mi menor, ZWV 18; Missa Omnium Sanctorum, XWV 21; Requiem en Re Mayor, ZWV 46; Te Deum, ZWV 146; y el Miserere, ZWV 57, antes mencionado. De las seis primeras obras se ofrecerán las excepcionales y preciosistas versiones del Collegium 1704/Václav Luks; del Miserere, al no hallarse interpretada por este grupo, ofrezco la no menos impresionante de la formación Il Fondamento, dirigida por Paul Dombrecht, desgraciadamente sin vídeo, que acompañaré, a modo de comparativa, de dos versiones con tempos y enfoques diferentes --estas sí en su versión vídeo--, una más lenta y otra más acelerada, que mostrarán de modo didáctico algo que el oído sensible e iniciado sabe perfectamente: la adecuación del tempo musical a la intención de la partitura (valga decir del compositor) y, por tanto, a la emoción que conlleva, a la impresión que se nos quiere inducir.

.....Repito, esta elección personal no es la única posible, hay otras piezas que para mí tienen la soberbia entidad de estas, en cuanto a modernidad e impulso revolucionario --del Barroco a superar--, y entre ellas algunas de las instrumentales, pero me interesaba dejar constancia mi homenaje a los intérpretes que son capaces de tamaña lealtad al compositor como el Collegium es capaz, y nos demuestra, con su jovencísimo director a la cabeza (de Il Fondamento y Paul Dombrecht puedo decir otro tanto). Estimo que en estas obras están los momentos más felices e innovadores de la música de Zelenka, tanto en el ámbito vocal como en el instrumental. Esa sorprendente y sabia mezcla de lo mejor del barroco con algo que aún debía producirse, y que él vería y/o sentiría como lo vio y lo sintió el genio de Eisenach, pero yendo un pasito más allá (ese romanticismo que rezuman algunas de sus misas, algunas de sus instrumentaciones, algunas de sus armonías), aunque fuese de forma tímida, a base de ideas musicales fulgurantes, que como luciérnagas revolotean por aquí y por allá en muchas de sus obras.

.....Música para ver (cómo interpretan, qué sentimiento dejan entrever en su interpretación, cómo expresan su técnica y emoción los intérpretes, cómo dirige Luks), para poner cara a las voces y a los instrumentos que nos logran... emocionar con su magnífica interpretación de las composiciones de este compositor avant la lettre. Cuanto más se escucha a Zelenka, más cree uno oír a Mozart (y más se explica uno el cariño y reconocimiento que el compositor salzburgués tendría en Praga: las bases ya estaban puestas...), cuanto más se ve a Collegium 1704/Václav Luks, más reconoce uno la excelencia en la interpretación, y qué es eso de la participación del espíritu del compositor en su obra, no en la de los intérpretes, sino en la obra que la mente del artista creó: ese soplo del espíritu, de signo y marchamo personal, único e incorruptible (manque les pese a algunos divos o desapercibidos intérpretes, mas pendientes de su propia visión que de la fidelidad a la creación). El marco en el cual tienen lugar todas estas puestas en escena no puede ser más apropiado: hermosos templos extraordinariamente bien dotados para una excelente acústica, y eso también se nota en las grabaciones.

.....Se completa la propuesta musical con otra pictórica de un delicadísimo autor renacentista, Govanni Bellini, fundador de la fecunda Escuela Veneciana, que rivalizaría con Florencia y Roma en la hegemonía artística del Renacimiento; rivalidad que se extendería hasta el Barroco. Tanto por sus motivos, como por su expresividad (valga decir emotividad), Bellini ilustra perfectamente la música que aquí se ofrecerá, toda ella religiosa, jovialmente religiosa, católica, jubilosamente católica, salvo ese diamante tallado que es Il Diamante, cuyo secular estro flota sobre los de Schutz, Buxtehude o Bach (y no digo que los supere, sino que flota sobre ellos como una nube que se mueve hacia aquí o hacia allá compartiendo ámbitos y cielos). Pues Bellini, para Zelenka; Zelenka, para Bellini; y ambos (en la traducción músico-visual del Collegium 1704/Luks) para regalarnos oídos y vista, es decir, para halagar y nutrirnos el espíritu.

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Las Siete Magníficas de Zelenka

por

Collegium 1704/Václav Luks (República Checa) y Il Fondamento/Paul Dombrecht (Bélgica)

Serenata ZWV 177, Il Diamante (1737)