miércoles, 16 de junio de 2010

Romancillo de los Mil Rubíes

.....El siguiente romancillo, atípico en su rima y estructura estrófica a lo que es común en la colección de Romances Viejos (anteriores al S. XVI), fue encontrado tras la mamposta que cubría una hornacina de una de las varias mansiones que la nobleza abencerraje tenía en Granada, luego de las reformas acometidas a finales del S. XIX. Ésta estaba situada en los aledaños del Albaicín, desde donde se podía contemplar esplendorosamente el recinto de la Alhambra incendiándose cada mañana con la salida del sol en los días despejados, y desde donde no pocas lágrimas se vertieron cuando se perdió La Perla de Sierra Nevada a manos de los Católicos Reyes.

.....Estaba escrita en alifato (árabe común, que era usado habitualmente por rapsodas y cuentistas de la época) y la versión al castellano, aquí reflejada, fue hecha por un estudioso del árabe de la universidad granadina. Ha llegado hasta nosotros debido al azar, ya que el original desapareció en un incendio, salvándose la copia traducida por hallarse en un pequeño cofre de sabina recubierto con plata labrada.
La importancia de este gracioso romancillo estriba en que tanto en su temática como en su título, Romancillo de los Mil Rubíes, se hace alusión a una galaxia descubierta mucho después y de la que en el tiempo en que se compone el romance no podían tener conocimiento. Cómo supuso o supo su creador que en el cielo había una constelación que no sería descubierta hasta cinco siglos después, es un misterio, cuando menos, sugestivo.
¿Intuición? ¿Premonición? ¿Videncia? Se han barajado todo tipo de hipótesis pero ninguna es concluyente... simplemente, por su imposibilidad. Dado que no podemos contestar a preguntas que ignoramos, quedémonos con el romancillo y gocemos de su historia; por otra parte, una más de las muchas que circularon en el romancero morisco de los siglos XVI y XVII.

.....Para ambientarlo musicalmente, he elegido la Sinfonía Concertante para Violín y Viola en Mi bemol Mayor K 364 de Wolgang Amadeus Mozart. Pieza singular y muy querida por el Genio de Salzburgo, gran violinista pero amane del timbre grave de la viola, quien para acercarla al sonido poderoso y dominante del violín alto, la consignó para tocarla en scordatura, con lo que ganaba en medio tono, neutralizando, así, la distancia con el sonido agudo de su hermano pequeño.
Es una pieza sobresaliente de este modelo poco empleado de la Sinfonía Concertante, a medio camino entre el concierto solista, la sinfonía y el concierto grosso barroco. Mozart, con la facilidad que le caracterizaba, logró una de sus obras más brillantes y románticas, adelantándose de esta forma a lo que sería, un siglo después, el romanticismo de un Brahms, o, incluso, un Mendelsohn.
La pena es que esté tan fragmentada, habiéndome resultado imposible hallarla en sus tres movimientos completos: Allegro maestoso - Andante - Presto.

Romancillo de los Mil Rubíes

Cuenta una antigua leyenda
que en jardín de abencerraje
paseaba un gallardo paje
por una alfombrada senda.
.
Llevaba en su alma, engarzada,
una rosa carmesí:
labios eran de zegrí,
bella mora de Granada.
..
Suspirando iba el buen mozo
entre fuentes y arrayanes,
y en los rosales desmanes
provocaba su alborozo.

Cuando... al paso le salió
el brillo cruel y afilado
de un alfanje inesperado
que su sangre demandó.

Ojos verdes lo empuñaban
que tras un velo de noche,
de estirpe y cuna el reproche,
fieros celos no ocultaban.

Nunca entró con tanta saña
un puñal en torso bello,
ni penetró el vil destello
en más inocente entraña.

Quedó mudo el ruiseñor;
sólo escucharon las flores
letanía de estertores,
como un aria del horror.

Ya sobre la alfombra verde
van fraguando en mil rubíes
tibias gotas carmesíes
que la aciaga fuente vierte.

Al punto, allí se le escapa
la vida a quien no vivía,
pues ya antes de amor moría
por una morisca guapa.
.
Y así purgó su osadía
el abencerraje aquél
por ser el amante fiel
de quien, zegrí, no debía.
.
Mas Alá, entristecido
por esta acción singular,
tal amor quiere premiar
salvándole del olvido...
.
...y en un prodigio inaudito
los rubíes recogió
de la alfombra y los lanzó
hacia el espacio infinito.

Ahora luce el vasto cielo,
en galaxia primorosa,
aquella sangre preciosa
que pagó caro su anhelo.
...






***
Y Soñar, amigos míos, soñar con las estrellas y con las historias que nos cuentan; en ellas está la solución a nuestra vida: somos polvo de estrellas, parte de la insondable profundidad del universo ¿Qué nos puede pasar que no nos haya, ya, pasado? A la Brisa que no cesa.